B.Nava | 13-02-2014
Los 41,5 kilogramos y los 1,43 metros de altura de la talla original de la Virgen de los Desamparados (que ha sido pesada y medida ahora por primera vez en sus seis siglos de historiaa) descansan sobre un ‘trono’ de plata que también está siendo restaurado por el equipo de CulturArts IVC+R, dentro del proyecto de restauración de la imagen y su camarín promovida por la archicofradía de la Virgen y financiada por la fundación Hortensia Herrero.
Los principales daños que se han observado son debidos a la humedad, tanto del camarín, como la propia de la ciudad de Valencia y por el paso del tiempo, sin olvidarse “de una limpieza con productos inadecuados que ha provocado este tipo de corrosión”, explica Carmen Pérez, al frente de la restauración.
Ahora, con todos los elementos restaurados -peana, ángeles y nube- “es necesario que demos a las personas que cuidan a la Virgen una serie de pautas de cómo han de limpiar estos elementos y de cómo tratar el metal”. Para evitar en lo sucesivo la corrosión se han aplicado sobre los metales inhibidores de protección y se va a realizar un exhaustivo control de la humedad y la temperatura del camarín así como de la eliminación del polvo.
Peana
Realizada en madera con relieves en plata, esta peana no estuvo hecha de forma expresa para la imagen de la Virgen de los Desamparados. Tras el desmontaje se ha comprobado que existían otros anclajes que hacen suponer que la peana se reutilizó y que debía pertenecer a otra imagen del siglo XVII.
Tras un primer estudio se comprobó que la madera no había sido afectada por insectos xilófagos. Pese a todo, se le ha dado un tratamiento para prevenirlos en un futuro.
Ángeles de plata
Primeramente, y antes de realizar cualquier intervención sobre ellos, “fue necesario conocer cómo estaban ensambladas todas sus piezas a nivel interno y, sobre todo, cómo se debía proceder a su desmontaje para un mejor tratamiento sin dañar ni provocar ningún deterioro en esta operación”, asevera Carmen Pérez.
Para ello usaron la video endoscopia que les permitió, de forma fidedigna, resolver todas las dudas y las cuestiones planteadas por los técnicos encargados de intervenir estas dos piezas.
El pelo de los ángeles es de plata dorada al mercurio. Su estado se encontraba muy deteriorados y el bronce“presentaba en algunas zonas una corrosión muy importante”. Además, “las alas estaban desprendidas”.
Nube
Otra de las piezas que estaba dañada es la nube sobre la que está posada la Virgen. También está realizada en plata de ley de 1ª calidad y dentro de ella se ha “rescatado”, una alianza, un alfiler con cabeza de perla y una amatista en forma de lágrima que posiblemente pertenezca al remate de una ‘joia’ de valenciana. “Estas piezas pueden pertenecer a alguna de las camareras encargadas de vestir a la Virgen que mientras manipulaba los ropajes la perdiera o que se cayera del manto”, indica Pérez.
Tras su restauración, también se están estudiando diversas soluciones para que la pieza no sufra cada vez que esta se gira en el camarín de la Virgen.