BELÉN NAVA |15.12.22
El alegre tañir de las campanas del monasterio de Santa María de El Puig daba la bienvenida a monseñor Enrique Benavent. Era un momento de júbilo y de celebración puesto que, como ya hicieran los arzobispos Marcelino Olaechea y Jose María García Lahiguera, antes de iniciar su misión como pastores de la iglesia valentina, don Enrique hacía una pequeña parada para orar ante la Virgen de El Puig y visitar la tumba del padre Jofré.
A las puertas de tan insigne monasterio, lo recibió el prior del monasterio de El Puig, Melchor Azcárate, quien, en sus palabras de bienvenida, lo saludó de parte de la alcaldesa de El Puig, las autoridades civiles y religiosas, los sacerdotes del arciprestazgo, los feligreses y de los religiosos mercedarios de la comunidad del monasterio.
El Padre Melchor, recordó que justo allí, comenzó la “recristianización” de Valencia, puesto que en el año 1237, el rey Jaume I ordenó la construcción de la iglesia sobre el montículo en el que el padre mercedario Pedro Nolasco encontró bajo una campana la imagen bizantina de Nuestra Señora de los Ángeles.
“Todos los obispos que le han precedido -explicó- han mantenido una relación cordial con esta santa imagen y con este monasterio. Y el propio san Juan de Ribera bendijo la primera piedra del gran monasterio que hoy contemplamos”.
De igual manera le recordó que “ante esta imagen de Santa María tan significativa en la historia de los valencianos, rezamos con usted y por usted. Es una imagen antigua pero llena de ternura con el Niño Jesús sobre las rodillas de la Madre para poder acariciarla”. Y aseguró que “hoy los aquí presentes le pedimos a Santa María que le proteja, le de sabiduría , prudencia, santidad y acierto en esta misión de ser un buen pastor en nuestra diócesis de Valencia”.
“Una de las imágenes que concita gran religiosidad en toda la diócesis es la Mare de Déu dels Desamparats de la que estamos celebrando el centenario de su coronación canónica y es una imagen muy relacionada con este monasterio pues aquí se encuentra el sepulcro y también la memoria viva de toda la obra del Padre Jofré”, destacó.
El Padre Jofré
A continuación, interpeló al Arzobispo electo asegurando que “como buen valenciano usted conoce la inspiración, la invitación del padre Jofré para la construcción del primer hospital psiquiátrico del mundo en Valencia, el inicio de la cofradía, la creación de la imagen de la Mare de Déu dels Desamparts, la religiosidad constante y actual que suscita y la obra social que sustenta”.
Fue momento en el que el Padre Melchor se refirió a la causa de beatificación del padre Jofré: “Yo le voy a hablar ahora de una tarea que falta que es la beatificación y posterior canonización del Padre Jofré, conseguir el reconocimiento por parte de la Iglesia de la santidad del Padre Jofré porque el pueblo ya lo hace pero falta el reconocimiento oficial”.
El prior del monasterio prosiguió su explicación: “acabado el proceso diocesano la causa de su beatificación está en Roma y su predecesor Antonio Cañizares ya ha informado en varias ocasiones al papa Francisco y así nos lo han hecho saber desde la propia la congregación de los santos. Falta algún detalle para el feliz desenlace de la causa”.
“Por eso pedimos ayuda, su apoyo para lograr esta beatificación ya que el Padre Jofré no es solo un personaje del pasado sigue teniendo actualidad, suscita devoción, genera buenas intenciones, hace sentir su patrocinio y lleva a Dios”, destacó.
Devoción mariana
En sus palabras de agradecimiento, el Arzobispo electo quiso destacar la significación del monasterio de Santa María de El Puig así como la importancia del renacimiento de la presencia cristiana en nuestras tierras y la marcada devoción mariana de toda la comunidad diocesana. “Este lloc és un lloc molt significatiu per als valencians. Ací va començar, després d’un temps la vida cristiana en l’antic Regne de València. Ací es va trobar esta sagrada imatge i ací començà, de fet, la història cristiana després de la reconquesta de València”.
“És un nou començament, des d’ací va començar de nou la vida de l’Esglèsia en el nostre Regne. I ací he vingut jo en el moment en que vaig a començar el meu pontificat com arquebisbe de València. No perque en mi comence res nou. Jo vinc a una diòcesi que té una gran riquesa de vida cristiana. Ací mateix el pare Jofré és un testimoni de santedat, un testimoni de quant pot fer la fe quan és viscuda de veritat. Perque una fe que es viu de veritat és una fe que obra per la caritat. Com diu sant Pau: una fe que no porte a la caritat, no és una fe viva. Per això estic content de poder visitar, venerar i pregar davant les relíquies del pare Jofré”, ha afirmado.
Monseñor Benavent quiso agradecer a Dios “por esta nueva misión que la Iglesia me ha encomendado. Y a todos ustedes que han venido a este momento de oración ante la Virgen María. Agradezco la acogida de la comunidad mercedaria del Monasterio de El Puig, de las autoridades, de los sacerdotes del arciprestazgo, del consejo episcopal y de los Caballeros de El Puig. A todos agradezco su presencia, su acogida y, sobre todo, sus oraciones”.
“En estos momentos siento la gran alegría de estar aquí, en Valencia, pero siento, sobre todo, la gran responsabilidad que supone para mí esta misión. Por eso me pongo en las manos de la Santísima Virgen María, confiando más en Ella que en mis propias fuerzas”, añadió.