María José Fraile | 26-01-2017
La ola de frío polar que ha mantenido en jaque a la diócesis de Valencia durante la pasada semana activó desde el arzobispado un Plan Especial de Emergencia para atender y acompañar a las personas que padecen, con especial virulencia, la ola de frío y las fuertes lluvias. “La máxima preocupación ha sido desde el principio “para los que se encuentran en situación de vulnerabilidad, especialmente los sin techo, aún para aquellos que se niegan a buscar refugio, porque nuestra misión es ayudarlos y acompañarlos”, explicó el cardenal arzobispo Antonio Cañizares.
Ya desde el preaviso de temporal de frío y nieve, la diócesis habían dispuesto todos los recursos humanos y logísticos para acoger y acompañar a los que sufren mayores dificultades, a través de las parroquias, Cáritas y Ciudad de la Esperanza (CIDES). Pero ante la persistencia del episodio, el arzobispado de Valencia amplió la asistencia con este Plan Especial de Emergencia que ha estado coordinado por el obispo auxiliar, Mons. Arturo Ros, en cooperación con el Director de Cáritas Diocesana, Ignacio Grande y el director de CIDES, el sacerdote Vicente Aparicio. Y se ofreció a Protección Civil y otras instituciones toda la colaboración para que ninguna persona quedara sin asistencia.
“Hemos vivido momentos de mucha preocupación”, explica Mons. Ros que agradece a toda la diócesis la capacidad de ayuda que ha mostrado. Mons. Ros reconoce que ha sido una experiencia “muy intensa”, y que el deseo era el de “cumplir fielmente con lo que la Iglesia ha de hacer en estos momentos y estar con los más necesitados”. Esta situación “nos ha hecho reflexionar que hemos de estar más preparados por lo que desde ya estamos trabajando en acciones inmediatas para tener la capacidad de albergar a los sin hogar”.
Cáritas Diocesana refuerza ‘Proyecto Simón’
La tarea de atención a las personas que duermen en la calle que realiza a lo largo de todo el año el ‘Proyecto Simón’ de Cáritas Diocesana se ha visto intensificada por más de 30 personas entre personal técnico y voluntariado que visitaron a las personas en los lugares donde pasan la noche y les invitaron a acudir a los centros y albergues habilitados para ello en la ciudad.
El voluntariado se repartió diferentes zonas de la ciudad de Valencia frecuentadas por personas sin hogar tales como el barrio de Velluters, Guillén de Castro, La Punta y el barrio del Cabanyal, y visitaron también las estaciones del metro que se abrieron esos días para animar a las personas a ocupar las plazas disponibles en los albergues de la ciudad y en la Ciudad de la Esperanza.
La sede de Cáritas Diocesana se mantuvo abierta hasta casi medianoche para facilitar la atención a las personas que acudieran a ella; y se ha apoyado la reapertura provisional del ‘Albergue de la Paz’, en la parroquia San Juan de Ribera de la avenida del Puerto, para acoger a las personas que quisieron abandonar las calles debido a las inclemencias del tiempo.
El director de Cáritas Diocesana de Valencia, Ignacio Grande ha indicado que el objetivo de la ayuda ha sido “salir al encuentro de aquellas personas que están viviendo en la calle” y ha destacado la labor de todas las Cáritas parroquiales y de numerosas parroquias que “están saliendo al paso de esta situación”.
Conexión con la CIDES
La propia sede de Cáritas Diocesana en Valencia ha estado en conexión también con Ciudad de la Esperanza, en Aldaia, que amplió su acogida a 50 plazas más, que se suman a los 126 hombres que residen en sus instalaciones, tal y como informa Vicente Aparicio, y para facilitar la llegada hasta allí se pusieron una serie de vehículos a disposición de los afectados.
100.000 euros para recibos de la luz
Cáritas, a través de sus programas de acompañamiento a las familias más vulnerables, asume también los gastos de electricidad de familias sin recursos. En 2015, Cáritas Diocesana de Valencia invirtió casi cien mil euros en pago de recibos de luz, según ha informado su director Ignacio Grande. Del mismo modo, distintas comunidades parroquiales están apoyando económicamente a aquellas familias que están teniendo problemas para llegar a fin de mes y pagar esos recibos de luz”.
Pobreza energética
Por su parte, el arzobispo Antonio Cañizares ha pedido que “no se olvide a aquellos que, aun estando en sus hogares, sufren la pobreza energética. Debemos apelar a que se cubran estas necesidades mínimas en una sociedad del bien común, y sensibilizarnos para que nadie puede perder la salud, e incluso la vida, en algunos casos, por no poder tener esta necesidad básica garantizada”. “La gran solidaridad de los ciudadanos también está ayudando en muchos casos, pero no basta, el sistema ha de ser justo, por el bien común”, ha precisado.
La mayoría de las 440 Cáritas parroquiales de la diócesis de Valencia realizan a lo largo de todo el año acciones encaminadas a mejorar la situación de las familias o personas que viven solas, a las que atienden en materia de pobreza energética y exclusión residencial, a través de ayudas relacionadas con la los suministros de luz, gas, agua y alquileres.
Lea el reportaje íntegro en la edición impresa de PARAULA