READACCIÓN | 17.01.2020

El canónigo de la Catedral de Valencia Arturo Climent ha publicado un libro sobre el sacerdote valenciano Enrique Boix (1900-1937), en proceso de canonización, que murió a los 36 años de edad martirizado en Llombai, su localidad natal, en 1937.

Enrique Boix Lliso
(Llombai, 1900 –
1937)

La finalidad de esta publicación, titulada ‘Enrique Boix Lliso. Sacerdote de Cristo y mártir’, es “que no se pierda la memoria de un sacerdote bueno, trabajador, enamorado de Jesucristo, que se dedicó a vivir a pleno pulmón su ministerio en distintas parroquias hasta que fue apresado y sufrió un martirio inhumano, horrible y cruel”, ha explicado Arturo Climent.
El libro, que ha sido prologado por el canónigo Ramón Fita, delegado episcopal para la Causas de los Santos de la Archidiócesis de Valencia, incluye la biografía de Enrique Boix, con fotografías de lugares vinculados a él, y recoge también los perfiles de los siervos de Dios nacidos en Llombai, Vicente Bartual Lliso y Rafael Donat Lloret, así como del beato José Ferrer, natural de Algemesí, todos ellos martirizados en 1936.

El cura de los jóvenes
Enrique Boix Lliso nació en Llombai el 20 de julio de 1900 dentro de una familia cristiana. Tras su ordenación sacerdotal en 1925, sus primeros cargos parroquiales los desempeñó en Xixona, Simat de Valldigna, Senija y Xeresa hasta que fue nombrado capellán de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados y de las Madres Franciscanas en Alzira.

En Alzira fue vicario de la parroquia de San Juan Bautista, director de la Juventud Obrera, consiliario de jóvenes de Acción Católica “y alma de muchas organizaciones juveniles católicas, por lo que es recordado como el cura de los jóvenes”, ha añadido Climent.

Al estallar la Guerra Civil “le avisaron de que irían a por él porque lo consideraban un cura demasiado influyente en la ciudad”, según el autor del libro. Boix se marchó a Algemesí donde fue detenido en enero de 1937 “y sin juicio, fue llevado a la cárcel y entregado al Comité de Llombai que se lo llevó y lo encerró en un local”.

Martirizado en Llombai
Finalmente, el sacerdote fue conducido al claustro de la parroquia, convertido en vaquería, donde fue martirizado el 24 de enero de 1937. Según el relato de testigos que presenciaron el martirio, “lo ataron desnudo a un limonero, lo dejaron toda la noche allí, y al día siguiente lo torearon como a un animal, clavándole agujas de hacer jersey y con un cuchillo de matar cerdos, le dieron el estoque final”. Tal como ha explicado Climent, “Enrique Boix murió dando testimonio de Cristo con valentía, amor y perdonando a sus asesinos”.


El libro ha sido editado por Paper Plegat y lo distribuye la Librería Paulinas de Valencia, ubicada en la Plaza de la Reina, número 2.
Próximamente, PARAULA publicará un artículo del autor del libro, Arturo Climent, sobre el sacerdote mártir.