L.B. | 3-04-2013

‘El compromiso de Caspe’, pintado por Salvador Viniegra en 1891, se encuentra en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.


En unas semanas, la revista ‘Escritos del Vedat’, de los Padres Dominicos, sacará a la luz el texto del sermón pronunciado por San Vicente Ferrer el día 17 de abril de 1412 en Caspe. Gracias a la labor de investigación del profesor Francisco Gimeno Blay, catedrático de Paleografía y Diplomática de la Universitat de València, se ha encontrado este texto del que hasta ahora tan sólo se tenían referencias por otros escritos.
Desde el año 1992, el profesor Gimeno Blay está investigando sobre los sermones de San Vicente y ha publicado diversos trabajos sobre ellos. El pasado mes de octubre adquirió un incunable de 1485 en una librería alemana. Se trata de la colección de sermones de San Vicente más antigua publicada en Europa.
Para su sorpresa, en este volumen se encuentra el texto de la homilía que San Vicente pronunció el día en que los compromisarios de Caspe juraron el cargo y se obligaron a estudiar cuál de los siete candidatos debía ser Rey de Aragón. “Eran los sermones del tiempo estival y en ningún momento pensé que éste pudiera estar ahí, aunque era lógico”, explica el profesor Gimeno. En la actualidad el libro se encuentra en la biblioteca de la Universitat.
Antes de la deliberación
Era 1412, hacía dos años que había muerto Martín el Humano y aún no había sucesor pero sí siete candidatos. Antes de empezar las deliberaciones, los compromisarios participaron en una misa y juraron el cargo. Fue entonces cuando el santo valenciano pronunció este sermón de contenido pastoral, teológico y, también, político.
Tomando como base la figura del buen pastor y una cita ‘Habrá un solo rebaño y un solo pastor’ (Juan 10, 16), San Vicente destacó que la Corona de Aragón la conforma un solo rebaño que necesita un solo rey. “Ahí está la grandeza de este sermón”, subraya el profesor Gimeno, “en que San Vicente sabe destacar que la corona de Aragón es un territorio plural, con diversidad de leyes y lenguas -está integrado por el Reino de Aragón, el de Valencia, Mallorca, el principado de Cataluña, Córcega, Cerdeña y Sicilia-, pero capaz de tener un solo rey”.
El rey, buen pastor
Además, en su discurso San Vicente toma como modelo la sociedad celeste en la que, según la teología medieval, existen diversos órdenes de ángeles con una jerarquía, para explicar cómo ha de ser la sociedad terrenal y, en consecuencia, el rey. “Expuso que ha de haber un monarca ideal, como lo es Dios. Una persona que se lo merezca por derecho pero también porque sea un buen pastor de las ovejas”, indica Gimeno. “A mi modo de ver, está diciendo: mirad, estos son los problemas que tenemos ac­tual­mente y a los que tendrá que atender el rey”, explica Gimeno Blay. “Algo así como lo que acaba de pasar en la elección del Papa cuando, al empezar, el decano del colegio cardenalicio expuso los problemas a los que se enfrenta la Iglesia en este momento”.
El compromiso de Caspe El dominico valenciano Vicente Ferrer y su hermano Bonifacio Ferrer, prior de la Cartuja de Portacoeli, tuvieron una intervención decisiva en la resolución del Compromiso de Caspe. Ellos formaban parte del grupo de nueve ‘hombres justos’ representantes de los reinos de Aragón y Valencia y del principado de Cataluña que intervinieron en la negociación que se inició el 22 de abril de 1412, y por la que se llegó a un acuerdo en la sucesión de la corona de Aragón por la que se elegía a Fernando de Trastámara, infante de Castilla; como rey y señor de Aragón. ¿Por qué los Ferrer? Entre los compromisarios se eligió a Vicente Ferrer porque habiendo recorrido en sus predicaciones diversas naciones se le consideraba el primer orador de su tiempo, atribuyéndosele aún en vida diversos milagros. El papa Benedicto XIII, en 1394, le llamó a su lado y le nombró su confesor y teólogo. Asimismo, se eligió a su hermano Bonifacio, por ser el prior general de la orden religiosa de los Cartujos y por su experiencia en derecho Civil. Además, en su ascensión dentro de la carrera eclesiástica contó también con la ayuda del papa Benedicto XIII. Antecedentes históricos El 31 de mayo de 1410 fallecía el rey Martín I de Aragón, sin descendencia ni sucesor. La sucesión al trono en la monarquía aragonesa se consideraba una cuestión de la dinastía. No estaba regulada por normas legislativas y se apoyaba en la costumbre establecida por los testamentos de los reyes precedentes, que establecía las condiciones para que se llevara a cabo dentro de la familia Aragón. Desde el principio aparecieron en escena cinco aspirantes dispuestos a defender sus derechos a la herencia real. Todos, varones de la Casa Real de Aragón. Tras varios meses de deliberaciones, el 25 de junio de 1412, los representantes de los reinos de Aragón, Valencia y el principado de Cataluña llegaron a un acuerdo para elegir a Fernando de Trastámara. Basándose en su autoridad moral, fue a Vicente Ferrer, que al igual que se hermano Bonifacio habían votado por Fernando de Trastámara, a quien se le encomendó proclamar y hacer pública la elección del nuevo rey, así como de comunicársela al interesado. Finalmente, el 28 de junio de 1412 Vicente Ferrer leyó la decisión de los compromisarios a la puerta de la colegiata de Santa María de Caspe (Zaragoza).