El Papa saluda a los participantes en el encuentro el 28 de diciembre de la Asoc. Nacional de Familias Numerosas de Italia.
EDUARDO MARTÍNEZ | 28-1-2015
La polémica generada tras las declaraciones del papa Francisco en torno a la apertura a la vida de los matrimonios ha puesto de manifiesto varias dificultades que intervienen en la correcta comprensión del magisterio de la Iglesia en temas delicados, como es el caso. Son varias y complejas, tanto desde el punto de vista de la comunicación institucional de la Iglesia, como de la labor informativa de los medios o de la formación de los católicos en relación a la doctrina católica. Es imposible analizar todo ello aquí, pero sí que nos proponemos, al menos, recordar mínimamente la visión que tiene el papa Bergoglio, en sintonía con el magisterio eclesial, sobre la procreación y las familias numerosas. Poniendo así, en un contexto más amplio, las palabras del Papa durante la famosa rueda de prensa en su vuelo de regreso a Roma desde Filipinas, quizás podamos contribuir en algo a aclarar una polémica que se ha hecho especialmente cruda dentro del seno de la propia Iglesia.
Más allá de lo afortunada o no de la expresión “algunos creen que, para ser buenos católicos, tenemos que ser –perdonen la expresión– como conejos”, el Santo Padre no está sino recordando el magisterio de la Iglesia, que enseña que la vida sexual de las personas debe ser guiada por la razón, y no por el mero instinto, como es el caso de los animales. “La Iglesia es la primera en elogiar y en recomendar la intervención de la inteligencia en una obra que tan de cerca asocia la creatura racional a su Creador, pero afirma que esto debe hacerse respetando el orden establecido por Dios”, dice Pablo VI en su encíclica Humanae vitae (16).
En ese importante documento, el papa Montini, “en un momento donde se le proponía el problema del crecimiento de la población, tuvo la valentía de defender la apertura a la vida de la familia”, recordó el propio papa Francisco en Filipinas. El beato papa (beato, por cierto, por decisión de Francisco) explicó que uno de los conceptos clave para discernir en esta materia (concepto repetido por Bergoglio en el vuelo papal) es el de “paternidad responsable”, la cual “se pone en práctica ya sea con la deliberación ponderada y generosa de tener una familia numerosa ya sea con la decisión, tomada por graves motivos y en el respeto de la ley moral, de evitar un nuevo nacimiento durante algún tiempo o por tiempo indefinido” (HV, 10).
La familias numerosas son “una esperanza para la sociedad”
Desde ese equilibrado planteamiento de apertura a la vida, con entrega e inteligencia, con amor y reponsabilidad, se entiende la exhortación de Francisco a los filipinos en el encuentro con familias de Manila: “Sed santuarios de respeto a la vida, proclamando la sacralidad de toda vida humana desde su concepción hasta la muerte natural”.
Francisco ha mostrado su preocupación ante la polémica que se ha creado sobre este tema «por el hecho de que sus palabras – deliberadamente simples – no hayan sido plenamente contextualizadas respecto a un pasaje claro de la Humanae vitae sobre la paternidad responsable”. Así lo ha reconocido al periódico Avvenire el sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, monseñor Angelo Becciu, uno de los colaboradores más cercanos del Papa, a quien acompañó en el viaje a Sri Lanka y Filipinas.
Pocas horas después de su regreso a Roma, en la primera audiencia general tras su viaje apostólico, el Papa recordó su estancia en Filipinas y aseguró que “da consuelo y esperanza ver tantas familias numerosas que acogen a los hijos como un verdadero don de Dios: ellos saben que cada hijo es una bendición”. Y añadió: “Escuché decir que las familias con muchos hijos y el nacimiento de tantos niños se encuentran entre las causas de la pobreza. Me parece una opinión simplista. Puedo decir, -podemos decir todos- que la causa principal de la pobreza es un sistema económico que ha quitado a la persona del centro y ha colocado al dios dinero”.
Quizás alguien podría llegar a pensar que esas palabras no son más que producto del oportunismo tras la polvareda que se ha levantado. Por si acaso, aún recordaremos otro discurso de Francisco reciente, pero anterior a la apertura de la caja de Pandora. Fue el pasado 28 de diciembre en el Vaticano, durante un encuentro de la Asociación Nacional de Familias Numerosas de Italia. En aquella ocasión, el Obispo de Roma (por cierto, el mayor de cinco hermanos) dijo: “La presencia de las familias numerosas es una esperanza para la sociedad. (…) Cada familia es célula de la sociedad, pero la familia numerosa es una célula más rica, más vital”.