Eduardo Martínez | 30-01-2013

Javier Llopis. (Foto: Alberto Saiz)

El 18 de febrero comenzará la ‘Misión en Valencia: Porta Fidei’, impulsada por el Arzobispado con motivo del Año de la Fe convocado por Benedicto XVI. A solo unos días, por tanto, de su inicio hablamos con el vicario de Evangelización, Javier Llopis, sobre esta iniciativa, que incluirá predicaciones especiales de cientos de sacerdotes por parroquias de toda la archidiócesis durante el tiempo de Cuaresma.
Don Javier, ¿cuál es la última hora de los preparativos?
– Estamos ultimando las parroquias que acogerán las predicaciones y los sacerdotes que las desarrollarán. De momento ya son más de 380 los presbíteros que se han ofrecido para la Misión y el número sigue creciendo.
¿Cómo definiría los objetivos de esta misión?
– Se trata de ayudar a la gente a que tenga un encuentro personal con Jesucristo. La pretensión, por tanto, no es informativa y tampoco formativa. Lo que buscamos es facilitar el despertar de la fe.
Las predicaciones serán “kerigmáticas”, es decir, que estarán presentadas como un primer anuncio de la fe, de modo que aludirán a los contenidos básicos del cristianismo: Dios es nuestro Padre y Creador; Jesucristo ha muerto y resucitado para redimir al hombre… ¿Hasta qué punto es necesario volver a insistir hoy en estas ideas que podrían parecer ya sabidas?
-En consonancia con lo que propone la nueva evangelización de la Iglesia, partimos de la base de que en la sociedad actual no se puede presuponer que se conoce y se vive desde la fe, porque muchos ya no la profesan, de ahí que sea necesario volver a realizar ese primer anuncio. Incluso a los católicos practicantes es conveniente volver a anunciar los contenidos básicos de nuestra fe. Muchas personas, incluso algunos cristianos, sólo conocen cosas superficieles de la fe, pero no son del todo coherentes en su forma de vivir. Una fe auténtica implica celebrarla, estar integrado en la vida parroquial, cambiar de vida, dar testimonio… En una diócesis como la de Valencia, por ejemplo, la práctica religiosa podría considerarse, en términos cuantitativos, que es relativamente elevada. Pero, desde un punto de vista cualitativo, ¿es Jesucristo desde donde tomamos siempre las decisiones de nuestra vida o nos dejamos llevar a veces por otros criterios?
Entonces, ¿qué le diría a alguien que piense “yo esto ya me lo sé”; “no hace falta que vaya a escuchar las predicaciones”; “para mí no es la Misión”…?
-Que Dios siempre es más de lo que podamos pensar; no es posible conocerlo competamente, siempre nos sorprende; no hay nadie que no necesite de Él. Además, ¿cómo despreciar la oportunidad de acercarse más a Dios, de conocerlo mejor? Todos estamos llamados a crecer en la fe. Estoy seguro de que todos nos vamos a soprender y de que vamos a descubrir muchas cosas.
Además, he de decir también que desde la ‘Misión Valencia: Porta Fidei’ invitamos a todos los católicos a que no vayan solos a las predicaciones, sino que vayan acompañados por alguien. Que seamos capaces de invitar a otros a participar de la Misión: un familiar, un amigo, un compañero… estén en la situación que estén.
Eso también es muy misionero…
-Es que es el estado natural del cristiano: debemos ser misioneros. Si quedo con un amigo para dar un paseo o le invito a un café, ¿por qué no puedo invitarle también a ir a la Misión? Debemos perder el miedo a mostrarnos como cristianos y comunicar a los demás aquello que para nosotros es tan importante y sabemos que les va a ayudar. En este sentido, ‘Misión en Valencia: Porta Fidei’ es también una llamada de atención para todos nosotros, los cristianos: ¿estoy siendo misionero? La misión puede ser de muchas maneras, pero lo cierto es que no hay cristiano sin misión. Quizá no sabemos de la importancia de ser misioneros porque no hemos tenido que serlo en nuestra sociedad hasta hace unos años. Pero ya hay muchos que no tienen noticia de Dios. Sólo la tendrán a través de nosotros.
En esta misión ‘Porta Fidei’ los párrocos no predicarán en sus parroquias. ¿Por qué?
-Efectivamente, el ‘misionero’ será un sacerdote de otra parroquia distinta a la que vaya a acoger las predicaciones. El párroco de la iglesia anfitriona estará sentado escuchando junto con su feligresía. De este modo, se quiere subrayar que él es también destinatario de la Misión. Pero, además, es una manera de significar que estas predicaciones van a ser especiales. Lo son ya desde el momento de estar enmarcadas en el Año de la Fe, que está celebrando toda la Iglesia universal.
Esta iniciativa está vinculada, además, al Itinerario Diocesano de Renovación, impulsado por el arzobispo de Valencia…
– Así es. De hecho, este año el tema principal del Itinerario es ‘Para mí, la vida es Cristo’ y esto es, precisamente, lo que prentende la misión Porta Fidei: ayudar a otros a que vivan desde esta perspectiva. A este respecto, las predicaciones serán muy experienciales, partirán de la experiencia de Dios del propio “misionero”: la búsqueda de Dios, Dios Padre, Jesucristo, el Espíritu Santo, el amor de Dios, el perdón de los pecados, la Iglesia…; además, habrá una parte vivencial, de modo que el sacerdote compartirá su testimonio personal, como testigo de la fe en Cristo. Eso siempre tiene una fuerza especial.