El Director del Secretariado para el Jubileo 2025 y director de la Comisión para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado de la Conferencia Episcopal Española, nos presenta el Jubileo como una buena oportunidad para ‘revolucionar’ el corazón de las personas y de la Iglesia que vive este momento clave para poner la semilla del Evangelio. Parecía que estábamos viviendo en un ambiente de fracaso -dice- pero nada de eso. En la Iglesia de España de hoy hay muchísima vida. Nos adherimos al Santo Padre y tratamos de promover lo que quiere para la Iglesia en estos momentos. Tenemos que ser sembradores de esperanza, pero no de una esperanza teórica, sino de la realidad de todos los días.

Foto: Alberto Sáiz

AMPARO CASTELLANO | 10.10.2024

Debe de ser bastante emocionante ser el referente en la Iglesia española de la celebración de un acontecimiento universal. Cuando recibió un servicio de este calibre, ¿qué reflexión se hizo para intentar hacer llegar este acontecimiento universal a todas las Iglesias particulares españolas?

-Siempre hay algo personal que te lleva a decir es una encomienda, que a mí me parecía complicada, pero que realmente era una posibilidad de ayudar a todas las diócesis de España a que trataran de vivir el Jubileo con el fin de que mucha gente pudiera encontrarse con el Señor, tratar de cambiar un poco la vida, que le tocara el corazón. Merecía la pena el esfuerzo que hay detrás, que no es poco. Dios te llamaba para eso y que tenías que poner toda la carne en el asador para que eso pudiera seguir hacia adelante. Fue un momento bonito la confianza que pone la Iglesia de España en mi persona y que a través de ella el Señor también te dice, ‘venga, métete otra vez en otro fregadillo más’ y hacerlo con agrado, con gusto y con entrega.

-Además de ser director de este Secretariado, es también responsable de Evangelización. El Jubileo ¿es una oportunidad para convertir turistas en peregrinos?

– Pues yo creo que sí, ess decir, la llamada se hace para ir a Roma, pero las diferentes diócesis pondrán algunos lugares especiales para poder peregrinar y ganar el Jubileo. Todo eso es como un medio a través del cual las personas pueden ser tocadaspor el Señor. De tal manera que ese ir ‘por turismo’ al final se convierta en una buena oportunidad que tiene en este momento la Iglesia para poner la semilla del Evangelio, no solo para reforzar a los propios cristianos, sino también para que, aquellos que están un poco alejados de la fe digan ¿por qué no volver otra vez a las filas cristianas y a tratar de seguir al Señor?

– En el contexto de polarización hay un fuerte discurso de crítica a la Iglesia con  insistencia  en que existe un  avance del proceso de secularización. ¿Cuál debe ser el enfoque?

– Doy gracias a Dios de conocer muchas diócesis, hay tanta vida de Iglesia, hay tanta gente detrás, que cuando estabas reducido solo a tu mundo parecía que estábamos viviendo en un ambiente de fracaso, pero nada de eso. En la Iglesia de España de hoy hay muchísima vida. Lo importante es que seamos capaces, no solo de promoverla y de potenciarla, sino también de ayudar a gente que está desesperanzada, que hay mucha gente en nuestro entorno.   El Papa dice nosotros que hemos descubierto desde la fe la esperanza, dar esperanza al mundo en el que vivimos. De tal manera que cada uno ponga su granito de arena en su entorno más inmediato, ahí tenemos que ser sembradores de esperanza.

– Rezamos para que esta segunda fase del Sínodo sea un éxito también. El Jubileo también tiene un éxito vinculado a la figura del sucesor de Pedro, si nos convertimos en peregrinos de alguna manera también estamos dando una respuesta al mensaje del Santo Padre.

– Sí, él mismo se ha empeñado que este sea el Jubileo de la Esperanza porque conoce muy bien la realidad. La tradición de la Iglesia hace que cada 25 años exista el Jubileo, pero quien lo impulsa es el Santo Padre y como no puede ser de otra manera, en medio de esas críticas infundadas, nosotros nos adherimos a él y tratamos de promover todo lo que él quiere para la Iglesia en estos momentos. Y ese subrayado que él hace de la Esperanza viene también marcado con una raíz: que se reflexione sobre el Concilio, vamos a releerlo y  a tratar de ver cómo lo podemos seguir aplicando en nuestra vida eclesial. Y, por otra parte, la oración. Le escuché decir que si somos capaces de hacer que la gente sea consciente de la importancia y la necesidad de la oración y empieza a dar pasos rezando, ya el Jubileo ha conseguido sus objetivos. La frase concreta fue ‘animadores de la oración’ en nuestra vieja Europa, que tenemos la mente en otras cosas, quizás también la oración pueda ayudar mucho a lo que él quiere que sea el Jubileo. 

– A través de estos grandes acontecimientos universales que está convocando el Papa Francisco, puede que estemos dando un impulso transformador a la Iglesia y que lleguemos a conocer el fruto en los próximos años? 

– El Papa dice que estamos en un cambio de época. Hay unas cuantas claves que va repitiendo, de manera que va poniendo en orientación lo que quiere que sean subrayados propios de la Iglesia en este momento. El Papa Francisco nos está llamando a todos a que aportemos desde la Iglesia para que la  época que nace, sea según el proyecto y el plan de Dios. Habla mucho de ecología, ser nosotros receptores de la misericordia de Dios, pero a la vez ser agentes de misericordia para los que nos rodean en un mundo enfrentado, polarizado, a nivel mundial. Creo que realmente él va a ser recordado con todo esto, porque supone una renovación, y cualquier renovación siempre genera críticas, porque el que está cómodo en su realidad no quiere moverse. Pero es necesario que nos demos cuenta, como decía ya Juan XXIII, que hay que ‘abrir las ventanas para que entre aire fresco’. También en la Iglesia tenemos la obligación de tratar de que todo lo que nos viene por tradición, seamos capaces de vivirlo con unos cuantos subrayados que se necesitan hoy.

– ¿Cómo se está preparando Roma para acogernos? 

– Hay un proyecto no solo para el año 2025, sino también para el 2033, es decir, que hará 33 años de la muerte de Cristo, y por eso será Año Jubilar de la Redención. Se esperan 36 millones de personas, pero este debe ser un tiempo pastoral, que el peregrino haya hecho ya un recorrido interior y cuando se marche, se haya puesto unas pilas nuevas. Que el Jubileo revolucione el corazón de las personas, de la Iglesia también, y contribuyamos a hacer mejor la sociedad en la que vivimos.

– ¿Cómo están las Iglesias particulares respondiendo a esta invitación del Santo Padre y cómo ve a Valencia en esa suma?

– Al principio me preocupó porque en el Sínodo se puso mucha fuerza, pero ha habido un impulso grande en las diócesis a través de actividades pastorales y darán frutos. Estamos todavía dinamizando y la Iglesia de Valencia no solo va en buena dirección,  podemos darle casi un sobresaliente.

VALENCIA 29-D: APERTURA DE LA PUERTA SANTA EN LA SEO 

El delegado diocesano del Año Jubilar y Vicario de Evangelización, Melchor Seguí, anunció que la apertura oficial del Año Jubilar en la Archidiócesis será el 29 de diciembre, a las 18 horas en la Catedral presidida por el Arzobispo de Valencia. La comitiva saldrá de la Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados y recorrerá la plaza de la Virgen, hasta llegar a la Seo, por la calle del Miguelete, donde se realizará la apertura de la Puerta Santa.

Entre los actos previstos está también la organización de peregrinaciones por vicarías territoriales a la Catedral de Valencia, así como la celebración de un Jubileo para Niños y Familias con fecha por concretar; el Jubileo de la Vida Consagrada el próximo 2 de febrero y el Jubileo de los enfermos, el 11 del mismo mes, festividad de la Virgen de Lourdes, entre otros.

Además, desde la delegación de Infancia y Juventud se está preparando la participación en el Jubileo de los Jóvenes en Roma. De igual manera, durante los meses de verano está prevista la delegación de un Jubileo para turistas, desde la delegación de Turismo. z