AGENCIAS | 16.04.2020
No perder la esperanza en este momento en la que pandemia del coronovirus se extiende por todo el mundo. Este sería el mensaje que el papa Francisco ha lanzado en las diferentes celebraciones de Semana Santa que ha presidido en una basílica de San Pedro vacía debido a las restricciones de la actual situación de emergencia sanitaria. Unas celebraciones que han dejado imágenes insólitas que han ido acompañadas de mensajes en los que el Papa ha invitado a no perder la fe en Dios y la esperanza. “En esta noche conquistamos un derecho fundamental, que no nos será arrebatado: el derecho a la esperanza; es una esperanza nueva, viva, que viene de Dios. No es un mero optimismo, no es una palmadita en la espalda o unas palabras de ánimo de circunstancia”, aseguraba en su homilía de la vigilia pascual.
En este sentido, añadía, “una esperanza que es un don del cielo, que no podemos alcanzar por nosotros mismos”. “Todo irá bien, decimos constantemente estas semanas, aferrándonos a la belleza de nuestra humanidad y haciendo salir del corazón palabras de ánimo. Pero, con el pasar de los días y el crecer de los temores, hasta la esperanza más intrépida puede evaporarse. La esperanza de Jesús es distinta, infunde en el corazón la certeza de que Dios conduce todo hacia el bien, porque incluso hace salir de la tumba la vida”, resaltó.
Este mismo mensaje estuvo presente durante la bendición ‘Urbi et orbi’ que impartió el domingo de Resurrección y que este año se celebró en el interior de la basílica: “Hoy resuena en todo el mundo el anuncio de la Iglesia: ¡Jesucristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!. Es otro ‘contagio’, que se transmite de corazón a corazón, porque todo corazón humano espera esta Buena Noticia. Es el contagio de la esperanza: ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!”.
“No se trata de una fórmula mágica que hace desaparecer los problemas. No, no es eso la resurrección de Cristo, sino la victoria del amor sobre la raíz del mal, una victoria que no pasa por encima del sufrimiento y la muerte, sino que los traspasa, abriendo un camino en el abismo, transformando el mal en bien, signo distintivo del poder de Dios”, añadió.
Oración por los afectados
Durante su felicitación pascual el Papa también se acordó de todos los afectados de la actual pandemia del covid-19: “Hoy pienso sobre todo en los que han sido afectados directamente por el coronavirus: los enfermos, los que han fallecido y las familias que lloran por la muerte de sus seres queridos, y que en algunos casos ni siquiera han podido darles el último adiós. Que el Señor de la vida acoja consigo en su reino a los difuntos, y dé consuelo y esperanza a quienes aún están atravesando la prueba, especialmente a los ancianos y a las personas que están solas.”
También tuvo palabras de agradecimiento para todas las personas que están trabajando para frenar el virus y en garantizar los bienes esenciales o la seguridad. Entre ellos tuvo palabras para los sanitarios, para los que pidió “a Jesús, nuestra Pascua, fortaleza y esperanza, ya que en todas partes ofrecen un testimonio de cuidado y amor al prójimo hasta la extenuación de sus fuerzas ey no pocas veces el sacrificio de su propia salud”.
Ánimo a los gobernantes
En sus palabras también dirigió unas palabras de ánimo a los gobernantes para que “trabajen activamente en favor del bien común de los ciudadanos”. En ese sentido, destacó que “no es el tiempo de la indiferencia, ni del egoísmo ni de la división” y pidió que se atienda especialmente a los más necesitados. Además, pidió que se reduzca o condone la deuda de los países más pobres.