L.A. | 21.10.21
Con una misa solemne en la Catedral valenciana, precedida de un volteo de campanas, el cardenal arzobispo de Valencia Antonio Cañizares inauguraba el pasado domingo la fase diocesana del Sínodo Universal convocado por el papa Francisco sobre la sinodalidad, la participación y la misión de la Iglesia, “una oportunidad muy grande para la renovación y revitalización de nuestra Iglesia diocesana y de la Iglesia universal, inspirada por el Espíritu Santo”, según indicó el Arzobispo.
“Nuestra diócesis se une en comunión de fe y sentido eclesial gozosamente a esta iniciativa del Papa”, aseguraba en su homilía el titular de la archidiócesis que hizo especial hincapié en llamar a la participación en esta fase diocesana “a todo el Pueblo de Dios, creyentes y no creyentes, alejados incluidos, en especial de los pobres y desheredados”, a los que la Iglesia “tiene que servir de forma preferente”.
En este sentido puntualizó que “las directrices del Sínodo recuerdan que el objetivo es asegurar la participación del mayor número posible de las personas donde se encuentran para escuchar la voz viva de todo el pueblo de Dios y esto no es posible objetivo si no hacemos un esfuerzo especial en llegar activamente a las personas donde se encuentran, especialmente los que a menudo son excluidos o no participan de la Iglesia”.
Después de resaltar que “el principal problema que nos aqueja hoy es el olvido o rechazo de Dios y sus consecuencias”, el cardenal Antonio Cañizares explicó que, por ello, precisamente, “necesitamos volver a Dios, recuperar el sentido de Dios, y nuestro sínodo tiene que conducirnos a ser de Dios, a amarle, a conocerle y darle a conocer a todos”.
“Y como Él, ser una Iglesia servidora de todos, en especial a los últimos y desheredados”, agregó.
Por lo tanto, “la actitud que hemos de tener en esta fase diocesana no es otra que la de estar atentos a lo que Dios mande de nosotros”.
“Hoy es un día muy grande, de verdad, porque unidos a toda la Iglesia con el Papa iniciamos esta fase diocesana del Sínodo Universal que debe abrir de par en par las puertas a Cristo para cambiarlo todo, la cultura, la política, para cambiar un mundo hacia la paz, la fraternidad y que los hombres tengamos un solo padre y un solo Dios, al que llevemos esperanza”.
Al término de la misa, el cardenal Antonio Cañizares resaltó la presencia en la eucaristía de hoy de toda la diócesis representada en los obispos, los sacerdotes, la vida consagrada, los laicos y los más necesitados representados por Cáritas. “Toda la iglesia diocesana se ha unido en comunión con el Santo Padre para este Sínodo por el que os pido que recéis mucho para que sea una Iglesia misionera y evangelizadora. No bajemos la guardia y llevemos esta comunión tan hermosa con la Iglesia universal a todos”.
En la misa concelebraron con el arzobispo sus obispos auxiliares monseñores Javier Salinas y Arturo Ros, el obispo auxiliar emérito monseñor Esteban Escudero, y el consejo episcopal de la archidiócesis de Valencia.