Conforme a la voluntad del propio Jesucristo, el cáliz con vino es un elemento imprescindible en la celebración de la Eucaristía, que el Señor instituyó en la Última Cena, como signo profético de su ya próximo sacrificio, y también como memorial perpetuo del mismo, al confiarlo a los apóstoles con estas palabras: “Haced esto en conmemoración mía”. Para los cristianos, el cáliz es recuerdo y aplicación de la redención obrada en el sacrificio de la cruz; por ello el Santo Cáliz que se venera en nuestra Catedral desde 1437 es un recuerdo permanente del acontecimiento del Calvario, anuncio de la salvación ofrecida entonces a toda la humanidad y prenda de la plenitud de la salvación cuando el Señor vuelva. Ahora, dos nuevas investigaciones del profesor Manuel Zarzo aportan indicios inéditos sobre su autenticidad.

BELÉN NAVA| 27.3.24

La pregunta siempre está presente para todo aquel que accede a la capilla del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia y admira la sagrada reliquia. ¿Esta copa de ágata es la que utilizó Jesús de Nazaret en la Última Cena para instituir la Eucaristía, como afirma la tradición?

Para responder a esta cuestión el profesor Manuel Zarzo, de la Universitat Politècnica de València, ha publicado recientemente dos nuevas investigaciones que aportan indicios inéditos sobre la autenticidad del Santo Cáliz.
Para el investigador, “la datación de la copa es esencial, pues es condición necesaria para ser auténtica el haber sido tallada antes de la Última Cena. Por otra parte, hay que seguir investigando en la trazabilidad de la copa desde Jerusalén hasta Huesca, pues los indicios de su presencia en la Península Ibérica son muy escasos antes del siglo XII. Y por último, hay que plantearse qué probabilidad hay de que sea una falsa reliquia”, explica.

TECNOLOGÍA DEL VIDRIO
El profesor Zarzo ha abordado esta cuestión desde varios puntos de vista. La primera cuestión planteada se aborda con detalle en una de sus recientes investigaciones, publicada en la revista ‘Heritage’, en la cual se concluye que el patrón de diseño de la copa de ágata, la moldura del borde y de la base concuerdan con las copas de época helenístico-romana.
Sin embargo, el profesor Zarzo opina que la clave para una datación más precisa curiosamente está en la tecnología del vidrio. “La elaboración del vidrio por soplado se desarrolló a finales del siglo primero antes de Cristo. Anteriormente los recipientes de vidrio se fabricaban con moldes, siendo caros y poco transparentes. La disponibilidad de vasos más transparentes fue toda una revolución, pues permitían apreciar la calidad de los vinos, de modo que su comercio se extendió rápidamente por todo el Mediterráneo”.

De igual manera, el investigador valenciano puntualiza que “dicho desarrollo entró en competencia con los vasos tallados en piedra preciosa, muy valorados por las clases aristocráticas, obligando a que los artesanos lapidarios tuvieran que esmerarse, reduciendo el espesor de estos vasos para aumentar su transparencia. Pero en el caso del Santo Cáliz, el espesor del ágata hace pensar en una manufactura anterior al boom del vidrio por soplado. Es decir, anterior a la Última Cena”.

HIPÓTESIS DE UNA FALSA RELIQUIA
Otro punto de vista desde el que se aborda esta investigación gira en torno a que “la trazabilidad de la copa de ágata durante 800 años suscita muchos interrogantes, ya que hay muy pocos vestigios de la presencia del Santo Cáliz en la provincia de Huesca con anterioridad al siglo XII. Por este motivo, mucha gente considera que no puede demostrarse que la reliquia venerada en Valencia sea el auténtico Cáliz de la Última Cena”.

Tal y como explicamos en PARAULA el pasado mes de diciembre, el profesor Zarzo en otra de sus anteriores publicaciones ya apuntó quién podría haber sido el propietario de la copa. “Supuestamente pertenecía a la familia de san Marcos Evangelista”. De modo que “si Marcos acompañó a san Pedro a Roma y tuvo una estrecha vinculación con él, esto hace verosímil que la Copa de la Última Cena viajara hasta Roma, como afirma la tradición”.

Aunque los escasos vestigios anteriores al siglo XII hacen dudar de su autenticidad, este investigador aborda la cuestión planteando la hipótesis de que fuera una falsa reliquia: “Si en época medieval, antes del siglo XII, un orfebre hubiese manufacturado un preciado cáliz a partir de una copa de ágata con la pretensión de que fuese considerado como el auténtico Cáliz de la Última Cena, ¿por qué habría elegido una copa tallada en piedra preciosa? Lo razonable habría sido un cáliz de oro o quizás de plata, pues los vasos sagrados de uso litúrgico han sido elaborados con metales nobles desde el siglo tercero. Es muy improbable que se hubiera elegido una copa de este material, pues no existen yacimientos de ágata en la Península Ibérica, y esta copa (o bien el ágata en bruto para ser tallado) tendría que haberse traído de muy lejos”. De hecho, “se especula que la piedra original del Santo Cáliz podría proceder de la India”.

RECIPIENTES JUDÍOS DE PIEDRA CALIZA

El profesor Manuel Zarzo aporta otras claves relevantes en un reciente estudio publicado en la revista ‘Religions’ y es que “excavaciones arqueológicas en las décadas de 1970 y 1980, en Jerusalén y alrededores, han descubierto una gran cantidad de recipientes tallados en piedra caliza de época romana”.

“Estos hallazgos han puesto de manifiesto que, en época de Jesucristo, era habitual el uso de recipientes tallados en piedra para usos rituales de ámbito doméstico, probablemente porque se consideraban inmunes a la impureza ritual. Es decir, que no necesitaban ser purificados previamente a su utilización”. Tal y como explica el investigador, esta cuestión no ha recibido demasiada atención hasta la fecha en los estudios sobre el Santo Cáliz, pero “desde un punto de vista teológico es muy simbólico que Jesús hubiese utilizado un cáliz preciado no susceptible de impureza para instituir la Eucaristía. Este conocimiento es relativamente reciente, pero era totalmente desconocido en época medieval, lo cual refuerza la autenticidad del Santo Cáliz de Valencia”.

Por otra parte, el profesor de la UPV considera que “aun suponiendo que un orfebre medieval eligiese una copa tallada en piedra preciosa, muy probablemente se desconocería la tipología de dichas copas en Jerusalén en época de Jesús. Es mucha casualidad que la copa de ágata del Santo Cáliz encaja perfectamente con las características típicas de estos recipientes en época Helenístico – Romana”.

Otro indicio de su autenticidad, publicado por este investigador en 2018, se basa en una cita del Apocalipsis: “vi una especie de mar traslúcido entreverado de fuego”. Según Zarzo, si se interpreta “mar” como el Mar de Bronce del antiguo templo de Jerusalén, cuya forma era semiesférica, esta descripción concuerda sorprendentemente con la copa de ágata del Santo Cáliz ya que su forma es bastante semiesférica, se trata de un material traslúcido y adquiere cierta apariencia de llama de fuego cuando se ilumina desde el interior.

Respecto a los indicios del Santo Cáliz en Huesca en época visigoda, el investigador valenciano apunta a una pista que hasta ahora ha recibido poca atención: “la tradición sostiene que esta reliquia se custodió hasta la invasión musulmana en la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca. Precisamente el nombre de la misma iglesia podría haberse originado en la presencia de la insigne reliquia: el Cáliz de San Pedro, ya que supuestamente fue empleado en Roma por Pedro y los primeros papas hasta que en el año 258 San Lorenzo lo envió a Huesca.

La datación de la copa de ágata del Santo Cáliz de Valencia fue abordada con rigor científico por primera vez en un estudio publicado en 1960 por el profesor Antonio Beltrán. Otros expertos como el arqueólogo Ferran Arasa, profesor de la Universitat de València, también han abordado esta cuestión, siendo un tema abierto a futuras investigaciones. En abril de 2018, el profesor Zarzo participó, junto con otros investigadores, en una sesión de trabajo en la cual se realizaron diversos estudios con el Santo Cáliz. La mayoría de estas investigaciones se divulgaron en un congreso organizado por el Centro Español de Sindonología en mayo de 2021. Las ponencias, que se realizaron por video conferencia debido a la pandemia, analizaron el objeto material desde una perspectiva científica multidisciplinar, abordándose su estudio desde la arqueología, gemología, epigrafía, orfebrería, entre otras. Está prevista una nueva edición de este congreso en el año 2026.