Redacción | 13-03-2013
“Habemus Papam”. El argentino Jorge Mario Bergoglio se convirtió anoche en el primer hispanoamericano y el primer jesuita en dirigir la Iglesia católica.
En el segundo día de conclave y tras cinco votaciones, a las 19:07 de la tarde, el humo blanco se alzaba sobre el cielo de Roma y anunciaba que la Iglesia Católica ya tenía sucesor de Benedicto XVI. Una hora después de la fumata blanca, el protodiácono Jean-Louis Pierre Tauran, salía al balcón para anunciar “Habemus Papam”.
Con 76 años, Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, ocupará la silla de Pedro con el nombre de Francisco.
Desde el final del mundo
“Queridos hermanos y hermanas, ‘buona sera’, como vosotros sabéis los cardenales en el cónclave tienen que encontrar a un obispo de Roma, y parece que los hermanos cardenales fueron a buscarlo casi al final del mundo, pero estamos aquí. Agradezco la acogida a la comunidad diocesana de Roma como su obispo”, dijo con gran sencillez el Papa Francisco en cuanto se asomó al balcón de la Basílica de San Pedro.
El nuevo Papa dedicaba a Joseph Ratzinger sus primeras palabras. Y los feligreses, que abarrotaban la plaza de San Pedro, rompieron en aplausos. “Antes de todo querría hacer una oración por nuestro obispo emérito Benedicto XVI, recemos todos juntos para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo proteja”.
Después, pidió a los fieles que rezaran por él. “Y ahora querría dar la bendición -dijo el santo padre- si bien antes os pido un favor: antes que el obispo bendiga al pueblo, os pido que recéis al Señor para que me bendiga. Porque es la oración del pueblo pidiendo la bendición para su obispo. Hagamos en silencio esta oración vuestra por mí”.
El nuevo papa Francisco en su primer mensaje auguró frutos para la nueva evangelización. “Recemos unos por otros, por todo el mundo, para que haya una gran hermandad. Este camino debe dar frutos para la nueva evangelización”, dijo el Pontífice.
El nuevo Papa llamó al obispo emérito de Roma y se reunirá con él en breve.
La misa de entronización, el próximo martes 19 a las 9:30 horas
Según confirmó el padre Federico Lombardi, portavoz vaticano, el nuevo Papa celebrará misa el jueves en la Capilla Sixtina y el viernes, día 15, recibirá a los cardenales en la Sala Clementina. Se encontrará con los medios de comunicación en el aula Pablo VI, el sábado a las 11 horas y el domingo oficiará el Angelus a las 12 horas desde la ventana de su apartamento.
Está previsto también que la misa de entronización sea el próximo martes, día 19, a partir de las 9:30 horas, con la asistencia de jefes de Gobierno y de Estado.
En esta celebración el nuevo Papa recibirá dos símbolos muy importantes para la Iglesia Católica. Por una parte, el palio “petrino”. El palio es un ornamento del Papa y de los metropolitanos en la Misa pontifical. Tiene la forma de una faja circular que carga sobre los hombros y de la cual penden ante el pecho y en la espalda dos tiras rectangulares, todo de lana blanca, destacándose de ella seis cruces negras.
El otro símbolo es el anillo papal, también conocido como anillo del pescador. El anillo lleva grabada una representación de San Pedro echando las redes y dos peces que representan el cristianismo. En el lugar donde confluyen las colas de los peces se encuentra el símbolo de la “cruz del palio”. Este anillo es personal e intransferible para cada Papa.
El nuevo Papa recibe estos dos símbolos de los cardenales designados para tal fin.
Como colofón a toda la celebración, tiene lugar la solemne misa de inicio de Pontificado que comienza en el interior de la Basílica de San Pedro.
Hasta allí llega el nuevo Papa para orar ante la tumba del Apóstol. El Papa baja a las grutas vaticanas para rezar junto con los patriarcas de las iglesias orientales asistentes a la misa.
Oran ante la tumba de San Pedro, junto al altar de la Confesión, donde a un lado y a otro de la tumba de San Pedro se suceden los nichos de más de un centenar de Papas.
Tras la celebración de la oración, el Papa y los presentes, en procesión, salen hacia el altar de la plaza de San Pedro, donde se celebra la misa.
Salen a la plaza bajo un gran tapiz, colgado del balcón central de la Basílic
a de San Pedro, que representa la pesca milagrosa y en el que aparece Jesús hablando con Pedro. Mientras, los coros cantan las Laudes Regiae, himno de celebración litúrgica.