Desempleo, temporalidad, siniestrabilidad laboral, pérdida de poder adquisitivo de los salarios, dificultades de conciliación laboral y familiar, y el aumento de las enfermedades psicosociales son realidades presentes en nuestra sociedad. Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) celebra su décimo aniversario renovando el compromiso por un presente y un futuro “donde el trabajo decente sea una realidad para todos, también en el seno de la Iglesia”.
BELÉN NAVA | 10.10.2024
Por tí, por mí, Trabajo Decente’, es el lema que desde la Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) ha elegido este año para la Jornada Mundial por el Trabajo Decente. Coincidiendo con su décimo aniversario, ITD subraya que la búsqueda del bien común debe ser el objetivo principal del conjunto de la comunidad, pero particularmente de quienes tienen la responsabilidad de articular políticas que garanticen las condiciones esenciales, que permitan a las personas alcanzar una vida digna, una vida buena. Esto incluye garantizar un trabajo decente, acceso a la vivienda y servicios públicos de calidad. En este sentido, los movimientos promotores de ITD también piden al Congreso que haga posible la regularización extraordinaria de personas migrantes.
“La realidad laboral en España es preocupante. El desempleo estructural, la alta tasa de temporalidad, la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, las dificultades de la conciliación laboral y familiar y el aumento de las enfermedades psicosociales compromete la estabilidad de los proyectos vitales de miles de personas en nuestro país”, explican desde esta red eclesial integrada en Valencia por Cáritas, Hoac, Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), Confer, Fisat, Frater, Mujeres Trabajadoras Cristianas (MTC) y Juventud Obrera Cristiana (JOC). Frente a estas situaciones persistentes, ITD denuncia que el trabajo indecente “no solo afecta la vida de las personas trabajadoras, sino que también socava su dignidad y debilita la justicia social debida”.
ITD argumenta que “según la Doctrina Social de la Iglesia, cada individuo tiene derecho a un trabajo digno que le permita desarrollarse plenamente como ser humano”. Por ello, reivindica que “la dignidad de la persona trabajadora es innegociable y debe estar en el centro de todas las decisiones políticas y económicas. Es fundamental que se generen oportunidades de trabajo decente y se protejan y promuevan los derechos laborales, sin excepción. La reducción de la jornada laboral puede ser una de ellas”, señalan en su manifiesto.
Siguiendo la encíclica Laudato si del papa Francisco, la red reconoce la importancia de la ecología integral en el ámbito laboral. “Se debe priorizar que las actividades laborales sean sostenibles y respetuosas con el medioambiente. Esto implica promover prácticas responsables que cuiden y preserven nuestra casa común, para las generaciones futuras”, apunta el manifiesto.
Ya en el año 2021, el Santo Padre, en su discurso a la Cumbre Mundial del Trabajo de 2021, recordó la importancia de la dimensión del cuidado en el trabajo, como una forma de cuidar y dignificar la vida humana. “Esto implica crear entornos laborales con derechos, participativos, seguros y respetuosos, donde se promueva el cuidado integral de todas las personas trabajadoras”, subraya la red en su manifiesto.
La iniciativa Iglesia por el trabajo Decente nació en 2014. Tras diez años de andadura, la red tiene muchos motivos para agradecer. “Recordamos con gratitud a todas las personas e instituciones que han contribuido –y contribuyen– a esta causa y nos comprometemos a seguir luchando por la dignidad y el cuidado de las personas trabajadoras”.