El próximo viernes 31 de marzo se presentará en el Centro Arrupe de Valencia la traducción de Juan Agustín Blasco Carbó de los ‘Ensayos sobre Judaísmo y Cristianismo’ de Leo Baeck. Tal y como nos explica Juan Agustín Blasco en esta entrevista, “el rabino Baeck fue elegido por la comunidad judía alemana como su representante ante la barbarie nazi del siglo pasado. Y tras ser deportado al campo de Terezin dirigió la recuperación de la judería alemana tras el Holocausto”. A través de la traducción de algunos de sus artículos, conocemos más la figura de este seguidor de la tendencia filosófica neokantiana en el judaísmo y uno de los iniciadores de las relaciones judeo-cristianas tras la II Guerra Mundial.
❐ BELÉN NAVA | 23.03.2023
La primera pregunta es casi obligada y no es otra que saber de dónde surge su interés por el judaísmo.
Recuerdo en mi adolescencia la serie de los ochenta ‘Holocausto’ y algunas películas de entonces que tanto me impactaron como ‘La decisión de Sophie’ o ‘La caja de música’. Luego ya empecé a leer; me impactó el clásico de Dominique Lapierre sobre el nacimiento del Estado de Israel ‘Oh, Jerusalén’. Todo lo que tenía que ver con lo judío me atraía. Más adelante un verano decidí pasar una temporada como voluntario en el kibbutz ‘Kfar Blum’ a los pies de los Altos del Golán donde me encargaron cuidar y preparar los kayaks para los trayectos en los rápidos del recién nacido río Jordán.
Tras la estancia allí aproveché para recorrer Tierra Santa como mochilero y en autostop, acudiendo a albergues de la juventud. Muy distintas a las peregrinaciones que posteriormente he hecho con mis hijos con una comodidad notable. De aquel primer viaje recuerdo pasar horas en la pequeña capilla del Calvario desde que abrían el Santo Sepulcro hasta que llegaban los primeros turistas. Recuerdos entrañables.
En ‘Ensayos sobre Judaísmo y Cristianismo’ encontramos traducidos algunos de los artículos del rabino Leo Baeck. ¿Quién fue él? ¿Cuál es su importancia?
Ya presenté una biografía en castellano sobre Baeck, dado que era totalmente desconocido entre nosotros, en 2014. Baeck es un rabino de una gran importancia para la historia de la Judería Alemana del siglo pasado. Pensador notable que ya en 1903 escribió ‘La esencia del Judaísmo’ y que secundó los pasos de Herman Kohen en su escuela filosófica de Neokantismo. Fue elegido por la Comunidad como su líder frente a toda la barbarie nazi. Fue finalmente deportado al campo de Terezin en 1943. Tras la liberación en 1945 se dedicó a terminar su obra magna ‘Este Pueblo Israel’ que traduje en 2016.
A Baeck se le debe también los primeros pasos hacia el surgimiento de la parte judía de la Amistad Judeo-Cristiana. Todo emergió a raíz de la pregunta que se planteó de cómo un pueblo aparentemente cristiano -el pueblo alemán- que adora a un Dios judío, puede haber intentado la aniquilación total del Pueblo de su Dios. Baeck comprendió la importancia de generar entendimiento entre los judíos y cristianos para que tales situaciones, repetidas durante siglos, no volvieran a ocurrir.
Tal y como nos acaba de comentar, el rabino Baeck supo ver la necesidad de generar un entendimiento… pero, ¿y los cristianos? ¿Cuál es la importancia, según su opinión, de este texto para nosotros como cristianos?
Es importante, o al menos a mí me lo parece, que los cristianos conozcamos cuanto más mejor del judaísmo. Nuestra historia cristiana en general y la de nuestra historia de España en particular hace que realmente se haya tendido siempre a subrayar más la diferencia que las coincidencias entre las dos tradiciones. Es más, cuanto más se conoce el judaísmo, y en concreto el judaísmo en tiempos de Jesús, más podremos entender la extrema novedad que supuso el judío de Nazaret.
Nadie se ha situado jamás en la Historia de Salvación de Israel con las pretensiones de Jesús y con el atrevimiento de hacer tantas cosas “saltándose la Ley” y precisamente al reclamar la verdadera interpretación de ésta. Nadie se hubiera atrevido a modificar la Cena de Pascua, ni a cambiar la bendición sobre el pan y el vino… ni a reclamar el establecimiento definitivo del ‘Reino de Dios’ ni de la ‘Nueva Alianza’ que tanto reclamaron los antiguos profetas. Sólo Jesús, para nosotros verdadero Dios y verdadero hombre, pudo representar ambas partes del Pacto y producir esa novación en el contrato inicial sellándolo con su propia sangre ante las rocas del Calvario.
Este libro nos ayuda a profundizar en la interpretación de una mente relevante judía del siglo XX, conocedora también de nuestros evangelios -Baeck conocía perfectamente el griego-, de los parámetros cristianos y también de una comparativa de nuestras creencias con el Judaísmo. Evidentemente no se tiene por qué estar de acuerdo en todo, pero debemos valorar la mano tendida del pensador judío Baeck -como tantos otros- respecto a la figura del judío Jesús de Nazaret y la tradición que Él generó.
De todos los textos traducidos, ¿cuál es el que más le ha impresionado o destacaría del libro?
Yo resaltaría el siguiente texto que refleja el espíritu de Baeck sobre Jesús y que me parece de un respeto y una hermosura destacable:
“En el Testamento original… encontramos un hombre con nobles rasgos quien vivió en la tierra de los judíos… y ayudó y trabajó y sufrió y murió: un hombre salido del pueblo judío quien caminó las sendas judías con una fe y unas esperanzas judías… Nos enfrentamos a un hombre quien ganó sus discípulos de entre ese pueblo: el hombre que habían estado buscando, el Mesías, el Hijo de David, quien había sido prometido… En esta antigua tradición vemos a un hombre que es judío en cada rasgo y característica de su personalidad, manifestando en cada acto lo que es puro y bueno en el Judaísmo. Este hombre sólo pudo haberse desarrollado en la esfera del judaísmo; y sólo en este sustrato, también pudo encontrar unos discípulos y seguidores como los que encontró. Aquí sólo, en esta esfera judía, en la atmósfera judía de confianza y anhelo, pudo este hombre vivir y encontrar su muerte -un judío entre judíos-. La historia judía y la reflexión judía no puede obviarle ni ignorarle. Ya que desde que él fue, no ha habido un instante sin él; ni ha habido una época en la que no fuera desafiada por esa época que le considera a él como punto de partida”.
¿Cómo ha estructurado el libro?
El libro es una traducción del inglés de una serie de artículos de Leo Baeck que trata diferentes cuestiones sobre judaísmo y cristianismo. Se han separado en dos partes conforme traten principalmente una perspectiva o la otra, aunque el tratamiento siempre es comparativo. Entre los artículos están: ‘Hijo del Hombre’, ‘El Evangelio como un documento de la Historia de fe judía’, ‘La fe de Pablo’, ‘Religión romántica’, ‘El Judaísmo en la Iglesia’, ‘Misterio y mandato’, ‘La religión de los hebreos’, ‘Los fariseos’, ‘El origen del misticismo judío’, ‘La predicación griega y la judía’, ‘Dos visiones del mundo comparadas’ y ‘El carácter del judaísmo’.
Los beneficios de la venta del libro serán donados a la Amistad Judeo-Cristiana
“Los cristianos debemos conocer el contenido del Magisterio en todas las materias, pero también en respecto a lo que la relación con nuestros hermanos judíos y otras tradiciones o religiones se refiere. La Declaración conciliar ‘Nostra Aetate’ sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas, marcó, como en tantas otras cosas, un antes y un después por el Espíritu del Concilio Vaticano II.
De ese espíritu conciliar surgió la Amistad Judeo-Cristiana de Valencia liderada por mi amigo y hermano Francisco Fontana, con una encomiable labor de tantos años. Un bien para el cristianismo y para el judaísmo y desde luego para la Iglesia en Valencia a la que pertenecemos. Un mínimo apoyo era necesario en forma de reconocimiento y gratitud. Ojalá se vendieran muchos ejemplares para crecimiento espiritual de todos y por la ayuda que recibiría tal asociación”.
El libro será presentado el próximo viernes 31 de marzo a las 19 horas en el Centro Arrupe de Valencia. La presentación será precedida de una actuación musical de la soprano Teresa Requena, acompañada con el clarinete por Amparo Molina y al piano por Pau De Luis.