L.A. |23.04.2020
Los trabajos preparatorios del Sínodo Diocesano, convocado por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, se están viendo afectados lógicamente por la terrible pandemia del coronavirus, pero continúan a pesar de la situación de emergencia sanitaria. De hecho, como señala el obispo auxiliar de Valencia mons. Arturo Ros este mes de abril “está previsto que esté el primer borrador del Instrumentum Laboris”.
Lo que sí cambiará previsiblemente será la celebración de la Asamblea Sinodal, en principio fijada para el 29, 30 y 31 de mayo: “Posiblemente se tendrá que aplazar pero nunca suspender, porque si pensó don Antonio que era importante, ahora lo sigue siendo e incluso más. para responder en la vida diocesana a las inquietudes de las comunidades cristianas frente a este momento histórico que estamos viviendo”, apunta mons. Ros.
A pesar de este aplazamiento todas las estructuras de trabajo del Sínodo siguen funcionando a buen ritmo. La semana pasada la comisión relatora encargada de hacer el primer borrador del Instrumentum Laboris se reunió de forma telemática para cerrar los últimos aspectos. Una vez esté concluido este primer borrador, seráa enviado a todas las personas participantes en la Asamblea Sinodal, los llamados padres sinodales (tanto las determinadas por el Derecho Canónico como las designadas por el Arzobispo) para que lo estudien y hagan sus propuestas y así poder elaborar el definitivo.
El Sínodo, como señala monseñor Ros, “va a ser una respuesta necesaria para la vida de la diócesis y más en un momento que nos pide mucha fortaleza y la capacidad de dar respuesta a las inquietudes que van a ir surgiendo a lo largo de esta crisis”.
Además, el obispo ha resaltado “la gran disponibilidad y ofrecimiento” de los miembros de las comisiones técnicas tanto “para colaborar en aspectos del Sínodo como en cualquier otro de la vida diocesana”.