B.N. | 13.05.2021
Con la imagen peregrina de la Mare de Déu en el altar, la misma que hacía tan sólo unas hora había estado presente, por primera vez, en la Missa d’Infants, comenzaba la celebración, en la Catedral de la misa de Pontifical.
“Este año vivimos una fiesta muy distinta a la de anteriores ocasiones”, aseguró el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, al comienzo de su homilía. “Pero eso sí -matizó- fiesta y alegría mezclados con el dolor por las personas que han muerto por culpa del coronavirus y con el sufrimiento de las familias que están soportando la crisis que ha provocado esta pandemia. Una crisis que va más allá de los económico”.
Con un aforo limitado al 50 por ciento, cumpliendo la normativa de las autoridades, los fieles escuchaban con atención las palabras del Cardenal que presidió la misa. “Ante vosotros, apelo a la caridad. Esa que nos pide María” ante el sufrimiento de la gente y “reconozcamos esta fiesta como una fecha a recordar para que sigamos cantando con la mejor de nuestra voces a la Virgen de los Desamparados y que no callemos. Hagamos como los niños de Jerusalén que aclamaban a Jesús cuando entraba a lomos de su borriquilla sabiendo que Él iba a ser nuestro Salvador y se iba a entregar por nuestra salvación”.
De igual manera, el arzobispo de Valencia dio gracias “por la fe, que en tierras valencianas no muere, como cantamos en su himno a la Mare de Déu”.
También recordó que en ese mismo día se celebraba la festividad de la Pascua del Enfermo, jornada que fue dedicada a los enfermos y fallecidos por la pandemia y también a los sanitarios. De igual manera, tampoco se quiso olvidar de la campaña ‘Valencia Misionera’, la jornada misionera propia de la diócesis dedicada a recordar la importancia de la labor de los misioneros diocesanos valencianos en todo el mundo.
El cardenal Cañizares, se mostró feliz al recordar la celebración de la missa d’Infants hacía pocas horas. “¡Qué hermosa ha sido!”, exclamaba. “¡Qué hondo recogimiento y emoción… No ha sido con la multitud de gente de otros años, ni con el traslado, ni con la lluvia de pétalos… pero los valencianos estaban allí, desde sus casas, con sus familias, con la ‘mareta’ en sus corazones.
También recordó el recorrido del ‘maremóvil’ por las distintas poblaciones valencianas a lo largo de toda la semana. “¡Qué regalo para la gente valenciana, ver a la Madre de los Desamparados recorriendo plazas y calles con momentos cargados de devoción y llenos de gracia!”.
Al finalizar la misa se realizó una pequeña procesión claustral, por el interior de la Seo.