CARLOS ALBIACH | 22.04.2021
La misa de la fiesta de San Vicente Ferrer, que se celebró el lunes 12, como informó PARAULA, incluyó una sorpresa que muchos no se esperaban: la representación por parte de un niño de uno de los sermones del santo dominico. Un claro guiño a los ‘milacres’ que esos días se hubieran representados en los diferentes altares de la ciudad y que este año debido a la pandemia no se han podido realizar. La iniciativa surgió apenas unos días antes por el arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares. El niño encargado de realizarlo fue Dani Doménech, del altar del Tossal, y que pertenece a una familia de gran tradición vicentina.
Dani ofreció una imagen muy emocionante, puesto que la predicación la realizó desde el púlpito de la Catedral, donde tantes veces predicó el Pare Vicent. Allí, de una forma sublime que fue aplaudida por todos, representó un sermón sobre los siete pecados capitales, que hubiera estado integrado en la representación del ‘milacre’.
Este sermón se lo aprendió el año pasado para la edición que se tuvo que suspender. Este año lo refrescó para una representación en la televisión a principio de curso y cuando se aproximaba la fiesta no dudó en echarle un vistazo “por si acaso”, tal y como cuenta. Por ese motivo, como lo tenía “fresco” fue el elegido para representarlo en la Catedral.
Dani, que tiene 14 años, pertenece a una familia con gran tradición vicentina. Hijo de Javier Doménech, actual presidente del altar del Tossal, ha vivido desde que nació la fiesta y la participación en los ‘milacres’, puesto que la tradición ha pasado de padres a hijos.
Fue su abuelo quien comenzó esta tradición, que siguió su padre y ahora él. De hecho, como recuerda, con 3 o 4 años comenzó representado un pequeño milagro, el de la ‘sabateta’, que hacían los más pequeños y que como no sabía leer su abuelo le repetía una y otra vez hasta que se lo aprendía. En todos estos años ha representado diferentes papeles, entre ellos el de San Vicente.
Dani apunta que la representación en la Catedral “fue muy especial” y quedó “muy contento”. “Para toda mi familia participar en los ‘milacres es muy importante, por lo que siempre lo he hecho con muchas ganas y alegría”, indica.
Como recuerda su padre para su familia San Vicente Ferrer es muy importante: “es una figura que embelesa por su importancia, ya que fue una de las personas más influyentes en el Reino de Valencia y porque con su testimonio y con las palabras que nos dejó te enseña el camino correcto que hemos de recorrer”. También, añade, “un santo al que siempre hemos pedido intercesión especialmente en los momentos difíciles”.
Javi, como su padre y su hijo ahora, también participó desde pequeño en los ‘milacres’ y con 13 años fue clavario mayor del altar. Asimismo, desde los 18 años ha permanecido a la junta directiva del altar. En este tiempo, también ha dirigido las representaciones de los ‘milacres’.