Este sábado Nou d’Octubre celebramos el Día de la Comunitat Valenciana. Con esta fiesta recordamos la entrada del rey Jaime I en la ciudad de Valencia que permanecía ocupada por los musulmanes.
Pero en esta jornada también se conmemora la dedicación de la Catedral, mandada erigir por el monarca y dedicada a la Asunción de Nuestra Señora Santa María.
Con este motivo, la Seo acogerá el rezo de Laudes a las 9:30 horas. A continuación, está previsto que el arzobispo de Valencia presida una misa solemne. Finalizada ésta, el cabildo recibirá la Senyera de Lo Rat Penat que será colocada en el presiterio para el ‘Te Deum’ solemne de acción de gracias. Los actos serán retransmitidos en directo por la Catedral de Valencia a través de su página web www.catedraldevalencia.
❐ L.B./ B.N. | 07.10.2021
La reconquista por Jaime I en 1238 marca el reinicio de la Valencia cristiana tal y como hoy la conocemos. A partir de aquella fecha, el Reino de Valencia se funda como reino cristiano pero con respeto a musulmanes y judíos ya que, en ningún caso, la conquista supuso la expulsión de parte de la población.
Pero esta fecha nos invita también a recordar que nuestras raíces cristianas habían sido asentadas mucho antes de aquel histórico año 1238.
Fue sin duda la figura del diácono Vicente y su muerte en nuestra ciudad en el año 304 durante la persecución de Diocleciano la que abrió de forma definitiva la puerta al cristianismo en nuestras tierras. El testimonio del santo mártir provocó un gran crecimiento de la cristiandad valenciana en el siglo IV, sobre todo en las ciudades. No sabemos el momento en que se organizaron las iglesias en esta zona, pero la arqueología ha demostrado la existencia de comunidades cristianas valencianas ya en este siglo.
La Valencia visigoda de los siglos VI a VIII
En el año 455, con Teodorico II se establecen definitivamente los visigodos en la Península Ibérica. A pesar de que los conquistadores eran arrianos, la Iglesia católica continuó siendo mayoritaria. Los siglos VI y VII son de gran florecimiento de la Iglesia hispano-visigoda. Se construyen basílicas y se celebraron concilios, como el que tuvo lugar en Valencia en el año 546.
Gracias a las actas de estos concilios, se tiene constancia de la existencia de sedes episcopales en Valentia, Saetabis (Xàtiva) y Dianium (Denia).
El primer obispo de Valencia de quien se tiene noticia cierta es Justianiano, de 527 a 548 (aproximadamente). Dejó una profunda huella, tanto por su labor pastoral como por la construcción y retauración de templos.
La vida cristiana en la ciudad de Valencia en aquellos momentos se centraba en los alrededores de la Catedral -que durante la dominación musulmana pasó a ser mezquita y recuperada como catedral tras la reconquista-, donde la Iglesia ya ejercía una gran labor pastoral, caritativa y educadora.
TIERRA DE SANTOS Y OBISPOS
El primer santo nacido en Valencia fue San Justo (490-547), que llegó a ser obispo de Urgel. Al igual que sus tres hermanos que llegaron a ser obispos (Justiniano, de Valencia, Nebridio, que lo fue de Tarrasa, y Eludio, de Huesca), se educó en el monasterio que se encontraba junto a la Basílica de San Vicente mártir, hoy San Vicente de la Roqueta.
Precisamente, el hermano de San Justo, Justiniano (531-548), primer obispo conocido de Valencia, fue posiblemente monje y abad del monasterio de San Vicente de la Roqueta. Esta escuela teológica ya por aquellas fechas gozaba de un gran prestigio en el ámbito docente. Incluso siglos después, durante la dominación musulmana estuvo permitido el culto en ese monasterio y fue atendido por monjes de la abadía catalana de Poblet.
Hay constancia histórica de otros obispos después de Justiniano como Wiligisclo, Celsino y sobre todo uno que fue también santo, san Eutropio (final del siglo VI). Y luego Marino, Musitacio, Aniano, Félix, Suinterico, Hospital, Sármata y Witisciclo.
APRENDER A LEER EN LAS ESCUELAS PARROQUIALES
En un sociedad donde apenas existían límites entre lo civil y lo religioso, la Iglesia transmitía su doctrina al mismo tiempo que educaba a sus fieles. En las iglesias locales de Valentia o Saetabis, había una formación puramente religiosa en relación con la liturgia. Pero además, los niños podían aprender las primeras letras en la escuela parroquial de modo que un numeroso sector de la población sabía leer y escribir .
LA CARIDAD: ESPECIAL ATENCIÓN A LAS VIUDAS
La sociedad valenciana en los siglos VII y VIII estuvo sacudida de forma recurrente por varias calamidades. Estas desgracias generaban un gran número de pobres que dependían exclusivamente de la caridad.
Un capítulo especial de pobres lo formaban las viudas; una parte de ellas pedía una bendición especial y el reconocimiento de un estatuto en la Iglesia que las protegía y así, llevaban siempre un velo púrpura o negro y se comprometían a no casarse. Las primeras comunidades cristianas les ayudaban.