BELÉN NAVA | 18.06.2020
“La Iglesia no puede erradicar el paro. Y, sin embargo, puede ayudar mucho a remediar sus consecuencias y a cambiar las conciencias en vistas de un nuevo orden económico”. Son palabras del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, en la importante carta pastoral sobre el paro que, con el título “Dadles vosotros de comer. ¿Dónde está tu hermano?” publicó en PARAULA el pasado 31 de mayo.
Muy preocupado por la actual situación que están viviendo muchas familias en nuestra diócesis, el Arzobispo anunciaba en esta carta la creación de una Comisión Diocesana por el Empleo y de lucha contra el paro, integrada por “cristianos comprometidos, libres de pensamiento y acción, con estudios serios y fundamentados” que ofrezca directrices, sugerencias y proyectos concretos, crítica, sólida e independiente.
Bien común de la persona
Además, esta comisión no se fijará solo en lo económico sino también “en otros aspectos necesarios para el bien común y de la persona hoy y aquí, moral, humana, social, cultural, espiritual y para la urgente recomposición moral, espiritual, humana y cultural del tejido social que hay que reparar y restituir por vías de urgencia”, explica.
Así, afirma en su carta pastoral que “el paro condena a un mundo como el nuestro. Todos, ante el paro masivo, somos y debemos sentirnos solidarios y responsables, de manera particular los cristianos, que tenemos una razón especial para ello”.
El Cardenal también reflexiona ante la situación de aquellos que se encuentran parados en una edad madura, puesto que “puede dar por casi seguro que no encontrará otro. En estos casos hay familias que llegan a extrema necesidad y viven en angustiosos y permanentes conflictos”, de igual manera, y en el extremo opuesto, el paro juvenil “está afectando a los adolescentes que van a ver aún más incierto su futuro”.
Es por ello que “aunque nuestros esfuerzos individuales sean bien poca cosa para remediar tanto mal, quienes hoy carecen de trabajo nos apremian para que los ayudemos a llevar su carga y les mostremos así nuestra solidaridad”, y para eso se crea la Comisión Diocesana en favor del Empleo que el propio Cardenal anunció en su homilía el día de la Virgen de los Desamparados.
De igual manera, el Arzobispo no ha querido dejar de elogiar la labor que están realizando las familias y Cáritas puesto que están siendo ya un notable paliativo, “no sólo digno de encomio, sino merecedor, además, de reconocimiento público y de apoyo por parte de quienes deben y debemos apoyarlas con gestos y disposiciones oportunas”.