B.N. | 12-07-2018
Los vehículos fueron bendecidos dentro del Puerto de Valencia, a la altura del ‘Veles e vents’. (FOTO: B.N.)Gracias fue la palabra que más se repitió durante la bendición de camiones celebrada en el puerto de Valencia con motivo de la festividad de san Cristóbal, patrón de los conductores. La jornada comenzó con una misa de campaña en los locales de la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística. Desde allí, el santo salió en procesión recorriendo las calles de Valencia y recogiendo, a su paso, a los camiones que ya le esperaban en la conocida como avenida del automóvil para llegar juntos hasta el edificio de ‘Veles e Vents’ donde este año se celebró la bendición.
Los que más disfrutaron de la procesión, conformada por más de 400 camiones, fueron los más pequeños de la casa. Y es que este año sorprendió el gran número de familias que participaron. Las bocinas sonaron sin cesar -salvo al paso por el Hospital General para preservar el descanso de los enfermos- junto con las risas alegres de los niños que compartían con sus padres un momento tan emotivo. “Gracias por cuidarme a papá”, fue la emotiva plegaria que una niña le realizó al santo mientras lanzaba un beso al aire al contemplar la imagen de san Cristóbal.
Alguna que otra lágrima de emoción se escapó al pasar ante el santo al que se le dio gracias por estar un año más junto a él y al que se pidió, de nuevo, su protección y amparo.
Barrio de la Trinidad
El barrio valenciano de la Trinidad también celebró la festividad de san Cristóbal, con una misa mayor, una ronda de automóviles antiguos, la bendición de coches y una procesión en honor del santo. La jornada comenzó con una misa para la comunidad de religiosas del Monasterio de San Cristóbal, de las religiosas Canonesas a la que le siguió, por la tarde, la misa mayor con la tradicional bendición de las ‘palmeritas’ del santo. Al término de la eucaristía se celebró la ronda de automóviles antiguos ‘San Cristóbal 2018’, con decenas de vehículos antiguos que permanecieron expuestos en la calle Alboraya, hasta el comienzo de la procesión. También fueron bendecidos numerosos vehículos, entre ellos un camión de bomberos. Tras la ronda, el santo fue llevado en procesión por las calles del barrio hasta el monasterio. Durante este recorrido, la imagen realizó paradas en los casales de las comisiones falleras Molinell-Alboraya y Trinitat-Alboraya.
“Hoy es un día de unión, de pasarlo bien pero, ante todo, de venerar al santo que nos protege en la carretera a lo largo de todo el año”, explica Salva que, este año, “pasará” el camión ante san Cristóbal acompañado de su hijo Alejandro.
Junto a la familia
“Cuando estás al volante, y con las largas jornadas de trabajo, lo que más echas de menos es a la familia” comenta Jesús que este año participa en la bendición de camiones junto a su mujer Eva y sus hijas Nuria y Lucía. “Por eso -continúa- hoy es un día para disfrutar junto a ellas y pedir la bendición del santo”.
Una bendición especial
Entre risas Rubén asegura que acude a la bendición de camiones para que el pequeño Pau pueda “tocar el claxon del camión”, pero la verdad es que es un día especial en el que junto con su mujer Verónica, le piden al santo “que todo vaya bien en la carretera”.