Redacción | 18-02-2015
Durante el consistorio en el que creó veinte nuevos cardenales, el pasado 14 de febrero, el Papa invitó explicó que todo purpurado “debe tener un fuerte sentido de la justicia, de modo que no acepte ninguna injusticia, ni siquiera la que podría ser beneficiosa para él o la Iglesia”. Asimismo, Francisco les invitó a “saber amar sin límites”, no de modo teórico sino manifestándolo en “gestos concretos”.
El Obispo de Roma les advirtió, además, de un peligro: “Tendemos a la envidia y al orgullo a causa de nuestra naturaleza herida por el pecado, y tampoco las dignidades eclesiásticas están inmunes a esta tentación”. El egoísmo lleva, a veces, a disfrazar el interés personal con “nobles apariencias”.
De entre los veinte nuevos cardenales, quince son electores por tener menos de 80 años. Entre los nuevos purpurados hay dos españoles, Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, y el agustino recoleto José Luis Lacunza, obispo de David (Panamá).
Entre los quince nuevos cardenales electores hay sólo un miembro de la Curia romana, el francés Dominique Mamberti, presidente del Tribunal de la Signatura. Los hay también procedentes de países que nunca han tenido un cardenal, como Cabo Verde, Myanmar o Tonga. A pesar de esa mayor internacionalización en el colegio cardenalicio, el peso de Europa sigue siendo muy alto -57 de los 125 cardenales electores- debido sobre todo a la presencia de 26 cardenales italianos. El segundo país, Estados Unidos cuenta con once, y los siguientes, España, Francia e India, con cinco.
Los nuevos cardenales electores elevan a 31 el número de cardenales nombrados por el papa Francisco entre los 125 con derecho a participar en el Cónclave.
Saludo a Benedicto XVI
Al inicio de la ceremonia en la basílica de San Pedro, el papa Francisco saludó afectuosamente a su predecesor, el papa emérito Benedicto XVI. Entre los asistentes al consistorio, la representación española estuvo encabezada por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. También acudieron los ministros de Asuntos Exteriores, Jose Manuel García Margallo, y de Interior, Jorge Fernandez Díaz, así como el embajador de España ante la Santa Sede, Eduardo Gutierrez Sáenz de Buruaga.
Ya en la misa con los nuevos cardenales que celebró al día siguiente, el Papa reflexionó sobre la acogida al necesitado, al alejado y al que necesita curar sus pecados. “El camino de la Iglesia es el de no condenar a nadie para siempre”, dijo.
El Santo Padre señaló que “el camino de la Iglesia, desde el Concilio de Jerusalén en adelante, es siempre el camino de Jesús, el de la misericordia y de la integración. Esto no quiere decir menospreciar los peligros o hacer entrar los lobos en el rebaño, sino acoger al hijo pródigo arrepentido; sanar con determinación y valor las heridas del pecado; actuar decididamente y no quedarse mirando de forma pasiva el sufrimiento del mundo”.
Por otra parte, aprovechando su presencia para el consistorio de creación de nuevos cardenales, los purpurados -entre ellos el arzobispo de Valencia- fueron informados de primera mano en el Vaticano de la reforma de la Curia romana que está impulsando el papa Francisco.