Foto: Alberto Sáiz

BELÉN NAVA | 13.09.2024

Vuestra misión educativa os tiene que llevar a transformar el trabajo, a vivirlo de una manera nueva, como una misión a la que el Señor os llama, como una nueva misión que el Señor os encarga. Llevarle a los niños a Él. Ser pescadores para Él. Significa vivir una educación que abra al encuentro con el Señor y que lo posibilite. Vivid vuestra vocación educativa no sólo como un trabajo, sino como una misión”. Con estas palabras, el arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, animó a los cerca de mil docentes de la Fundación Colegios Diocesanos-San Vicente Mártir durante la misa de envío de profesores, con la que concluyó el Encuentro de Profesores con el que se inaugura el curso académico 2024-25.

En el acto, celebrado en la Catedral de Valencia, monseñor Enrique Benavent les recordó que su misión “exige ciertas actitudes para mantenerse, para vivirla con alegría, para vivirla con esperanza, confiando en el Señor. A veces tenemos que confiar más en Él que en nuestros saberes, que en nuestras fuerzas. Confianza en el Señor, obediencia a su Palabra. Y eso os llevará a saber distinguir lo que son éxitos de lo que es el fruto de vuestro trabajo”.

De igual manera, los animó a continuar en su misión pese a las dificultades y el desánimo. “Todos hemos experimentado en la vida que, a pesar de nuestros conocimientos, de nuestros saberes, las cosas no salen como nos gustaría. En esos momentos hay que confiar en el Señor, pensar que la misión continúa y que la tenemos que vivir en obediencia al Señor y con la esperanza de que, en medio de los pequeños fracasos que podemos tener, si la vivimos desde la confianza del Señor, desde la obediencia a su Palabra, producirá frutos. Lo que se siembra bien siempre da sus frutos”.

“Os invito a que penséis en ese trabajo del día a día, en esa misión. Podemos muchas veces tener una visión de lo que es el colegio, la Iglesia, la educación, de lo que son los niños, mirando solo con ojos humanos.Y cuando las cosas se miran y se viven con ojos humanos, no llegamos a la Comunión”, indicó. 

Por ello, “hay que mirar las realidades de la Iglesia pensando que todo es de Cristo y que Cristo es de Dios. Y mirar a un niño, a un alumno con esa mirada. Pensar que cada niño, cada alumno, que cada compañero, de alguna manera son de Cristo. Y que, por tanto, la mirada de la fe nos hace ver a las personas, a las realidades que tenemos desde una perspectiva nueva, una mirada más profunda, nos lleva a acercarnos a las personas de una manera diferente, con una actitud diferente”.

Un educador “ve a los alumnos no solo con la mirada humana sino con la mirada de Cristo, como unidos a Cristo, como llamados a ser y a vivir como hijos de Dios. Y eso da un sentido nuevo, unas actitudes nuevas a vuestra tarea educativa”. 

Pero “cuando se hace con esta mirada nueva, con esta espiritualidad, la misión adquiere una nueva profundidad. Y esa es la mirada de la fe”.

Por último, el Arzobispo puso “este curso bajo la mirada de la Virgen María, como Madre que cuida de todos sus hijos, cuida de nuestros alumnos y también de vosotros. Que en medio de las dificultades  y de lo duro que es vuestro trabajo, os sintáis confortados la mirada y el cuidado de la Santísima Virgen María”. z