La Catedral de Valencia acogió la imposición del palio al Arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent. La ceremonia contó con la asistencia del Nuncio de Su Santidad en España, monseñor Bernardito Auza, y de todos los Obispos de Castellón, Valencia, Alicante, Mallorca, Menorca e Ibiza.

Foto: A.SAIZ

❐ M.A. /B.N. | 11.10.23

El palio que he recibido me recordará que únicamente permaneciendo unido a Cristo, haciéndome servidor de todos y viviendo mi vocación como entrega de la propia vida podré ser un pastor bueno para esta Archidiócesis y un creador de comunión entre las iglesias hermanas de nuestra Provincia Eclesiástica y entre sus pastores, que juntos tenemos la misión de apacentar el rebaño del Señor en cada una de nuestras Iglesias particulares”, afirmó el Arzobispo tras la imposición del palio. 

Monseñor Benavent, que durante esta misa vistió la casulla que llevó en su ordenación como obispo auxiliar de Valencia en enero de 2005, explicó que este palio está “elaborado con lana de cordero y evoca a Cristo, el Cordero de Dios que no vino a ser servido sino a servir y dar la vida por muchos” y es “signo de la comunión de nuestra Iglesia con el Santo Padre y con las iglesias de la Provincia Eclesiástica”. 

“La belleza de la Iglesia se la da la santidad de sus miembros: los santos son los que la engrandecen y posibilitan que Cristo no sea únicamente un personaje del pasado sino alguien vivo para todos los tiempos. Las piedras preciosas y el mayor tesoro de la Iglesia son los santos”, ha señalado. 

Al respecto, monseñor Benavent indicó que “la firmeza de la Iglesia está en la comunión de la caridad entre todos los que formamos parte de ella. Una Iglesia que aspira a la santidad y que viva la comunión en la caridad es la que se va levantando en medio del mundo como un edificio de piedras vivas que habla de Dios a los hombres y mujeres de cada época”. 

En la homilía, también destacó el Arzobispo la idea de “aspirar a una Església que siga capaç de donar raó de la fe amb delicadesa i respecte, un lloc d’oració, un espai que parle de Déu i que siga capaç de convocar i atraure a tots els pobles i en la que ningú hauria de sentir-se estrany”.

“He sido llamado a servir a esta querida Archidiócesis de Valencia y quiero vivir mi ministerio como una entrega. El ministerio episcopal no es un cargo de poder, es un servicio. Nuestra palabra debe reflejar el Evangelio, nuestras celebraciones deben evocar la santidad de Dios, nuestra caridad debe manifestar el amor de Dios que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad: solo así podremos ser signos del buen pastor”, precisó.

COMUNIÓN CON EL PAPA

Antes de la imposición del palio, el Nuncio explicó que “el Arzobispo metropolitano, por tener una especial responsabilidad a favor de la unidad en relación con las diócesis sufragáneas y sus pastores, es motivado para solicitar al sucesor de Pedro esta insignia litúrgica que significa la comunión con él y con la Iglesia universal”. 

Monseñor Auza recordó las palabras que dijo el Papa Francisco, el pasado 29 de junio en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, cuando bendijo y entregó el palio a monseñor Benavent en Roma: “Sean discípulos en el seguimiento y apóstoles en el anuncio, lleven la belleza del Evangelio a todas partes junto al pueblo de Dios”. 

El Nuncio pidió que el Sínodo abierto en Roma por el Papa “sea estímulo para llevar a Jesús a todas partes, con humildad y alegría, para despertar la fe y la esperanza en todos los rincones y espacios de la ciudad y de las familias”. 

Por último, señaló la importancia en nuestra Archidiócesis de la advocación de la Madre de los Desamparados “a quien pedimos que permanezca fielmente al servicio de esta misión caminando con los hermanos en el episcopado, pastores y fieles”. 

TESTIMONIO VIVO 

El vicario general del Archidiócesis, Vicente Fontestad, al comenzar la celebración en la Catedral, destacó que “hoy es un día de gran alegría para toda la comunidad cristiana de la Provincia Eclesiástica Valentina por la imposición del palio como Arzobispo metropolitano a don Enrique, signo de su comunión con el Papa y con los Obispos de la Provincia Eclesiástica, que pone de manifiesto nuestra unión con el sucesor de Pedro y con toda la Iglesia universal”. 

Esta celebración “tiene lugar en el día en el que hacemos memoria de la dedicación de esta Santa Iglesia Catedral, cuando en 1238 este mismo lugar fue destinado al culto cristiano. Somos piedras vivas y Cristo es nuestra piedra angular. Que el signo del palio profundice en nosotros nuestra pertenencia al cuerpo de Cristo, en comunión con nuestro Obispo y con el Santo Padre, y nos anime a dar un testimonio cada vez más vivo del Evangelio”, subrayó Fontestad. De esta manera, monseñor Enrique Benavent recibió el palio arzobispal en su primer año como Arzobispo de Valencia – tras ser nombrado Arzobispo de Valencia el 10 de octubre de 2022 y tomar posesión de la archidiócesis el 10 de diciembre del mismo año – junto a otros arzobispos metropolitanos que también se les ha impuesto en sus diócesis.