CARLOS ALBIACH | 16.04.2020
Ya es un mes lo que las familias están viviendo confinadas con motivo de la pandemia del coronavirus. Teletrabajar, hacer los deberes que los colegios envían por las plataformas digitales, juego, deporte, intentar seguir una rutina… son muchos los retos a los que se afrontan y que no siempre son fáciles de gestionar. Muchos padres se han enfrentado a una realidad nueva para todos. Desde la perspectiva de formación de UpToYou la clave es “descubrir en lo ordinario algo extraordinario”.
Tras los primeros días de confinamiento, como señala el valenciano Pablo Romero, del equipo de formación de UpToYou, “nuestros buzones de correo electrónico y nuestras redes sociales se colapsaron con infinidad de respuestas a una misma pregunta: “¿qué hacer durante la cuarentena? Con niños, con mayores, con adolescentes, con papel, con cristal, con plantas, con tela … muchas de ellas con la idea de hacer algo que no hacemos de normal”. Esto, añade, con el propósito de que durante este tiempo “se adornase la vida un poco y se hiciese rentable con diferentes propuestas como hacer comidas diferentes, manualidades sofisticadas, maratones de películas y series…”
Sin embargo, aunque “ésta bien que se realicen estas cosas lo conveniente es huir del ‘adorno barroco’ de la vida con elemento superficiales que puedan enmascarar la interioridad y no dejan vivir desde lo auténtico”, añade. ¿Entonces que hay que hacer? La clave de UpToYou es que “no hay que dejar de hacer nada de lo que hacemos de ordinario”: hacer la cama, ducharse, vestirse, cocinar todas las comidas, poner la mesa, hacer deberes, limpiar la casa, hablar con amigos, etc…
En este sentido, la propuesta de UpToYou no es novedosa sino que es la misma que ofrecen en sus cursos de formación, talleres y actividades extraescolares: “¿Qué pasa si buscamos lo extraordinario en lo que tenemos de ordinario? ¿Qué pasa si en lo ordinario ya tenemos todo lo que necesitamos para crecer y disfrutar en el encuentro con los demás?”.
En este sentido, animan a las familias a que “pensemos en añadir valor a lo que hacemos y en cómo nos comunicamos para compartir la vida que tenemos, en cómo aprovechar la oportunidad que tenemos cada día para reconocer que la presencia del otro ya es de por sí extraordinaria, y sentir que vibramos con el encuentro personal”. “Decirnos lo que supone que uno cocine para otro, o haga la cama, o comparta un juguete, o haga la compra nos lleva a descubrir que hay algo más en la relación personal. Tener una conversación acerca de cómo estamos viviendo estos días durante la cena, sin que sea algo extraordinario, favorece que se dé el acercamiento persona a persona, un encuentro en la interioridad”, explica Romero.
Todas estas preguntas, detallan, “tiene que hacernos reconocer que para nosotros lo extraordinario son las personas y no si lo que hacemos con ellas es útil o no”.
Por tanto, desde UpToYou aconsejan “no hacer algo extraordinario durante estos días sino hacer de lo ordinario algo extraordinario, y esto es posible porque ya lo es”.
La importancia del juego: entrar en contacto con el otro
¿Para qué jugamos? Quizás nunca nos hayamos hecho esta pregunta. Lo que no hay duda, según destaca Miriam Fenoz, formadora de UpToYou, es que “es importante que los niños lo hagan como una relación interpersonal y una oportunidad para el encuentro”. En estos días de confinamiento, explica, el juego es una herramienta primordial. “Hacer un juego, cocinar un bizcocho, una tarea… todo está bien si es para conocerse unos con otros y disfrutar juntos”. “Así que no solo se trata de pasarlo bien sino también de favorecer el encuentro”.
El juego, como señala Fenoz, también es bueno para aumentar la autoestima: “pero no una autoestima basada en los halagos para conseguir el bienestar del niño sino una autoestima de significado que transmita que para mi mi hijo es importante”.
En medio de está situación de confinamiento muchas familias también trabajan por poner orden en medio del caos en el que se desenvuelven. ¿Cómo hacerlo? Débora Bezares, formadora de UpToYou, plantea las claves de esta formación: autoconocimiento y mejora de la relación y así intentar crear novedad”. Para ello hay que evitar, destaca, “una educación basada en el superproteccionismo, la falta de límites, el premio-castigo o rutinas basadas en esto se hace así porque yo lo digo”.
La clave está primero “en partir de la realidad concreta de cada familia”. “¿Quieres ser la madre ideal de tus hijo o tan solo la madre de tus hijos?”, pregunta. También hay que tener en cuenta que al niño “le motiva el encuentro con el otro, por lo que son muy importante hacer cosas que nos ayuden a vivir juntos”. También es importante las normas, que no reglas, “porque ayudan a vivir mejor y que son para todos, es decir, están formuladas en primera personal del plural”.
En estos tiempos “la educación es todo un reto apasionante que requiere mucha creatividad”, concluye.