FOTO: V.GUTIERREZ

MARTA ALMELA| 6.12.23

El orgullo que sienten los feligreses de la localidad valenciana de Guadassuar por su iglesia y su patrimonio, no se queda sólo en palabras: lo han demostrado con una importante colaboración, ya que en sólo dos años han reunido las aportaciones económicas necesarias para sufragar cerca del 60 por ciento de las obras de las obras de rehabilitación y restauración del templo parroquial, original del siglo XVI.

Desde que el Consejo Pastoral propuso y aprobó la intervención en la parroquia de San Vicente Mártir, “la respuesta del pueblo a esta intervención tan importante en su iglesia parroquial ha sido, desde el primer momento, muy buena. Toda la comunidad parroquial lo vio necesario y se volcó con la iniciativa al cien por cien”señala el párroco, Juan Sivera.
El pasado 26 de noviembre el arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, presidió la misa solemne de acción de gracias por la finalización de los trabajos realizados, durante más de dos años, tanto en la parte exterior como en el interior del templo.

Las obras comenzaron con una primera fase exterior que consistió en la reparación de la cubierta, “que era urgente porque estaba muy deteriorada y con grietas y humedades que causaban desperfectos e incluso goteras en el interior del templo durante los días de lluvia”, añade Sivera. Esta rehabilitación exterior fue realizada por el estudio HAC 90 Arquitectes, de Valencia.

Una vez resuelto el problema de la cubierta, comenzó el trabajo de los restauradores, para actuar en el interior de la bóveda de la nave. “Las grietas eran muy evidentes y causaron muchas filtraciones de agua, que provocaron desperfectos considerables en los materiales de la decoración”, señala Xavier Farragut, uno de los 17 restauradores de Art i Restauració Sanchis Ferragut, empresa encargada de las obras en el interior de la parroquia.

Los dragones góticos “asoman” sus cabezas

Uno de los aspectos más relevantes de esta intervención ha sido el hallazgo “histórico”, y posterior recuperación, de unas pinturas góticas de unos dragones policromados -un total de 16- que han sido descubiertas en los arcos de la bóveda, bajo la ornamentación barroca.

“El edificio, en sus aspecto original de finales del siglo XVI, no tenía la ornamentación actual. En el siglo XVIII se realizó una intervención para acometer la reforma barroca que vemos ahora, momento en el que se lleva a cabo la apertura de las lunetas, principal causante de los desperfectos que con el paso de los años han provocado las grietas”, señala Ferragud.
“Durante nuestra intervención hemos recuperado, limpiado y consolidado toda la ornamentación de la yesería, los dorados y los estucos”. Al llegar al presbiterio, “nos encontramos con grandes desperfectos en la parte superior de la bóveda, debido a la acumulación de suciedad y de humos provocados por las hogueras que se encendieron durante 1936”.

Una vez iniciada la limpieza, los dragones “asomaron” sus cabezas al retirar la ornamentación barroca, cortando los estucos y dorados, en los arcos de la bóveda. Después “se realizaron unas catas, se documentó el hallazgo y se decidió, por parte de la parroquia, el Arzobispado y la conselleria de Cultura, que se sacaran a la luz, por lo que ahora pueden ser vistos si se visita el templo”, añade Ferragud.

El resultado de la rehabilitación y restauración, cuyas obras se han prolongado durante cerca de dos años, “es magnífico” y de todo el conjunto “sobresale este descubrimiento porque templos del siglo XVI hay más en la Comunitat Valenciana pero estos dragones tan bien conservados son un patrimonio muy escaso -es el cuarto caso documentado en la Comunitat- y por eso tiene un valor añadido que se suma al conjunto”, explica Xavier Ferragud.

Además, la intervención ha permitido realizar “una limpieza de toda la suciedad acumulada, consolidar los materiales y técnicas utilizadas y reintegrar, con las mismas técnicas y materiales originales, para que el resultado sea un conjunto completo y apto para el culto”. Por tanto, “el resultado es la recuperación y restauración de la ornamentación barroca, que cubren las trazas góticas, excepto las pinturas de los dragones”.