L.A. | 06.05.2021
La procesión del Rosario de la Aurora, de las que Valencia es una de las pocas ciudades que la mantiene en España, y cuyo origen se remonta al siglo XVII, tuvo como gran protagonista a la Virgen de los Desamparados, bajo un amanecer que amenazaba lluvia al comienzo pero que permitió la entrada del sol para iluminar el final.
Fue el pasado domingo, 2 de mayo, de 7 a 8 de la mañana. Por las calles del centro histórico de Valencia, flanqueada y portada por los seguidores de la Virgen, el recorrido solemne se hizo en silencio solo roto por las plegarias de los misterios del Rosario y el sonido de los instrumentos de música.
Con la colaboración de la Hermandad de los Seguidores de la Virgen y la Cofradía del Rosario de la Aurora en Valencia, avanzó la procesión con la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados, que en lugar de ser llevada a hombros por los fieles, fue desplazada en andas, para guardar las distancias de seguridad.
El recorrido dio comienzo en la plaza de la Virgen hacia la calle Convento de la Puridad y la Plaza de Manises y discurrió por la Calle de les Cuines, Calle dels Banys dels Pavesos, Calle Corretgeria, Plaza de la Reina, Calle Barchilla, Calle Palau, rodeando la estatua de Don Marcelino; Plaza de l’Almoina, el Pasaje de Emilio Aparicio Olmos y, de nuevo, en la Plaza de la Virgen, Plaza Escolanía y calle de la Leña, para entrar en la Basílica.
Hubo momentos de significativos parones, como por ejemplo, cuando la imagen de la Virgen se detuvo al pasar por la sede de los Seguidores de la Virgen, en la calle Corretgería. Sobre el asfalto, alfombrado por cantidad de pétalos, la Mare de Déu fue vuelta en ese instante para que dirigiera su mirada amorosa a la sede de sus más fervorosos hijos que le acompañan en todas sus salidas. A su presidente José Luis Albiach, que caminaba detrás, algunas lágrimas le resbalaron por los ojos.
El momento culminante llegó al final cuando, ya en la Plaza de la Virgen, y tras cantar todos el himno de la coronación, el vicerrector de la Basílica, Álvaro Almenar, exclamó a voz en grito. “Valencians, tots a una veu: vixca la Mare de Déu!!! Vixca la reina del cel y la terra!!!! Vixca la patrona de València!!! Vixca la Verge dels Desamparats!!!, Vixca la mare dels que no tenen mare!!!! Vixca la rosa perfumada!!!! Vixca la mística assussena!!!! Valencians y seguidors, aplaudiu a la nostra Mare !!!
Y en ese momento, el sol se unió a la fiesta, asomándose entre las nubes para abrazar con su luz a la Basílica y al Miguelete.