BELÉN NAVA | 14.06.24
La imagen del Cristo Crucificado de la Buena Muerte se venera históricamente en muchos pueblos de la comarca de l’Horta Sud. Sin embargo, y debido a un incendio que afectó al archivo municipal, gran parte del fondo del archivo parroquial en el que se expresaba de manera detallada la evolución del culto en Alaquàs se ha perdido. Es a principios de la década de los años 30 del siglo pasado, cuando se empieza a tener constancia de su culto, realizándose misas con frecuencia así como de los festejos que se celebraban en torno al Cristo.
La actual imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte que se venera en Alaquàs es fruto de la reconstrucción y rehabilitación de los templos que habían sufrido los efectos devastadores de la Guerra Civil. Con tal fin, la Archidiócesis de Valencia creó ‘La junta diocesana para la reparación y construcción de templos en el Arzobispado’ integrada por personas de distintos ámbitos como religioso, político y económico. Y es en este momento cuando se encarga al escultor imaginero Federico Siurana Vila (1905-1961) la realización de la talla.
Tras la presentación del boceto de la nueva imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y la pertinente solicitud presentadas por D. José Pla Ferris, cura regente de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción, la Comisión autoriza su bendición para el 5 de diciembre de 1942.
Entre los benefactores históricos de la imagen del Cristo de la Buena Muerte se encuentran los Clavarios, un grupo reducido del interior de la cofradía que se hace cargo de la financiación y de la planificación ceremonial festiva del Cristo. Y son ellos, los que este año han decidido que la imagen sea sometida a una restauración con la intención de detener los deterioros y devolverle su identidad estructural y visual, que se estima durará dos meses.
‘Gálvez y Plaza Restauradores’, liderado por los expertos restauradores Miguel Ángel Gálvez Robles y Marta García Plaza yreconocida por su experiencia y profesionalismo en la restauración de obras de arte sacro será la empresa encargada de llevar a cabo el trabajo.
La aprobación para esta intervención fue otorgada por la Archidiócesis de Valencia el pasado mes de mayo, luego de un exhaustivo proceso de evaluación del estado de conservación de la imagen. La restauración se llevará a cabo in situ en la Església parroquial de la Mare de Déu de l’Olivar.
ESTADO DE CONSERVACIÓN
En el examen visual realizado a la imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, se ha podido estudiar las principales patologías presentes en los distintos elementos que conforman la obra y que ponen de manifiesto el mal estado de conservación en el que se encuentra.
Tal y como se refleja en el informe “a pesar de que la imagen no haya tenido, ni tenga un uso procesional excesivo, se pueden apreciar las alteraciones características de los crucificados procesionales. Es por ello que se puede apreciar gran cantidad de fisuras y grietas que evidencian los movimientos de la madera”. De igual manera, la unión de los brazos al tronco se encuentra en riesgo de fracturarse y los depósitos de polvo y suciedad que se acumula por la superficie pueden llegar a provocar una inestabilidad química a corto o medio plazo.
En la talla, se han llegado a detectar repintes “que constituyen una alteración que repercute negativamente en la estética de la imagen”. De esta manera, los restauradores van a centrar su intervención en mantener la estabilidad estructural para evitar posibles daños más graves, todo ello desde el mayor respeto hacia la obra por sus valores históricoartísticos, estéticos, culturales y simbólicos.
LIMPIEZA, REVISIÓN Y FIJACIÓN
Las acciones que se van a llevar a cabo sobre la talla del Cristo “no modificarán la naturaleza material de la obra”, tal y como explican los restauradores y se reducirá estrictamente a los que la obra demande, siguiendo el principio de mínima intervención.
Entre los tratamientos previstos se contempla la limpieza superficial para eliminar los depósitos superficiales de suciedad y otros elementos ajenos a la obra así como la revisión de todos los ensambles, con especial atención a los brazos y la parte posterior del sudario.
De igual manera, es importante la fijación de los estratos pictóricos y del relleno de fisuras así como la reintegración cromática con materiales reversibles que no afectarán al material original y la aplicación de una capa de protección con un barniz a base de resinas sintéticas y transparentes.
Este proyecto de restauración es testimonio del compromiso continuo especialmente de los Clavaris del Crist d’Alaquàs 2024 en la preservación y promoción del rico legado cultural y religioso.