L.B. | 2-11-2017
Taller ‘Mosaico vivo’, para cristianos iraquíes refugiados en Jordania.La Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, que cuenta con 30.000 miembros en todo el mundo, fue creada por Godofredo de Bouillon tras conquistar Jerusalén en el año 1099 durante la Primera Cruzada para la defensa de los Santos Lugares, y España “es el único lugar del mundo en el que ha existido ininterrumpidamente desde su fundación”.
A más de novecientos años de su creación, la orden sepulcrista no es una reliquia del pasado sino una institución activa y dotada de gran vitalidad. Los caballeros del Santo Sepulcro han cambiado la fuerza de las armas por la solidaridad y ahora combaten mediante el testimonio, con el que dan a conocer y recuerdan las circunstancias por las que atraviesan hoy en día los Santo Lugares y los cristianos que viven allí.
Acción caritativa
En la actualidad, el fin espiritual y social de la Orden es “ayudar a las instituciones caritativas y sociales de la Iglesia Católica en Tierra Santa, particularmente, las del Patriarcado Latino de Jerusalén” y su fin asistencial es “defender la fe cristiana en Tierra Santa y la conservación de los Santos Lugares”, indica Juan Ferrando, secretario de la Orden en Valencia.
Así, en la actualidad la Orden mantiene 70 parroquias y cerca de 50 colegios en los que atiende a unos 30.000 estudiantes, de los cuales alrededor de 10.000 son cristianos y la mayoría, de escasos recursos.
Pero además, promueve y financia iniciativas de asistencia y desarrollo en la zona, que comprende Jordania, Palestina, Israel y Chipre, aunque también asume proyectos en territorios bíblicos, como Egipto o Líbano. De esta forma, el pasado año 2016 desarrolló 30 proyectos en Palestina, 16 en Jordania, 3 en Israel y 1 en Chipre.
La Orden obtiene los recursos para llevar a cabo estos proyectos de sus propios miembros, quienes adquieren el compromiso de realizar aportaciones periódicas. Estos ingresos se ven aumentados con distintas actividades benéficas que organizan a lo largo del año, como cenas benéficas, en los que pueden llegar a recaudar 10.000 euros.
Todas las aportaciones se entregan directamente al Patriarcado Latino de Jersusalén que conoce las necesidades reales en la zona y coordina los distintos proyectos distribuyendo los fondos.
Cristianos comprometidos
“Somos los grandes desconocidos porque nuestro trabajo no se plasma aquí sino en Tierra Santa. Sin embargo realizamos una gran labor. Nuestros miembros son muy activos y su trabajo es muy necesario pues sin él, sería imposible la presencia cristiana en Tierra Santa”, explica Juan Ferrando. Por ello, los Caballeros y Damas “han de ser personas cristianas, muy implicadas y con una idea muy clara de cuál es nuestro objetivo”, añade.
Los miembros de la Orden no olvidan tampoco su propia formación. “Reforzamos nuestra espiritualidad mediante la celebración mensual de una misa en la que el consiliario, Álvaro Almenar, nos ofrece una meditación y organizamos también unos ejercicios preparatorios de la Cuaresma”, señala Ferrando.
Además, todos los miembros de la Orden peregrinan una vez, al menos, a Tierra Santa. “Es impresionante ver cómo te miran los cristianos de Jerusalén cuando ven a un grupo de cristianos que no esconde su fe. Se te acercan, te hablan, te lo agradecen y les anima, porque ellos, al ser un grupo minoritario, viven allí muy marginados”.
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