AMPARO CASTELLANO | 12.05.24
Miércoles, 24 de abril. Antes de amanecer se escucha en el cielo de Roma el fuerte crujido de la tormenta. Afortunadamente la esperanza vuelve de camino a la Plaza de San Pedro, en la que todavía encontramos los signos de la fuerte lluvia que ha regado buena parte de las sillas destinadas a la audiencia general con el Santo Padre. Sin embargo, en pocos minutos el cielo se abre y llega un sol abrasador que obliga incluso a deshacerse de la ropa de abrigo. La Delegación de la diócesis de Valencia con la Comisión del Centenario de la Coronación Canónica de la Virgen de los Desamparados, presidida por el Arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, ansía ver a al Papa Francisco que llega con rostro sereno y sonriente.
Para quien no haya estado nunca en una audiencia general en San Pedro, no pueden llegar a imaginar las horas que el Santo Padre dedica a los presentes, a todos los que se agolpan en la plaza, a las delegaciones llegadas de todo el mundo, y con su papamóvil no deja de dar vueltas a aquella plaza, sin mostrar el cansancio con el que cualquiera de nosotros empatizamos y verbalizamos. Por ello, sólo podemos estar tan agradecidos al Santo Padre y su saludo tras la audiencia general, que nos llegó casi los primeros, transmitiéndonos todo el cariño para los valencianos. Locuaz y alegre recordaba perfectamente su visita a Valencia y el amor a los pobres y desfavorecidos que muestra la mejor cara de la generosidad y solidaridad de los valencianos, que el Papa mostró sobradamente conocer. El Arzobispo explicó lo importante y hermoso que ha sido destinar la celebración del Centenario a una Corona de Caridad, donde nadie ha defraudado. El papa Francisco abrió mucho los ojos y se llenó de ternura mientras el rector de la Basílica, Melchor Seguí, repasaba los beneficiarios de la obra social de la Basílica de la Virgen: a favor de enfermos mentales crónicos (Fundación MAIDES); madres sin recursos, atendidas por Provida Valencia y Villa Teresita, y ayuda a mujeres en situación de abuso y víctimas de trata. Con gesto tierno y preocupado, el Pontífice expresó espontáneamente: “Por favor, cuídenlos mucho”.
Había muchas ganas de estar con el Santo Padre. Hubo risas, intercambio de ‘rece por nosotros’ y del Papa pidiendo que recemos por él. Le pedimos que siguiera adelante. Con mucha sinceridad. Porque desde España la intensidad no es tan grande, pero desde el Vaticano es relativamente más fácil entender la cruz que debe soportar el sucesor de Pedro, cuánto trabajo y cuánto que hacer en el mundo. Por no añadir más.
No podemos decir que se hizo corto porque aquel tiempo llenó nuestra retina y nuestro corazón mucho más de lo esperado y si no retiran su silla para seguir adelante con otros saludos oficiales, el Papa Francisco se hubiera quedado con los valencianos mucho más tiempo. Así la Comisión del Centenario de la Coronación Canónica de la Virgen de los Desamparados, presidida por el Arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent y representantes de la Junta de la Archicofradía de la Virgen pudieron tener su encuentro con el Papa y en honor a la Mare de Déu.
La delegación valenciana obsequió al Santo Padre con una réplica de la imagen de la Virgen de los Desamparados, el libro y medalla del Centenario de la Coronación y la última grabación de cantos de la Escolanía, realizado con motivo del 60 aniversario de la entidad.
Junto al Arzobispo del Valencia, en la audiencia estuvieron presentes como ya se ha mencionado el vicario de Evangelización y rector de la Basílica de la Virgen, Melchor Seguí; el vicerrector Álvaro Almenar; el anterior rector, Jaime Sancho; el director de la Escolanía de la Virgen, Luis Garrido, el presidente de la Hermandad de Seguidores de la Virgen, José Luis Albiach, su precedente Juan Arturo Devís; María Dolores Alfonso, Camarera de la Virgen y presidenta de la Corte de Honor, y miembros de de la Junta de la Archicofradía de la Virgen: Joaquín Sapena, Amparo Silvestre y José Vicente Cubells; el secretario Quique Roig y la delegada de Medios de Comunicación, Amparo Castellano. Al grupo se unió el sacerdote valenciano Javier Camañes, destinado en el Servicio Diplomático de la Santa Sede en Bosnia.
Mons. Benavent en la Basílica de San Pedro: “La luz que nos descubre la verdad de nuestra vida”
Tras la audiencia con el Papa, el Arzobispo Mons. Enrique Benavent presidió la celebración de la eucaristía a las doce del mediodía en la Basílica de San Pedro, “la roca sobre la que se asienta la fe de la Iglesia”. Mons. Benavent recordó “estamos ante el sepulcro de San Pedro, la roca sobre la que se asienta nuestra Iglesia. También junto a Juan Pablo I -todos recordamos ese cariño de ‘el Papa de la sonrisa’, que tuvo un pontificado corto pero que ha dejado impronta en la vida de la Iglesia- Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI…, que nos ayuden a crecer en la fe en Él y en los sucesores de Cristo. Y tras el encuentro que hemos mantenido con el Papa Francisco, que nos haga sentirnos más Iglesia, y por tanto más hermanos. Que nos haga sentir miembros de la Iglesia del Señor y que esto lo vivamos como una gracia de Dios y nos ayude a crecer también en el sentimiento de pertenencia a la Iglesia”.
El arzobispo de Valencia señaló que “los cristianos tenemos que crecer en nuestra oración, en nuestra presencia de Dios, y es entonces es cuando descubrimos lo que Dios quiere de nosotros, lo que Dios quiere de la Iglesia. En los evangelios el Señor nos indica que en el fondo lo importante es la verdad de nuestra vida, situarnos ante el Señor, y a la luz de su presencia, descubrir lo bueno y lo malo porque ninguno somos perfectos. La palabra de Dios es como una luz que nos ilumina, que nos descubre la verdad de nuestra vida”.
Los valencianos en Roma también marcan su impronta. El sacerdote valenciano monseñor José Jaime Brosel, ese mismo domingo, tomó posesión de su nombramiento por el Papa como canónigo de la Basílica Santa María la Mayor de Roma. Por ello, Mons. Enrique Benavent celebró una misa en esta Basílica, en la Capilla de la Crucifixión, con la presencia de algunos sacerdotes valencianos residentes en Roma junto a su vicario episcopal, Mons. Vicente Cárcel. JJ Brosel es demás el Rector de la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat.z