L.B. | 27-03-2014
Más de 400 personas procedentes de 80 parroquias y pertenecientes a Vida Ascendente celebraron el pasado miércoles el 25 aniversario de este movimiento de apostolado para jubilados y personas mayores, con una misa de acción de gracias en la catedral de Valencia.
La eucaristía fue presidida por el arzobispo, monseñor Carlos Osoro, y concelebrada por numerosos consiliarios parroquiales del movimiento, así como por el vicario de evangelización, Javier Llopis; el vicario episcopal José María Taberner; y el consiliario diocesano del movimiento, Luis Sánchez.
En su homilía, monseñor Osoro aseguró que “si no estuvieseis los mayores, muchas noticias de Dios no llegarían a este mundo”.
El prelado señaló también que “Dios os ha puesto a vosotros como movimiento en medio de este mundo y en medio de la historia de nuestra archidiócesis para que, con sabiduría e inteligencia, sigáis mostrando que Dios es lo necesario” en medio de una “cultura del bienestar” que nos encierra en nosotros mismos y “nos hace prescindir de Él ”.
El Arzobispo agradeció la labor de Vida Ascendente que en estos 25 años “glorificáis al Señor”, en “vuestras parroquias y familias” y les invitó a seguir haciéndolo “no sólo con palabras, sino con vuestro ejemplo, a vuestros hijos, nietos, personas que os rodean y a la sociedad”.
Por último, don Carlos afirmó que “vosotros sois importantes porque tenéis el empeño de aproximar el reino de Dios a este mundo” y les animó a invitar “a otros a que tomen esta tarea, que no es de jubilados, sino de personas que después de una experiencia de vida, descubrís que Dios es lo más importante para el ser humano”.
Tras la homilía, los miembros de Vida Ascendente renovaron sus compromisos: amistad, espiritualidad y apostolado, llevando tres velones al altar, que fueron encendiéndose conforme la presidenta leía los compromisos.
Terminada la eucaristía, los mayores se trasladaron en autobuses y vehículos particulares a Alaquàs, donde continuaron los actos festivos.
“No os quedéis en el sillón”
La presidenta de Vida Ascendente, Marisa Manglano de Mas, saludó a los asistentes y afirmó que gracias a Vida Ascendente “he descubierto el mundo de otras muchas personas mayores que necesitan de nuestra amistad, la espiritualidad y el compromiso”.
Marisa Manglano animó a los presentes a “ser alegres y salir de vuestras casas y de vuestra comodidad porque tenemos que dar testimonio de nuestra vida de fe y de amor”.
A continuación, el presidente nacional de Vida Ascendente, Guillermo Aparicio García, manifestó que “los mayores, en estos momentos de crisis, somos, en muchos casos, el sostén y el apoyo de las familias”. Y tras señalar que los abuelos ayudan en el cuidado y educación de los nietos, destacó que “en definitiva, son imprescindibles en las familias”.
Aparicio recordó que muchos mayores, que se encuentran solos en sus domicilios, son visitados por otros mayores, “que les transmiten el amor de Dios y la cercanía de sus hermanos”.
“No olvidemos nunca que lo necesitan”, y, por ello, “debemos salir de casa e ir a su encuentro, pues nos espera con los brazos abiertos dentro de su soledad”, subrayó. Y concluyó animando a los mayores: “No os quedéis en casa en el sillón, salid: pues dando, se recibe mucho más”.
Por su parte, el consiliario diocesano, Luis Sánchez, señaló que “estos 25 años no son sino el punto de partida de una nueva etapa que se abre para Vida Ascendente en Valencia”.
“Nuestra larga historia no es sólo para que la disfrutemos nosotros, sino para que irradiemos esa alegría que llena el corazón y la vida entera”, añadió. Y continuó explicando que
“los mayores que nos dejamos llenar por Dios, somos liberados de la tristeza, del vacío interior, de la soledad” porque “con Jesucristo siempre nace y renace la alegría”.
Asimismo, Sánchez alentó a los mayores a renovar cada día “nuestro encuentro personal con Cristo”, y dado que “nuestros hermanos nos esperan y necesitan”, les animó diciendo: “Tenemos una gran misión que cumplir: llevar a nuestros hijos, nietos y amigos, a todos los hombres la alegría del Evangelio: ésa es, y no otra, la razón de ser de Vida Ascendente”.
Tras la comida, continuó la celebración festiva, que fue dirigida por la vicepresidenta del movimiento, Isabela Belenguer, quien explicó que “compartir la fe y expresarla en actos concretos me ha hecho vivir una fe más madura”.
También señaló que “en Vida Ascendente he vivido la auténtica filiación divina, a través, no solo de la amistad, sino de la más honda fraternidad”.
90 mayores de 90
Un momento muy emotivo fue la entrega a los mayores de 90 años -más de 90 ancianos- de un diploma en agradecimiento por su larga y fecunda labor de apostolado.
En nombre de todos ellos, una de las primeras integrantes del movimiento, Emilia Reigosa, agradeció el reconocimiento, y destacó que “los que estamos aquí reunidos hemos recibido mucho más de Vida Ascendente de lo que hemos aportado. Para mí, Vida Ascendente ha sido una maravilla: sin ella, a mi vida le habría faltado algo”.
También se entregaron diplomas de agradecimiento a los iniciadores del movimiento en Valencia, entre los que destacan el sacerdote Manuel Guillén, que no pudo asistir por enfermedad, y Luisa Longo. Ésta ofreció su testimonio personal y recordó los inicios del movimiento en Valencia, que se remontan al año 1989 y, en concreto la reunión del día 29 de junio con el entonces Arzobispo, don Miguel Roca, que “con gran interés nos acogió y nos apoyó”.
También tuvo un recuerdo para los promotores del movimiento, “que trabajaron y se esforzaron con un gran entusiasmo”, destacando a Ana Balaguer, que “ahora mismo, desde el Cielo, estará disfrutando de este día con todos nosotros”.
El acto incluyó dos proyecciones. La primera, una visión cristiana de las personas mayores y de lo que Vida Ascendente supone para ellas. Y la segunda, una recopilación de imágenes y recuerdos de lo que han sido estos veinticinco años del movimiento en Valencia, a través de más de un centenar de fotografías, en las que muchos de los presentes se vieron reflejados. Un momento que arrancó muchos comentarios gozosos, y alguna que otra lágrima.
La jornada concluyó con una exhibición de bailes valencianos por el grupo de bailes de la falla Ausias March-Na Robella.