L.B. | 2-02-2014
Uno de los autobuses estaba habilitado con camillas y otros tres, con rampas especiales. ALBERTO SAIZ
Los más de mil peregrinos valencianos que han participado en la peregrinación al santuario francés de Lourdes, organizada por la Hospitalidad Valenciana de Nuestra Señora de Lourdes, regresaron el pasado fin de semana “muy contentos, con las pilas recargadas y sin abandonar la sonrisa”, según indica Juan Antonio Yedra, presidente de la entidad organizadora.
De todos los peregrinos, 189 eran enfermos y personas con discapacidad. “Cada uno acude con sus propias motivaciones y para muchos es la única oportunidad  que tienen durante todo el año de salir de su entorno”, añade Yedra, quien destaca que “Lourdes es un viaje de acción de gracias, en el que ves a personas muy enfermas que dan gracias por sus circunstancias y por lo que les ha dado la vida”.
El resto del numerosísimo grupo de peregrinos valencianos lo componían los médicos, profesionales sanitarios, jóvenes, familias y voluntarios “que año tras año nos acompañan y prestan su servicio y sin cuya ayuda esta peregrinación sería imposible”, reconoce Juan Antonio. Entre los voluntarios hay personas de todas las edades, aunque este año han destacado los jóvenes. “Hemos contado con muchos jóvenes, pues venía un grupo de Scouts, otro de voluntarios de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir y también otro grupo del Colegio Cumbres”, añade el presidente de la Hospitalidad.
Los peregrinos partieron el día 26 al santuario francés en alguna de las distintas modalidades de viajes organizados por la Hospitalidad. Así, un grupo muy numeroso lo hizo en autobuses. De los trece autocares que partieron desde Valencia, uno estaba habilitado con camillas para enfermos, a modo de literas, y otros tres, adaptados con rampas especiales. Otro grupo de más de 400 peregrinos viajó en un tren especial desde la Estación del Norte de Valencia. Y el resto lo hicieron en un avión que salió del aeropuerto de Manises.
La expedición valenciana ha estado presidida por el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, que se desplazó a la ciudad francesa, donde participó con los peregrinos en todos los actos. El sábado presidió la misa en la gruta, a la que asistió también la peregrinación de la diócesis de Segorbe-Castellón y, posteriormente, en el Vía Crucis. Además, el domingo concelebró en la misa internacional.