El miércoles 28, el sacerdote nigeriano Kenneth Iloabuchi, de la diócesis de Cartagena-Murcia, invitado por la asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) ofrecerá una charla sobre la persecución cristiana que vive su país y el secuestro de 200 niñas por el grupo terrorista islámico Boko Haram. Será en la parroquia San Antonio de Padua de Valencia. En PARAULA le preguntamos cómo vive esta dramática situación en la distancia y qué le llevó a ser cura.
Un cura con raíces de misioneros irlandeses
Kenneth Iloabuchi tenía 17 años cuando en el 2000 llegó en patera a Algeciras. “Acababa de terminar la escuela y decidí buscar mi futuro en Europa”. Pertenece a una familia católica. Su abuela fue una de las primeras nigerianas “que acogió la fe cristiana y se bautizó” cuando en 1912 llegaron los primeros misioneros católicos de Irlanda a su pueblo Adazi-Nnukwu. El año pasado fue ordenado sacerdote en la diócesis Cartagena-Murcia por el arzobispo de Abuja Card. John Onaiyekan. Está como coadjutor en San Pedro del Pinatar y junto al párroco, Roberto, “atendemos dos parroquias con más de 30 mil habitantes”. Ayuda en la pastoral de jóvenes y en los colegios mientras que en Murcia se encarga de la pastoral con los inmigrantes africanos.
Entrevista
- Como nigeriano, ¿cómo siente el secuestro de las 200 niñas por parte del grupo terrorista Boko Haram?
- Muy mal porque al norte de Nigeria, donde actúa este grupo, viven con auténtico miedo sin saber qué les puede ocurrir mañana. Todos corren peligro pero, especialmente, los cristianos. En Murcia organizamos una marcha de apoyo a las familias afectadas por el secuestro y la respuesta fue muy buena. Vinieron muchos cristianos nigerianos pero lo más sorprendente fue ver cómo nuestros paisanos musulmanes se unían a la marcha y a la oración, y es que también hay secuestradas niñas musulmanas.