REDACCIÓN | 29-06-2017
Durante la ordenación sacerdotal, los jóvenes se postraron en el suelo mientras el resto de fieles cantaba la letanía de los santos. A.SAIZ
Jorge Sequí, Vicent Femenía, Santiago Carbonell, Domingo Pacheco y Ricardo Valle ya son sacerdotes. El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, presidió el pasado sábado 24 en la catedral de Valencia la solemne ordenación sacerdotal de los cinco diáconos a los que exhortó a hacer de la caridad pastoral “la norma suprema, el centro de vuestra vida”.
De igual manera les recordó que a partir de ahora “vais a ser ministros de la eucaristía, del amor sin límites de Dios para que se haga presente en medio de los hombres”.
De cara a la verdad
Durante la solemne misa, en la que concelebraron con el Cardenal sus obispos auxiliares y dos centenares de sacerdotes, el arzobispo de Valencia les instó también a “llamar siempre a la conversión” para que nuestra sociedad pueda “caminar de cara a la verdad”, ya que Dios es la única puerta abierta al futuro y a la esperanza.
En este sentido, advirtió también sobre el “problema radical” de la cultura actual, que es “el desarrollo alarmante de una mentalidad que prescinde de Dios en la visión y valoración del mundo, en la imagen que tiene el hombre de sí mismo, en el origen y termino de su existencia, y en las normas y objetivos de sus actividades personales y sociales”.
Por eso la Iglesia “no pone nunca su esperanza ni puede encontrar su apoyo en ninguna institución o fuerza temporal, en ningún poder o éxito de aquí, pues sería poner en duda el señorío de Dios”, precisó.
Los nuevos presbíteros que recibieron la ordenación sacerdotal son Jorge Sequí, de 36 años y natural de Catarroja; Vicent Femenía, de 25 años y de Sagra; Santiago Carbonell, de 34 años y nacido en Valencia; Domingo Pacheco, de 28 años y natural de Foios; y Ricardo Valle, nacido en México hace 52 años aunque desde 22 vive en Catarroja.
Entre los sacerdotes concelebrantes estaban los rectores y formadores de los Seminarios, miembros de la Curia Diocesana y del propio Cabildo de la Catedral. En la misa cantó el coro del Seminario.
Rodeados de alegría
El ambiente de alegría y emoción se mantuvo durante toda la misa. Hasta 16 minutos duró la imposición de manos a los nuevos sacerdotes por todos los celebrantes. Tras concluir la misa con el himno de la Coronación, se sucedieron las felicitaciones, los abrazos, las fotos y el disparo de tracas .