El papa Francisco se mostró tajante durante la celebración de la Jornada Mundial de los Pobres en la que incdió en la necesidad de reflexionar acerca de nuestras conductas: “Podemos multiplicar lo que hemos recibido, haciendo de nuestra vida una ofrenda de amor para los demás, o podemos vivir bloqueados, pensando sólo en nosotros mismos, sin comprometernos”. Por su parte, el Arzobispo afirmó que “gracias a Dios en nuestra sociedad el sentido de la justicia y ser solidarios son convicciones cada vez más arraigadas”.

Comida organizada en la parroquia San Francisco de Borja de Valencia. FOTO: V.GUTIERREZ

BELÉN NAVA| 23.11.23

Con la parábola de los talentos como guía el papa Francisco reflexionaba sobre nuestra conducta en la misa celebrada con motivo de la VII Jornada Mundial de los Pobres en la Basílica de San Pedro bajo el lema ‘No apartes tus ojos de los pobres (Tb 4,7)’. El Pontífice comenzó hablando del viaje de Jesús, para luego adentrarse en el viaje “de nuestra vida”.
“Jesús vivió para nosotros, en favor nuestro. Esta es la razón que inspiró su camino por el mundo antes de subir al Padre”, indicó el Santo Padre.

“¿Cómo nos encontrará el Señor cuando vuelva? ¿Cómo me presentaré a la cita que tengo con Él?”. “Este interrogante -ha continuado- nos lleva al viaje de nuestra vida: ¿qué camino recorremos nosotros, el de Jesús que se hizo don o, por el contrario, el camino del egoísmo?”.

“Podemos multiplicar lo que hemos recibido, haciendo de nuestra vida una ofrenda de amor para los demás, o podemos vivir bloqueados por una falsa imagen de Dios y, a causa del miedo, esconder bajo tierra el tesoro que hemos recibido, pensando solo en nosotros mismos”. El Papa no dudó en afirmar que “los pobres se han convertido en invisibles, cuyo grito de dolor es sofocado por la indiferencia general de una sociedad muy ocupada y distraída. Pensemos en las víctimas de las guerras y en aquellos que dejan su tierra arriesgando la vida, en aquellos que están sin pan, sin trabajo y sin esperanza”.
Y sentenció que “la pobreza es un escándalo. Cuando el Señor vuelva nos pedirá cuentas”. Por eso, ha instado a rezar para que “cada uno de nosotros, según el don recibido y la misión que le ha sido confiada, se comprometa a ‘hacer fructificar la caridad’ y a hacerse cercano a algún pobre”.

COMIDA DE FRATERNIDAD PARA PERSONAS SIN HOGAR
Por su parte, en nuestra diócesis, la Asociación Apostolado de la Divina Misericordia de Valencia se se unió a la celebración de esta VII Jornada Mundial de los Pobres con una gran comida de fraternidad con todas las personas sin hogar de la ciudad, a las que semanalmente atiende en chabolas, calles, parques, sucursales bancarias y entre contenedores.
Además, en esta comida, que tuvo lugar en los locales parroquiales de San Francisco de Borja de Valencia, participaron las familias que con la ayuda de esta Asociación han encontrado un lugar digno donde vivir y unas condiciones de higiene y habitabilidad óptimas para crecer como familia”, según afirma Pedro Miret, párroco y presidente de la Asociación. Previamente, la parroquia, que es sede de la asociación, acogió la celebración de una eucaristía.
El objetivo “es hacer sentir, a este colectivo como en casa; que esta vez, sean los jóvenes y adultos voluntarios quienes les sirvan su plato de comida caliente, bebida y postre, así como un lote de regalos compuesto por productos de primera necesidad, higiene, textil y ropa de abrigo”.