Voluntarios y usuarios de Valencia Ronda Sur realizan numerosas excursiones y visitas culturales a lo largo del curso.
L.B. | 06-07-2014
La asociación Valencia Ronda Sur, el club de convivencia para jubilados que se encuentra en los locales de la parroquia San Josemaría Escrivá de Valencia, cierra su segundo curso con un balance más que positivo y con muchos proyectos para el próximo año. El principal de ellos, ampliar sus servicios al acompañamiento del mayor en su propia casa.
‘Mayor en casa’ es un proyecto que pretende paliar la soledad y la marginación que sufren algunas personas mayores que salen en muy contadas ocasiones de sus viviendas. A partir del próximo mes de septiembre, los voluntarios de la asociación visitarán a los mayores que lo necesite en su domicilio. Pero no se limitarán a hacerles compañía un rato sino que, además, podrán acompañarles a dar un paseo y, si es preciso, les llevarán al médico o les ayudarán a realizar gestiones diversas de calle.
Además de este nuevo proyecto, la asociación continuará con las actividades que ha venido desarrollando hasta ahora y que tan buen seguimiento han tenido: comentario de prensa, cerámica, informática, gimnasia, costura, carpintería, cocina, inglés, excursiones, charlas formativas, visitas culturales…
Cualquier persona que se haya jubilado, a partir de los 60 o 65 años, y pertenezca o no a la parroquia San Josemaría, puede asistir a estos talleres, cuyo objetivo es que la mente de los mayores se encuentre en ejercicio y estimular sus capacidades para que sigan teniendo proyectos e ilusiones.
Al tratarse de una asociación sin ánimo de lucro, la labor de los voluntarios es muy necesaria, imprescindible. Por eso, todos pueden aporta al centro sus conocimientos y habilidades, de manera que una persona puede ser usuario de un taller y, a la vez, dirigir otro o dedicarse a organizar excursiones y otros eventos.
Experiencia de usuarios y voluntarios
Los usuarios y voluntarios de la asociación Valencia Ronda Sur no dudan en manifestar su satisfacción con el centro. Ese es el caso de Eloy Conesa Benito, de 76 años, que acude con asiduidad a la asociación donde recibe clase de dibujo y pintura y de informática. “Vengo para seguir pintando cuadros, afición que ya tenía antes”, explica Eloy. Del centro destaca “el buen trato que nos dan, el poder disfrutar de gratas compañías y de todos los amigos que hay aquí y que son estupendos”. Pero además, “sigo aprendiendo y empleo un tiempo con el que antes no sabía qué hacer”, señala.
Juan Ribera Talavera, tiene 76 años. Sus hijas le animaron a ir al centro cuando se jubiló porque había sido una persona muy activa y “no querían que me hundiera” -Juan llevó la administración de varias empresas, entre ellas del Hospital Peset durante 49 años, y fue secretario general de la Federación de Colombicultura de la Comunidad Valenciana 30 años-. Le gusta mucho el centro porque “mantienes la actividad”. Juan asiste a clases de pintura e informática. Saber manejar el ordenador y navegar por internet le ha permitido, además de enviar correos y leer los periódicos, mantenerse en contacto con una de sus hijas que vive en Alicante.
Juan Vicente Mas es voluntario en el centro, donde da clases de arte, cerámica y pintura. A sus 64 años está jubilado. Toda su vida la ha dedicado a la enseñanza de “niños mocosos” pues era un “maestro de los antiguos”, dice con cariño. La asociación le gustó mucho porque cada uno de los usuarios lleva al centro lo que ha sido durante su vida. “La gente mayor tiene valores inmensos que pueden ayudar y enseñar a otras personas”. Y eso es, precisamente, lo que él hace: aporta sus conocimientos y experiencia. Disfruta del ambiente que se vive en el centro y recuerda que se sintió especialmente satisfecho de su labor el día en que un usuario le dijo que estaba deseando que pasase el fin de semana para volver a la asociación el lunes.