Mª del Carmen Parreño, secretaria general del Samic junto a Jorge García Montagud, director del Samic, durante unas jornadas informativas.

AMPARO CASTELLANO / SERGIO BENAVENT | 14.6.24

El Servicio de Acompañamiento y Mediación Canónica (SAMIC) celebró el II Encuentro de Formación permanente. En su presentación el vicario judicial de la Archidiócesis y director del SAMIC, Jorge García Montagud, insistió en que “la formación es esencial, es lo que nos une, nos diferencia, nos capacita, sin perder de vista que el objetivo es ayudar y unificar”. El vicario judicial destacó “lo que aporta la formación compartida de todos los que trabajan ayudando a la familia y el nuevo enfoque de un SAMIC muy profesionalizado, con un protocolo de actuación y pastoral que integra como novedad la figura de matrimonios que acompañan a otros matrimonios”.

El Arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent, además de clausurar este encuentro de formación, expresó a los componentes del Servicio de Acompañamiento y Mediación Canónica que “el compromiso siempre es una expresión de fe viva. El testimonio bien vivido, el consejo evangélicamente dado, a veces no tiene un éxito espectacular pero sí que tiene un fruto”. El  Arzobispo pidió a los participantes en esta Formación que abunden “en el interior de las personas que se acercan, evitando el juicio, los moralismos”. 

Mons.Juan Ignacio Arrieta, secretario del Dicasterio para los Textos Legislativos expresó la preocupación de la Iglesia por las familias y los matrimonios en crisis. “El matrimonio es una unidad bellísima, que hay que construir y tiene que crecer de forma conjunta. Es natural que haya fases, momentos y situaciones cuesta arriba, con dificultades en la convivencia y momentos de incomprensión. Hay que distinguir estas situaciones de otras más complejas en las que el momento es más que una crisis y descubrimos que el problema está en el planteamiento de base del matrimonio”. 

Monseñor Arrieta destacó lo novedoso que el SAMIC está haciendo como organización: «Hay muchos movimientos y asociaciones que hacen algo similar para los cercanos, pero destacaría que lo que hace el SAMIC es algo transversal, que incorpora experiencias de grupos, asociaciones y movimientos muy distintos, lo que enriquece a todos los tratamos de vivir como cristianos”. Destacó su nueva iniciativa de acompañamiento de matrimonios por matrimonios, ya que “vivimos en una sociedad muy secularizada y es un gran elemento de salvación, un matrimonio ayudando a otro, compartiendo experiencias, rezando juntos y proponiendo los Sacramentos».

Mons. Rodríguez Torrente, juez auditor del Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica de Madrid, profundizó en el sentido del proceso de nulidad canónica.“Lo que rige el proceso canónico es la capacidad de poder descubrir la verdad de la persona y la verdad del matrimonio. Lo que inspira este proceso es recuperar a la persona para la Iglesia y para el mundo», apuntó. “El proceso de nulidad es verdaderamente sanador» por impartir justicia mitigada por la dulzura de la misericordia e invitó a reflexionar sobre  que la pastoral familiar o matrimonial tenga un diálogo permanente con las vicarías judiciales y los tribunales eclesiásticos, «para poder así aprender de los conflictos que están sucediendo y la forma de actuar y prevenirlos».

Carmen Casas, doctora en Psicología, psicóloga clínica, supervisora docente familiar, terapeuta de familia y de pareja, preguntó qué es lo que hace que una persona desarrolle apegos seguros. A su juicio es necesario potenciar los acompañamientos y recordó que en lo referente al perdón “la doctrina católica nos da la luz en los puntos esenciales”.

Cuidar y cuidarse al final del viaje compartido

Por su parte, Daniel Martínez González, facultativo especialista en Neumología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y profesor ayudante doctor en la Universidad de la Rioja, expresó de los desafíos comunes del matrimonio: la comunicación, la gestión financiera, el equilibrio trabajo-vida, los conflictos con los hijos y la enfermedad. “Un viaje lleno de incertidumbres y miedos en los momentos de crisis y para ese viaje es necesaria la unidad, el amor y el apoyo mutuo. Muchas veces las cosas se arreglan escuchando y entendiendo, más que interviniendo”. 

En su ponencia, “Cuidar desde la fe: a partir del diagnóstico hasta el tratamiento en tiempos de tormenta”, hizo referencia al ‘autocuidado’, y señaló que “es necesario desarrollar estrategias prácticas e identificar los signos de estrés, fatiga emocional y ‘burnout’ (agotamiento mental) de quienes acompañan o cuidan”. Para ello propuso    la oración, el ejercicio en pareja y el apoyo entre los matrimonios acompañantes. Asimismo pudo compartir su experiencia sobre los cuidados al final de la vida y afirmó que “lo importante es aliviar los síntomas y el sufrimiento, hoy en día la medicina técnicamente está preparada. El miedo del paciente enfermo no es a la muerte, sino al sufrimiento”. Martínez González compartió su experiencia citando a Pasteur: “un poco de ciencia te aleja de Dios, pero mucha ciencia te acerca a Él. Ambas, ciencia y fe son conceptos complementarios y no contrapuestos”, afirmó.

El II Encuentro de Formación Permanente tuvo un gran éxito de participación, con más de 125 alumnos procedentes de 25 diócesis españolas, es decir, duplicó el número de alumnos en este Encuentro al que asistieron delegados de pastoral familiar, abogados de los tribunales eclesiásticos, matrimonios que acompañan, mediadores, psicólogos y sacerdotes.