Radio Vaticano| 3-07-2013
Será una breve pero intensa visita. El Papa, afectado por los naufragios que ocurren con frecuencia, desea rezar por los que han perdido la vida en el mar, visitar a los supervivientes y refugiados, animar a los habitantes de la isla y a hacer un llamamiento a la responsabilidad de todos, para que se ocupen de estos hermanos y hermanas en extrema necesidad.
Stefano Nastasi, párroco de Lampedusa, ha reconocido que “no esperaba que el papa Francisco aceptara inmediatamente mi invitación. Tenía la esperanza de que se tomara en cuenta, pero no tan pronto. Nunca me imaginé que el primer viaje del Papa fuera de la diócesis de Roma, fuera a Lampedusa. Al principio no podía creerlo, pero luego me sentí muy cerca del corazón del Papa y he sentido el corazón de Francisco muy cerca de nuestra comunidad”.
En una carta que había enviado al Papa poco después de su elección en marzo, “lo invité a venir aquí y le conté lo que nuestra comunidad ha vivido en los últimos años, desde cuando se han intensificado los desembarcos de los migrantes. También me imaginé que las lágrimas de conmoción del Papa, en el momento de su elección, pudieran mezclarse con las lágrimas de dolor de todos los hombres y mujeres, comprendidos los que pasan a través de nuestra isla en busca de esperanza. También me imaginé que el papa Bergoglio, siendo hijo de inmigrantes, comprendería profundamente la problemática relacionada con la inmigración.