El congreso se centró en cuatro áreas: catequesis, familia, educación y caridad. Una ponencia introdujo cada una de las áreas que después se concretaron en distintos talleres donde los asistentes compartieron sus experiencias.

Tras las ponencias se realizaron talleres para profundizar en cada una de las cuatro áreas: familia, catequesis, caridad y educación. FOTO: V.GUTIÉRREZ

❐ L.B. |01.12.2021
Tras el acto de presentación comenzó propiamente el congreso, que se desarrolló en torno a cuatro grandes áreas de pastoral: catequesis, familia, educación y caridad. En cada una de ellas se profundizó a través de una ponencia, que daba paso al trabajo en cuatro talleres sobre temas más concretos que, de una forma dinámica y participativa, invitaban a reflexionar y compartir experiencias sobre la misión de los laicos en nuestra diócesis.

Los congresistas tuvieron oportunidad de asistir a dos de las ponencias y de participar en dos talleres por cada una de ellas. Ponencias y talleres que previamente habían elegido y que se ofrecieron el sábado por la mañana y por la tarde así como el domingo por la mañana, para facilitar la asistencia.

CATEQUESIS
Fran Ramírez, responsable del Sector Jóvenes de Acción Católica General, trató la ‘Catequesis misionera, un proceso para toda la vida’. Con el ejemplo de un tren y un viaje ‘para toda la vida’, habló de la renovación catequética con la que afrontar la renovación socio-religiosa que estamos viviendo. Y siempre con una sonrisa- el mismo se colocó una gorra de ferroviario-. Partiendo de que la catequesis tradicional ha dejado de funcionar tal y como la entendemos, animó a buscar nuevas fórmulas, nuevas propuestas catequéticas con las que revitalizar y renovar nuestras comunidades, “porque la parroquia no es algo obsoleto”.

Para esta renovación hacen falta procesos formativos si queremos cristianos responsables y que transformen el mundo.

Estos procesos formativos deben ser integrales, vivenciales y testimoniales, dinámicos y vivos, puesto que si nos quedamos sólo en cuestiones teóricas, alejaremos la transmisión de valores y principios fundamentales de la fe, señaló.

En esta catequesis misionera es fundamental un catequista, que debe acompañar y educar a los niños, jóvenes y adultos desde su experiencia con Cristo. Una experiencia fundamentada en la oración y arraigada en la acción, en el marco de una comunidad parroquial, que debe, a su vez, ser acompañado.

En su ponencia habló de las cinco ‘ces’ de esta renovación catequética: cercanía, creatividad, corazón, carcajada y Cristo.

Los talleres del área de catequesis fueron dirigidos por Enrique Sanchis Magraner, de la parroquia Santa Catalina de Alzira; Neus Álvarez, de la parroquia de la Asunción de Alboraya; Quim Matalí, de Sant Jaume de Algemesí; y Miguel Ángel Gascón y María del Prado, de San José de Torrent.

En estos talleres se abordaron los problemas y retos a los que se enfrenta la catequesis de iniciación cristiana, como la falta de anuncio en el familia. Así, se vio que debe ser una catequesis kerigmática y mistagónica, transmitiendo lo nuclear del mensaje cristiano: que Jesucristo por amor a los hombres murió y resucitó para salvarnos del pecado.

En los talleres se plantearon propuestas para cuidar la profundización en el misterio por medio de gestos, ritos y símbolos que facilitan el encuentro con Dios.

Otro de los talleres subrayaba que la catequesis continúa en la etapa de juventud, tiempo de sueños y elecciones, para profundizar en lo que los jóvenes más necesitan y qué papel tienen en la Iglesia y los laicos, confiando en ellos y acompañando el proceso de su experiencia de Dios. Los participantes llegaron a la conclusión de que “debemos buscar sus fortalezas y oportunidades, todo lo que los jóvenes nos brindan para construir una Iglesia abierta y acogedora, comprometida y samaritana”.

Pero el proceso no acaba aquí. Se necesita una formación de adultos en equipos de vida, en comunidades de fe, unida a la oración y a la eucaristía para descubrir el compromiso que Dios pide como concreción de esta formación recibida.

FAMILIA
Con el título de ‘En las periferias de la familia cristiana’, Josico y Susana Mata Pradera, responsables mundiales de Encuentro Matrimonial, ofrecieron la ponencia del área de familia. El matrimonio defendió en su intervención que la familia, como célula de la sociedad, es insustituible. Y aportó algunas claves para entender la sociedad actual, como que es una sociedad líquida, sin forma; la búsqueda de independencia, que implica sustituir las relaciones por conexiones; el positivismo, que evita el error y huye de asumir riesgos; o la inmediatez, que se traduce en ver las relaciones desde una perspectiva de corto plazo.

Y es que cuando se habla de familia cristiana, se habla de la construida por un matrimonio que es sacramento y, en una sociedad líquida como se define la nuestra actualmente, hay que construir la familia cristiana desde los cimientos. Destacaron cómo se trata de ir poniendo en acción tres verbos: amar, esperanzar y creer para evangelizar en la periferia de la sociedad líquida.

Todo esto requiere mantener una actitud abierta, capaz de acoger la realidad de la gente, discerniendo en todo momento a la luz del Evangelio y alimentada por el amor de Dios.

Los talleres de esta área fueron dirigidos por Juanjo y Mª José Ortiz, de Encuentro Matrimonial; Fernando y Emilia León, de Equipos de Nuestra Señora (ENS); Álvaro y Mercedes Gómez-Ferrer, también de ENS; y Julián Ajenjo, de SEPAS.

En ellos abordaron la realidad y desafíos de la familia para verlos, no como amenazas, sino como oportunidades para vivir y llevar la pastoral familiar más allá de los templos y de los círculos familiares y de amistad, atendiendo también realidades como divorcios, familias monoparentales, etc.

En otro taller se habló de cómo cuidar la vida familiar como contexto educativo, desde la formación y la escucha, de modo que los hijos puedan llegar a descubrir por sí mismos, la importancia de determinados valores, principios y normas en lugar de imponérselos como verdades irrefutables.

Tal como se vio en estos talleres, todo esto requiere vivir la espiritualidad matrimonial en el día a día guiados por el Espíritu Santo y alimentados con la Eucaristía, construyendo el amor desde el diálogo, la oración, el perdón y la gratitud.

No se olvidó la misión de los abuelos, que representan la unión y reunión de la familia y que muchas veces son quienes con su oración y su tiempo aseguran la transmisión de los grandes valores a sus nietos y también su iniciación en la vida cristiana.

Durante dos días los auditorios y salas del edificio acogieron las ponencias y talleres, mientras que la espectacular zona común sirvió de lugar de encuentro para todos los congresistas.

EDUCACIÓN
En la ponencia ‘Retos educativos para el siglo XXI’, Agustín Domingo Moratalla, catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Valencia, centró su exposición en la emergencia educativa y señaló algunos puntos en los que es necesario intervenir. Así, tras exponer la situación de emergencia educativa ante los cambios culturales acelerados, subrayó la situación de los profesores, por la gran presión administrativa y burocrática que soportan, que les impide atender cómo quisieran al alumnado.

Igualmente trató de la situación de los centros educativos y de la familia. En especial, la Formación Profesional sigue siendo un reto muy importante para la Iglesia.

Su intervención fue una llamada para pasar “de una escuela resignada a una escuela movilizada que se reafirme en su misión propia y la fecundidad que conlleva, que cuide la dimensión espiritual y que eduque desde una antropología cristiana.

Los talleres del área de educación estuvieron a cargo de Elisa Vega, profesora de Religión; Carlos Chova, profesor de Escolapias; Loreto Ballester, de la Institución Teresiana, Begoña Fernández, profesora de El Armelar, y Hernán Nicolás Caramagna, del Colegio Pío XII, que impartieron un taller colectivo; y, por último, Javier Aznar, profesor de la Universidad Católica de Valencia.

En estos talleres se abordó la misión evangelizadora de la escuela. Los centros educativos católicos son un lugar privilegiado para evangelizar, ya que deben ofrecer no sólo conocimientos científicos sino también un proyecto educativo evangelizador fundamentado en el humanismo cristiano. Así, resulta necesario también el primer anuncio en estos centros porque la formación integral de la persona no estará completa si no se habla al alumno de Dios, de un modo sencillo, claro y respetuoso, de tú a tú y con ‘nuestro estilo de vida’.

Todo esto requiere cuidar la identidad cristiana del educador, que se reconoce colaborador de Dios educador, enviado a esta misión para dar sentido y acompañar, convencido de la incidencia social de la educación por su capacidad transformadora.

En esta línea también, se necesita fomentar la cultura, pensamiento, educación y diálogo desde la Universidad para hacer presente a la Iglesia sin miedo en la sociedad y en el mundo de la cultura, buscando cauces de encuentro para promover un desarrollo humano integral desde la búsqueda del bien común y mediante la educación de aquellos que están llamados a actuar profesionalmente desde una ética cristiana.

CARIDAD
El director de Cáritas Diocesana, Ignacio Grande, en la ponencia de caridad, resaltó la necesidad de conocer la realidad existente para poder plantear acciones que respondan de manera eficaz y eficiente a las actuales necesidades.
Grande se centró también en el concepto de la caridad, lo que supone como virtud cristiana y lo que implica para la Iglesia. Recordó que la fuente de nuestra caridad es Dios porque sin espiritualidad, la caridad se reduciría a una obra social.
Además, se refirió a algunos retos que se presentan en el ámbito de la acción caritativa y social, especialmente a cómo atender a las nuevas realidades y las nuevas pobrezas, la formación, la sensibilización o la animación sociocomunitaria, tanto ‘ad intra’ en la propia Iglesia, como ‘ad extra’, en el ámbito de la incidencia política o en el ámbito del anuncio y la denuncia.

El director de Cáritas Diocesana enfatizó cómo la parábola del buen samaritano sigue siendo el criterio de comportamiento hacia el necesitado encontrado casualmente. Y animó a entender las necesidades de las personas desde una perspectiva amplia, no solamente de subsistencia y protección, denunciando también las causas de la pobreza. No debemos imponer, pero tampoco debemos tener miedo a proponer un encuentro con Jesucristo de quienes acuden a nuestras comunidades.
Mª Auxiliadora Lucas, licenciada en Ciencias Religiosas; Luis Die, profesor de la UCV; José Real, responsable de formación de Cáritas; y José Manuel Amiguet, de Cardenal Herrera-CEU, estuvieron al frente de los talleres del área de caridad.

En ellos se reflexionó sobre cómo afrontar las nuevas pobrezas y los nuevos retos que la comunidad cristiana debe conocer para poder atender debidamente.
Entre las conclusiones de estos talleres destaca que el reto pasa siempre por reducir desigualdades y distribuir mejor los recursos.

Así mismo, se puso de relieve que los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, “la gran desconocida”, son un camino para interpretar la realidad y educar a los cristianos para vivir el Evangelio de forma coherente, desde los principios de la verdad, la justicia, la paz, la ecología y la caridad. Y así desarrollar la fraternidad y amistad social a la que nos llama el papa Francisco para ser significativos encarnando la palabra de Dios y poniendo el amor en acción.
Todo esto nos conducirá, según se puso de manifiesto, a impulsar la presencia y el testimonio público del cristiano en todas las realidades, de forma directa y concreta, con un lenguaje actualizado y dando razones de nuestro actuar para poder ayudar a generar un efecto de atracción a la Iglesia.

Y sin olvidar que la acción caritativa y social requiere una sólida espiritualidad. La eucaristía y la oración son los puntos fundamentales de nuestra acción como laicos comprometidos en el mundo.

POSTCONGRESO
Durante el año 2022 se continuará el trabajo generado desde el Congreso Diocesano de Laicos con la publicación en enero de las ponencias y del acta del congreso. Además, se presentará una síntesis de las aportaciones realizadas en los talleres.
Está previsto que en febrero se presenten unos materiales catequéticos para trabajar las cuatro áreas en las parroquias y movimientos.