BELÉN NAVA | 22-09-2017
Los seminaristas junto a los formadores, el rector y el Cardenal.Al igual que los centros escolares iniciaron el curso la pasada semana, los seminarios de la diócesis de Valencia también han retomado su actividad. Para unos es volver a la que está siendo su casa durante estos años de formación, para otros comienza una nueva etapa en su vida entregada a la fe y siguiendo con valentía el camino que el Señor ha trazado para ellos.
En el Seminario Mayor ‘La Inmaculada’ de Moncada, fue “una tarde de mucho movimiento, familias acompañando a los seminaristas, algunos párrocos y, sobre todo, la alegría del reencuentro”, explican desde el Seminario que culminó con una Eucaristía presidida por el rector, Fernando Ramón.
Ahora, “la primera asamblea, los primeros encuentros por cursos y la organización de la vida comunitaria nos ocupan en estos primeros momentos”, indican.
Aún tratando de retomar la rutina, los seminaristas mayores recibieron la visita del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, quien les alentó “a vivir con alegría y constancia la oración y el estudio” el curso 2017-2018 que comienza con la incorporación de 14 nuevos seminaristas, trece de ellos diocesanos y uno de Ibiza.
Con esta visita, se iniciaba una jornada de convivencia de inicio de curso en el Seminario Mayor La Inmaculada, en Moncada, que comenzó con la celebración de la Eucaristía. En ella, el Cardenal tuvo palabras de ánimo para todos y quiso animarnos a vivir con alegría y constancia la oración y el estudio en este nuevo curso.
Después de la celebración compartió la cena, un pequeño coloquio y saludó a cada uno de los seminaristas que se han incorporado a primer curso este año.
En total, junto con los nuevos estudiantes, el Seminario Mayor de la archidiócesis contará este curso con un total de 75 seminaristas, 69 de ellos diocesanos, dos de Menorca, tres de Ibiza y uno chino.
El Seminario Mayor de Valencia está formado por el Seminario La Inmaculada, de Moncada, así como el Real Colegio Seminario de Corpus Christi, conocido como “El Patriarca”, y el Colegio Mayor La Presentación y Santo Tomás de Villanueva, ambos situados en la capital valenciana.
32 seminaristas menores
Por su parte, el Seminario Menor en Xàtiva también daba inicio al curso con 32 seminaristas con edades comprendidas entre los 11 y los 18 años.
“Ha sido una bendición del Señor, ya que hemos visto como este curso la Comunidad del Seminario Menor ha crecido con 12 nuevos seminaristas, de entre los cuales hay un antiguo escolán de la Basílica de la Virgen de los Desamparados”, explica su rector, Pablo Valls.
Para ellos, el curso comenzó el día 10 con la instalación de los seminaristas en las habitaciones, la reunión con los padres y las vísperas con el Rito de paso al Mayor.
“Ha sido un comienzo con mucha alegría e ilusión por parte de todos. Tiempo para reencontrarse los que ya formaban la comunidad del Seminario, y tiempo para acoger y comenzar a conocer a los nuevos”, indica Valls.
La celebración solemne de comienzo de curso tendrá lugar el 1 de octubre con una Eucaristía presidida el Cardenal, en la cual se realizará el Rito de acogida de los nuevos seminaristas que se han incorporado a la comunidad del Seminario.
Rito de paso al Mayor
Miquel y Paco junto a sus familias, el rector del Seminario Menor y los formadores.“El Rito de paso al Mayor es sencillo pero muy emocionante”, asegura Pablo Valls. Durante la celebración, los seminaristas que lo hacen, acompañados por sus párrocos y familias, públicamente leen la petición que realizan al Arzobispo para pasar al Seminario Mayor, contando la obra que Dios ha ido haciendo en su historia y cómo ellos han ido respondiendo a este hacer de Dios: desde cómo experimentaron su llamada, el tiempo de gracia del Seminario Menor, hasta su deseo de continuar diciéndole que sí al Señor.
Este año ha sido el momento de Miquel y Paco. De decir adiós al Seminario Menor y dar la bienvenida al Mayor.
“Ha sido un regalo para todos verles hacer este rito, ya que hemos sido unos privilegiados por ser testigos de cómo el Señor les ha ido cuidando con inmensa ternura, y cómo ellos, en un tiempo tan importante de su vida y a pesar de una edad tan complicada como la adolescencia, han ido dejándose acompañar por la Iglesia en su crecimiento y cercanía al Señor como llamados al sacerdocio”, comenta el rector con emoción. “Falta mucho por crecer, -indica- por ser más de Dios, pero se llevan al Seminario Menor con ellos por lo que este Seminario les ha ayudado en esa bella tarea que es crecer en gracia, estatura y sabiduría como nuestro Señor”.
Una celebración que conjugó la alegría y alguna nota de tristeza por abandonar la que ha sido su casa durante estos últimos años.
“Fue un día de recordar estos tres años pasados y dar gracias a Dios por todo lo que hemos visto que Él ha hecho en nuestro hijo”, afirma Salvador, padre de Paco. “Es un ejemplo de entrega que nos ha ayudado hasta a nosotros a vivir más cerca de Dios y frecuentar la parroquia de la que estábamos un poco alejados”, indica Alicia, la madre.
“Esperamos que esta nueva etapa en el Seminario Mayor le sirva a nuestro hijo para seguir formándose y creciendo en todos los aspectos”, desean Salvador y Alicia.
Para Eusebio y Cori, los padres de Miquel, ha sido la culminación a una etapa en la que se han mezclado sentimientos como la “alegría, el gozo, la preocupación pero también la confianza porque sabemos que Dios está aquí y que tiene un plan para nuestro hijo”, indican.
Desde el nacimiento de Miquel, sus padres le han educado en la fe y el amor a Jesús y a María. Una fe que, en algunos momentos, le hizo ser objeto de rechazo por parte de otros niños. “Entre tantos el Señor lo ha elegido a él en un momento de su vida que, por no ser como los demás, se sentía rechazado”, recuerdan sus padres.
A Miquel le bastó una convivencia en el Seminario Menor para saber que él quería seguir a Jesús. Él sentía que el Señor le pedía que entrara al Seminario y así fue como, con 11 años, tras hablar con sus padres y su párroco de Nuestra Señora de la Asunción de Cárcer, Miquel entró en el Seminario. “Damos gracias a Dios por estar presente en nuestras vidas – remarcan Eusebio y Cori- y también damos gracias a los formadores por ser unos segundos padres para nuestro hijo que tanto bien le han hecho y en cuantos momentos difíciles le han acompañado. Nuestro sentimiento es de gratitud y confianza”.
Ahora, con el paso al Mayor, siguen estando contentos. “Es una alegría que te llena”, aunque como reconocen “también tenemos nuestros temores y por ello nuestras oraciones no faltarán por esas vocaciones, por esos formadores”.
Paco y Miquel, están pasan al Seminario Mayor, pero quedan en el corazón del Seminario Menor.