M.J. FRAILE | 17-12-2014
La actualidad no deja de dar casos de acoso en las aulas. Hace un mes salía a la luz el de un joven de 15 años que está en tratamiento psicológico, toma cuatro píldoras antidepresivas al día y al que los servicios sociales de la Junta de Castilla y León le han concedido el 33% de discapacidad por estrés postraumático a causa del ‘bullying’ sufrido. ¿Qué se les puede pasar por la cabeza a los también jóvenes agresores de este adolescente?
‘Entre algodones’ narra la vida de una de ellos, “a la que le he omitido el nombre para que el lector le ponga el nombre de alguien que conozca”, explica María Dolores Benlliure, una de las autoras. La chica se traslada a vivir a otro lugar; y a partir de entonces una serie de acontecimientos inesperados harán que se desarrolle una tragedia que hará reflexionar a todos los personajes y les cambiará su visión de la vida.
María Dolores, escritora y profesora vocacional de Lengua Castellana en un instituto público de la Comunidad Valenciana, se ha puesto en la piel de unos de estos chicos en ‘Entre algodones’. Gracias a su amiga y colega Concha Martínez, que “ha aportado mucho a la novela”, finalmente “me decidí a publicar el libro” que venía escribiendo “muchos años atrás”. Era una idea que le rondaba la cabeza prácticamente, “desde que empecé a trabajar y comencé a ver que este problema del acoso escolar es tan viejo como la escuelas y las relaciones sociales”. Un asunto que para ella, “desgraciadamente” no le es ajeno. En su larga experiencia como docente, más de treinta años, se ha topado con muchos casos de acoso y de todos los niveles, “llegando a situaciones en las que llegan a destruir a las personas”.
 
Siempre hay esperanza
‘Entre algodones ‘ es una breve novela escrita a modo de diario que se lee de una sentada y en la que sus autoras elevan un canto a la esperanza “y que podemos conseguir una sociedad mejor enseñando a nuestros hijos desde pequeños a corregir sus actitudes, por mucho que nos cueste”.
La novela, que va dirigida a los jóvenes, inevitablemente cae en manos de los padres “que me han dicho en más de una ocasión cómo al corregir a sus hijos, consiguen hacerles mejores personas y te evitas tener que castigarles”. Por eso el libro es un guión en el que si “no creas sufrimiento y sientes compasión… tu corazón estará siempre entre algodones”.
Los hechos narrados, en primera persona, y los personajes con nombres imaginados “son chicos que conozco y casos que he visto y vivido”. Con un lenguaje muy directo, María Dolores se centra en un tipo de acoso que sirva a la vez como ejemplo para “que el adolescente se cree conciencia de que está ante un serio problema”, que por supuesto “tiene solución”; y también para los padres, y los adultos en general, que “vean que este tipo de comportamientos existen” entre los jóvenes y que “no son simples riñas de críos”.
 
Para profes y alumnos
En algunos casos, cuando los profesores “nos damos cuenta de lo que está ocurriendo” es ya muy tarde. Algunos colegas de profesión, a raíz de haber leído ‘Entre algodones’, “me han comentado cómo el momento de entrar en clase no volverá a ser lo mismo y que uno de sus objetivo será observar y ver que todos sus alumnos estén a gusto los unos con los otros, sean o no amigos, intentando evitar casos de menosprecio entre personas”. Porque pocas cosas hay más frustrantes que “enterarte de que en tu clase ha existido acoso y tú, por no haberte enterado, no has hecho nada”.
Como profesora ha querido también que el libro esté entre los alumnos y han querido contar con su opinión al preguntarles los valores que habían encontrado en ‘Entre algodones’. Las respuestas “nos dejaron muy sorprendidos” porque no sólo vieron el acoso escolar, sino otros temas paralelos muy importantes en la vida de los adolescentes “como renunciar a mentir, ser honrado, la superación, y la importancia de la amistad, el respeto y saber perdonar”.