L.B. | 17-04-2013

Ramón Trenor frente a la sede de Fontilles en Valencia. (Foto: Alberto Sáiz)


Ramón Trénor Galindo es, desde hace un mes, nuevo presidente de Fontilles, la asociación valenciana de lucha contra la lepra que cuenta con el sanatorio ‘San Francisco de Borja’, en la localidad alicantina de Vall de Laguar. Trénor pertenece a la Junta de Gobierno de la asociación desde el año 2009 y su familia ha estado vinculada a Fontilles desde su fundación en 1902.
-¿Qué líneas de actuación quiere potenciar como presidente?
– En primer lugar es muy importante que consigamos financiar debidamente nuestra actividad, para ello es necesario reactivar las aportaciones de particulares que entiendan y compartan nuestra preocupación por los enfermos de lepra y de otras enfermedades olvidadas como la Leishmaniasis, la úlcera de Buruli, o el mal de Chagas, hacia las que también dirigimos nuestras actividades.
Por tanto, ahora mismo nuestra actividad, dada la situación económica que vivimos, se va a centrar en reequilibrar nuestro presupuesto, manteniendo en el máximo nivel posible nuestra actividad y en el momento en que el entorno nos lo permita, incrementar nuestra presencia en el exterior.
-¿Ha afectado la crisis a los donativos a Fontilles y, por tanto, a la cooperación con el Tercer Mundo?
-Desgraciadamente, por supuesto. Se ha visto dramáticamente reducida la ayuda pública y del mismo modo percibimos una ralentización en las aportaciones privadas. Nuestros esfuerzos van a centrase en un intento de incrementar la sensibilización y las aportaciones de nuestros asociados y donantes que son vitales para nuestro objetivo.
– Para nosotros la lepra parece una enfermedad olvidada. ¿Cuál es su incidencia en la actualidad en España?
– Quiero dejar bien claro que la intención de la labor de Fontilles es, precisamente, que la lepra no sea una enfermedad olvidada. Es cierto que en España actualmente la incidencia es mínima y podríamos hablar de una práctica erradicación. A Fontilles se le debe mucho en la consecución de este logro, pero en el resto del mundo, las cifras oficiales de la OMS hablan de unos 250.000 casos nuevos cada año, aunque sabemos que en realidad son muchos más.
Durante el año pasado en España se diagnosticaron nueve casos nuevos, de los cuales tan sólo uno era español.
-¿Cómo describiría la situación de los enfermos de lepra en la actualidad?
– Es muy complicado generalizar. En un país como España hay muy pocos y si la detección es precoz, la cura es segura. Sin embargo en lugares como India o Brasil sigue siendo una enfermedad estigmatizante. Por lo que sabemos, salvo los que son atendidos por instituciones como Fontilles, están en las peores circunstancias que alguien pueda imaginar.
La lepra no tratada a tiempo y la no aplicación de cirugía reconstructiva en estadios más avanzados, la convierte en una enfermedad muy invalidante, a lo que se une el estigma que aparta a los enfermos de la vida social. La situación de los enfermos en los países no desarrollados es dramática.
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