L.A. | 12-04-2012

José Antonio Jordá, Pierbattista Pizzaballa, monseñor Carlos Osoro y monseñor Enrique Benavent. (Fotografía: MªJesús Fernández)

En una misa solemne, llena de emoción y, al mismo tiempo, profunda alegría, el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, entregaba en la tarde del pasado miércoles en Jerusalén, la réplica del Santo Cáliz de la Última Cena del Señor, que se venera en la Catedral de Valencia, a la Custodia franciscana de Tierra Santa. Veinte siglos después de ser tomado “en sus santas y venerables manos” por Jesucristo, el Santo Cáliz, a través de esta preciosa réplica volvía simbólicamente a su lugar de origen.
Era al final de la homilía, antes del ofertorio, en la iglesia que presidió don Carlos en el convento de San Salvador, sede de la Custodia de Tierra Santa. El prelado empleó en la consagración la réplica del Santo Cáliz, que quedará expuesta de forma permanente, en un ostensorio o urna de cristal y metal dorado para que puedan verlo todos los peregrinos que visiten el Cenáculo de Jerusalén, donde Cristo celebró la Ultima Cena antes de su pasión, muerte y resurección.
Con el arzobispo concelebraron su obispo auxiliar, monseñor Enrique Benavent, el representante oficial de la Custodia Franciscana, Pierbattista Pizzaballa, así como sacerdotes valencianos que participan en la peregrinación y frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa
Al término de su homilía, en la que destacó la vinculación del Santo Grial con la Eucaristía y el orden sacerdotal, al ser instituidos ambos por Jesucristo en la Ultima Cena, monseñor Osoro entregó la réplica ante los más de 200 valencianos que integran la peregrinación que partió de Valencia el pasado lunes, y que besaron la réplica del Santo Grial a la conclusión de la eucaristía.

Los peregrinos valencianos, en el Cenáculo, hoy sinagoga, horas antes de la entrega del Santo Cáliz. (Fotografía: MªJesús Fernández)

Por su parte, el vicecustodio franciscano de Tierra Santa, el fraile español Artemio Vítores, agradeció el obsequio, subrayando la importancia del Santo Cáliz venerado en Valencia y el hecho de que la réplica vaya a quedar situada en uno de “los dos pulmones de Jerusalén, que son el Santo Sepulcro y el Cenáculo”.
Igualmente, el canónigo celador del Santo Cáliz en la Catedral de Valencia, Jaime Sancho, explicó el significado de la Cofradía del Santo Cáliz, antes de que los responsables de la entidad impusieran las cruces de caballeros de honor tanto a fray Pizzaballa como a fray Artemio Vítores. También les fueron entregados títulos, diplomas y libros así como diferente material divulgativo sobre el Santo Cáliz.
El cáliz permanecerá en el convento del Salvador hasta que concluyan las obras que se realizan en la actualidad en el llamado ‘Cenacolito’, en donde será depositado finalmente, en el convento de San Francisco ‘Ad Coenaculum’, sobre el monte Sión, a escasos metros del Cenáculo, lugar en el que Cristo celebró la Última Cena, y que, en la actualidad, es una sinagoga.
La peregrinación, organizada por la Comisaría en Valencia de Tierra Santa, la Real Hermandad y la Cofradía del Santo Cáliz, con la colaboración de Viajes Engrupo, continuó su recorrido por Tierra Santa, presidida por monseñor Enrique Benavent, dado que el arzobispo de Valencia, regresó el jueves, para celebrar el viernes la vigilia de oración con jóvenes en el Puerto de Sagunto.
La réplica llevada a Jerusalén había sido recogida el pasado mes de octubre a la Custodia Franciscana de Tierra Santa, representada por el provincial de los franciscanos en Valencia, José Antonio Jordá, en la fiesta anual del Santo Cáliz en la Catedral, que se celebra el último jueves de cada mes de octubre, en la que el Arzobispo regala réplicas de la reliquia a parroquias o entidades que han concluido una restauración o promovido el culto eucarístico y la pastoral vocacional.
Visita al Santo Sepulcro
En los primeros días de la peregrinación, los fieles valencianos recorrieron la Vía Dolorosa rezando el Via Crucis, visitaron la Basílica del Santo Sepulcro y participaron en una misa presidida por el Arzobispo en la capilla de los franciscanos situada junto al Cenáculo, en la que ha invitado a los peregrinos valencianos a “rezar por las vocaciones, algo a lo que estamos especialmente obligados sobre todo por la vinculación de Valencia con el Santo Cáliz”.
Además, los sacerdotes participantes en la peregrinación valenciana pudieron renovar las promesas de su ordenación ante monseñor Osoro, en el mismo lugar donde fue instituida la eucaristía y el orden sacerdotal.