Redacción | 3-04-2013
Momento del videomensaje en el Duomo de Turín.
En un vídeomensaje con motivo de la ostensión televisiva de la Sábana Santa el pasado Sábado Santo, el Papa dijo que el el hombre de la Síndone “nos invita a contemplar a Jesús de Nazaret”. “Habla a nuestro corazón y nos lleva a subir al monte del Calvario, a mirar el madero de la cruz, a sumergirnos en el silencio elocuente del amor”, añadió. Así, pues, “dejémonos alcanzar por esta mirada, que no va en busca de nuestros ojos, sino de nuestro corazón. Escuchemos lo que nos quiere decir, en el silencio, sobrepasando la muerte misma. A través de la Sábana Santa nos llega la Palabra única y última de Dios: el Amor hecho hombre, encarnado en nuestra historia; el Amor misericordioso de Dios”.
Oración de S. Francisco
El rostro de la Sábana Santa -prosiguió el Papa- “transmite una gran paz; este cuerpo torturado expresa una majestad soberana. Es como si dejara trasparentar una energía condensada pero potente; es como si nos dijera: ten confianza, no pierdas la esperanza; la fuerza del amor de Dios, la fuerza del Resucitado, todo lo vence”.
Por eso, “contemplando al hombre de la Sábana Santa, hago mía la oración que san Francisco de Asís pronunció ante el crucifijo:
Sumo, glorioso Dios / ilumina las tinieblas de mi corazón / y dame fe recta / esperanza cierta / y caridad perfecta / sentido y conocimiento, Señor / para que cumpla / tu santo y verdadero mandamiento. Amén”.