❐ EVA ALCAYDE | 30.09.21
El último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que no deja a la juventud española en muy buen lugar. Y es que la tasa de jóvenes, de entre 18 y 24 años que no estudian ni trabajan ha subido al 22 por ciento en España. Son los llamados ‘ninis’, que conforman el 19,9 por ciento de los jóvenes de esta franja de edad y sitúan a España en el segundo país con mayor número de jóvenes en esta situación, solo por detrás de Italia (24,%). En tercer puesto figura Grecia con un 19,3%.

Los llamados ‘ninis’ son los jóvenes que no estudian ni trabajan. No tienen expectativas de continuar con su formación docente, ni siquiera en el ámbito de la FP, ni disponen de facilidades para acceder al mercado laboral, ni tan siquiera en el menos cualificado.

Esta situación se ha visto agravada por la pandemia, que ha destruido muchos puestos de trabajo, de modo que los ‘ninis’ que antes encontraban una salida en el campo de la hostelería, ahora solo pueden acceder a empleos ocasionales y muy precarios.

Las parroquias y entidades sociales de la diócesis de Valencia, conscientes de esta realidad, están adaptando algunos de sus proyectos para acompañar también a este colectivo de personas vulnerables y evitar en lo posible el abandono educativo, que es lo que lleva a los jóvenes a esta situación.

El abandono escolar es un proceso de desvinculación del alumno con el sistema educativo, en el que intervienen una serie de factores, atribuibles tanto al propio alumno, como al centro escolar o al contexto familiar y social en el que se desarrolla.

La pobreza se hereda
Dentro de su Programa de Familia, Infancia, Adolescencia y Mujer, Cáritas Diocesana de Valencia trabaja con menores de primaria y secundaria para poner freno a la pobreza intergeneracional porque está demostrado que la pobreza se hereda.
“Un niño que crece en una familia en riesgo de exclusión social tiene muchas probabilidades de seguir en ese colectivo cuando llegue a la edad adulta”, explica la responsable de este programa de Cáritas Diocesana Almudena Pons.
Para ello, Cáritas ofrece a las familias que tienen en acogida tanto de refuerzo educativo como actividades de ocio y tiempo libre, campamentos de verano y colonias en tiempos de Pascua y Navidades.

Según Almudena Pons, a lo largo de toda la diócesis existen más de 50 proyectos parroquiales de este tipo que pretenden que los chavales vean que con un poco de apoyo escolar son perfectamente capaces de sacar buenas notas.

Además de clases de refuerzo o repaso escolar, que tratan de pulir las dificultades académicas que puedan tener los hijos de las familias atendidas, los voluntarios de Cáritas desarrolla actividades de ocio y tiempo libre, como talleres de manualidades o deportes, juegos de mesa, actividades musicales o teatro.

“En Cáritas apostamos por la prevención y tratamos de inculcar buenos hábitos de estudio y habilidades desde primaria para evitar el fracaso escolar y para que cuando sean adolescentes y se sientan desmotivados y perdidos, no opten por abandonar sus estudios y se conviertan en ninis”, destaca Almudena Pons.

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