❐ BELÉN NAVA | 02.06.2022
“A veces puede parecer que la clase de Religión es lo mismo que la catequesis. No es así. En la clase de Religión tus hijos no solo aprenderán a rezar o conocerán la Biblia. También se enseñan contenidos de carácter académico con un objetivo esencial: que puedan conseguir un desarrollo pleno de su personalidad”. Con estas palabras el portal meapuntoareligion.com da la bienvenida a los padres que todavía se encuentran dudosos a la hora de matricular a su hijo/a en la asignatura de Religión.
A pocas semanas para formalizar la matrícula de los nuevos alumnos, tomar esta decisión es clave en el futuro de nuestros hijos. El vicario episcopal, Rafael Cerdá, delegado de Enseñanza y Pastoral Educativa del Arzobispado de Valencia apunta la importancia de cursar esta asignatura durante el encuentro que mantiene con PARAULA.
–¿Por qué es importante que nuestros hijos cursen en los colegios la asignatura de Religión?
La dimensión religiosa forma parte del ser humano y, además, en estos tiempos, la Religión nos aporta un bagaje cultural importante que nos ayuda a dar sentido a otras muchas cosas.
– Pese a lo que mucha gente piensa, la asignatura de Religión no es sinónimo de catequesis.
No, por supuesto. Es una visión más cultural, que no niega lo anterior pero sí que valora la aportación que a la sociedad y a la propia persona le hace esa dimensión. La asignatura de Religión es un instrumento más que nos ayuda a transmitir a la persona que va creciendo, a los alumnos, el que descubra una nueva dimensión: lo que significa la dignidad de la persona porque desde la dignidad de la persona, que para el cristiano es la dignidad de ser hijo de Dios, descubrimos el respeto a los demás, a mí mismo.
Al darle a conocer a nuestros alumnos la dimensión trascendente de la persona, le ayudamos a conocer a Jesucristo y les ofrecemos los valores cristianos para crear una sociedad justa y solidaria.
–De igual manera, tampoco hay que olvidarse de la dimensión cultural…
Efectivamente. Tantos y tantos hombres y mujeres eclesiásticos que en sus publicaciones nos han ofrecido una gran cantidad de datos históricos, científicos, culturales…así como la tradición artística: desde la arquitectura hasta la cultura del estudio, de la contemplación, de lo que significa descubrir la belleza…y que todo nos ayuda a crecer como personas menos dependiente de las técnicas y más capaces de por uno mismo crear.
– Para ello es importante la figura del profesor Religión, que al igual que otros profesores, debe ser un maestro educador.
El profesorado de Religión tiene que cumplir estrictos requisitos para poder impartir las clases. El profesor tiene que tener una doble titulación, una es la que le pide el Estado para entrar en un aula de esos niveles y otra, la que le pide la Iglesia para ser conocedor de la materia que va a ofrecer. La exigencia es la misma, incluso me atrevería a decir que doble. La titulación del maestro de Primaria tiene que ser al menos una diplomatura en Ciencias Religiosas y el profesorado de Secundaria debe poseer la licenciatura en Teología. Y deben demostrar su idoneidad con la Declaración Eclesiástica de Competencia Académica (DECA).
–¿Cómo pueden los padres solicitar que sus hijos cursen la asignatura de Religión?
En primer lugar, los padres tienen libertad para elegirla y el centro tiene obligación de ofrecerla ya que impedir la presencia de la religión en la escuela va contra el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos (art. 27 de la Constitución) y contra los derechos humanos que defienden la enseñanza de la religión (art.18 de la Declaración de los Derechos Humanos).
En la práctica, para solicitarlo se puede hacer al reservar la plaza o al matricular en el colegio al niño o niña. Si ya está matriculado, al inicio del curso escolar se puede pedir cursar la asignatura en el centro educativo.
Amplía tus puntos de vista
La Comisión Episcopal para la Educación y Cultura de la CEE ha compartido los datos estadísticos del alumnado que opta por la asignatura de Religión Católica en este curso 2021-22 que esta a punto de finalizar. Se trata de una compilación de datos reales obtenidos por las 69 delegaciones diocesanas de enseñanza. Estos resultados son la suma de datos de un total de 18.043 centros públicos, concertados y privados; no corresponden a la totalidad de los centros educativos de las Comunidades Autónomas.
En cuanto a la elección de la enseñanza de Religión Católica al inicio de este curso escolar, teniendo en cuenta los datos obtenidos, desde Educación Infantil hasta Bachillerato, suman en este curso 3.151.194 alumnos/as en todo tipo de centros, lo que significa el 59,85% del alumnado.
“Valoramos muy positivamente que más de tres millones de alumnos y alumnas cursan semanalmente la enseñanza de Religión como asignatura libremente elegida; se trata de cifras significativas que hay que considerar en el marco de una sociedad diversa de creciente pluralidad cultural y religiosa. Los obispos agradecen sinceramente el sentido de la responsabilidad y la confianza de las familias y jóvenes que han solicitado al inicio de este curso la asignatura de Religión Católica como parte de su formación integral y preparación para el futuro”, indican fuentes de la comisión.