❐ DAVID AMAT | 30.03.2023
La científica Florence Oloo (Elderet, Kenia, 1960), de profundas convicciones católicas, recibió recientemente el premio de la ONG Harambee a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana en la edición de 2023. La UCV ha sido una de las instituciones que ha visitado durante su estancia en Valencia, invitada por la mencionada organización solidaria española.
Además de catedrática en Ciencias Químicas en la Universidad Técnica de Kenia, así como licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación, Oloo ha trabajado desde su juventud en la promoción de la mujer, dentro del propio entorno universitario, en zonas urbanas y, desde hace un tiempo, en el campo: “He conocido los problemas que sufren las mujeres en el medio rural, he visto por lo que han pasado, los enormes desafíos de sus vidas y no podía quedarme de brazos cruzados. He sido muy afortunada de poder alcanzar mi situación de vida y he sentido que debía dedicar también mi tiempo y mis energías en ayudar a otras a poder conseguirlo”.
Resultados inmediatos
La convicción íntima llevó a Oloo a impulsar el Programa Jakana de Empoderamiento Femenino, destinado tanto a mujeres adultas como a niñas residentes en las zonas rurales del condado de Kisumu, al sur del país africano. Jakana está compuesto de varios subprogramas: uno de liderazgo, otro de tutorización, otro de asesoramiento y, finalmente, otro “que les permita adquirir las habilidades necesarias” para emprender.
“No hemos planteado grandes objetivos. Se trata de mujeres que viven en un contexto rural y debemos formarlas de un modo sencillo, para que ellas puedan comprender y asimilar los contenidos. Lo que me ha hecho feliz es que los resultados se han visto casi inmediatamente. Creo que ha sido así por el enfoque holístico que hemos dado a estos cursos, que duran tres meses”, señala.
Cuando empezaron su formación, algunas de las participantes iban vestidas “con ropa sucia, calzado roto, realmente con un aspecto descuidado”. Su imagen “no era algo que les preocupase, porque la vida es dura en el sur de Kenia”. Sin embargo, conforme iban pasando las semanas, las alumnas empezaron a cambiar: “Nos decían que les habíamos dado herramientas, que se estaban descubriendo como mujeres y que podían valerse por sí mismas. Ha sido maravilloso ser testigo de su evolución, observar cómo sacaban la fuerza que había dentro de ellas”.
“No se trataba tampoco de que acabaran montando grandes empresas, sino pequeños negocios en sus pueblos. Me encantó lo que hizo una de ellas: estuvo ahorrando parte de las ganancias que obtuvo, las utilizó para volver a estudiar y ahora está en la universidad”, expone.
Modelos a seguir
En opinión de Oloo, “las niñas y las jóvenes necesitan ejemplos de mujeres a seguir, que les inspiren, haciéndoles ver que ellas también pueden alcanzar las cotas más altas en sus vidas. Así pueden centrarse realmente en sus objetivos, sin que nadie les desmotive en su intento. Ahora existen posibilidades para la mujer de conseguir mucho en lo académico y lo profesional, no es como cuando yo era joven”.
Otro proyecto que ha hecho “muy feliz” a Oloo es la fundación del Comité Ético de Strathmore, que dirige la revisión y supervisión de las investigaciones de cualquier naturaleza que afecten a los seres humanos, con el fin de que los protocolos cumplan “con las pautas éticas apropiadas”.