La importancia de la música y su papel fundamental dentro de la liturgia es algo que siempre se ha fomentado e impulsado desde la parroquia de Santa Cecilia de Valencia. El templo dedicado a la patrona de la música inició, con motivo de su 50 aniversario en 2022, uno de sus proyectos más ambiciosos: la construcción de un nuevo órgano de tubos, diseñado y pensado para la parroquia, como legado musical que permanezca y continúe presente a lo largo de los años. Una obra de arte de la organería, con cerca de nueve metros y medio de altura, que cuenta con 1.800 tubos, algunos de hasta cuatro metros de longitud.

FOTO: V.GUTIERREZ

MARTA ALMELA| 6.12.23

La parroquia de Santa Cecilia ya cuenta con su nuevo órgano, que fue bendecido el pasado 22 de noviembre, en la festividad litúrgica de su titular. Cerca de 16 meses de trabajo desde que el consejo parroquial, a propuesta de su párroco, Rafael Gomar, iniciara el proyecto de construcción de este instrumento de gran envergadura, con casi nueve metros y medio de altura.

Un proyecto costeado por la propia parroquia, con la aprobación del Arzobispado, que desde su origen contó con el apoyo del director musical del templo, Zvonimir Ostoic, el organista Arturo Barba y el maestro organero Carlos Álvarez, cuyo taller, ubicado en la localidad turolense de Villel, ha sido el encargado de realizar el instrumento.

Se trata de un órgano “pensado y diseñado para la parroquia; lo primero que hicimos fue conocer las características del espacio, su área volumétrica y, a partir de ahí, comenzamos a diseñar y cavilar qué instrumento requería el templo”, señala Carlos Álvarez. Por otro lado, “buscamos una estética que fuese funcional y distinta, algo que fuese llamativo, bonito y, al mismo tiempo, diáfano, acorde al entorno, que no alterara visualmente el orden estético del templo”. Trabajándose así, con cuidado y dedicación, los dos aspectos, “la parte estructural y estética del instrumento, y la parte instrumental, que es todo el entramado que va por el interior”, porque en realidad, añade, “lo que vemos fuera, la parte estética de tubería, supone un mínimo porcentaje de lo que hay dentro”.

El resultado es un instrumento en el que conviven elementos muy arcaicos de funcionamiento, “de los que se utilizan casi desde el origen del instrumento, como son las ventillas, que permiten el paso del aire”, con los elementos más modernos acordes al siglo XXI, con un sistema informático interno. 

Con una estructura de planta moderna, ofrece una sonoridad capaz de abarcar, no solo su función principal de la liturgia sino también ofrecer un uso cultural, que permite interpretar un amplio abanico de repertorio, de diferentes épocas y estilos.
Consta de 1.800 tubos, algunos de ellos de gran envergadura, alcanzando casi los cuatro metros de longitud, con una capacidad para abarcar una gran tesitura de sonoridades. Igualmente, cuenta con muchos tipos de timbres, con lo que consigue imitar diferentes sonoridades de una orquesta sinfónica, como trompetas, clarinetes, oboes, o imitación de cuerdas, como las violas de gamba e, incluso, un juego de campanas tubulares, obteniendo un gran colorido sonoro que permite una amplia gama de interpretación.

“Proyectos de esta envergadura surgen muchas veces sobre la mesa, pero que finalmente se materialicen con la facilidad, la ilusión y rapidez que ha tenido en Santa Cecilia, es algo muy extraordinario”, señala Arturo Barba, organista valenciano y catedrático del Conservatorio Superior de Música “Joaquin Rodrigo” de Valencia. 

Para un organista, este instrumento es muy versátil, con muchísimas posibilidades musicales, “que permite abarcar un repertorio barroco de varios estilos, desde el clásico barroco centroeuropeo, al propio de la Península Ibérica, pero también ofrece recursos para abordar con garantías el repertorio romántico, del siglo XIX así como del XX”, añade Barba.

Más de un año de trabajo minucioso y perfeccionista, que ha permitido a la parroquia de Santa Cecilia contar con esta nueva pieza de patrimonio musical, en honor a su santa titular y que fue inaugurado en su fiesta litúrgica, el pasado 22 de noviembre.

La bendición estuvo presidida por el canónigo prefecto de música sacra de la Catedral de Valencia, Aquilino Martínez, también director del secretariado de música del Arzobispado, junto al párroco, Rafael Gomar. La celebración dio comienzo con una monición de entrada en la que los sacerdotes se detuvieron frente al órgano que, tras una breve interpretación musical, fue bendecido.

A continuación, el organista Arturo Barba realizó una pequeña interpretación al órgano, tras la cual, dio comienzo la eucaristía, que estuvo acompañada por los cantos del coro parroquial, dirigido por el director musical del templo, Zvonimir Ostoic.

Una vez terminada la misa solemne, tuvo lugar un concierto de órgano con diferentes obras de repertorio internacional.

Una apuesta por la música de calidad
Precisamente, durante este año, el ciclo de conciertos que organiza anualmente la parroquia girará en torno a la música de órgano, con motivo de la reciente incorporación del nuevo instrumento.

La parroquia organiza desde hace cinco años un ciclo de conciertos, “para ofrecer a la feligresía una realidad musical muy parroquial, de familia, sin grandes pretensiones, pero sí con el objetivo de acercar la música de calidad al entorno parroquial”, señala Zvonimir Ostoic, “que la feligresía de Santa Cecilia pueda vivir por un lado la función litúrgica de la música pero, a la vez, la experiencia cultural y espiritual de la misma, como vehículo para el alma”, añade.