REDACCIÓN | 04.02.2021
La comunidad china católica de Valencia ha intensificado sus iniciativas evangelizadoras a raíz de la clausura temporal de bares y restaurantes de feligreses chinos como consecuencia del cierre de la hostelería decretado por la Generalitat en la Comunitat Valenciana hasta el 15 de febrero.
“Con el cierre de la hostelería muchos de nuestros feligreses disponen de más tiempo libre para seguir evangelizando a sus conocidos o a amigos chinos no católicos y a personas no creyentes o alejadas de la Iglesia”, según el sacerdote chino Esteban Liu, párroco de la ‘parroquia personal’ de Nuestra Señora de Sheshan, ubicada en el templo de Santa María Goretti, en la Gran Vía Germanías, de Valencia.
Así, “recientemente, por ejemplo, tuvimos un primer encuentro en el que vinieron doce nuevas personas con inquietud para conocer a Jesucristo”, añade el sacerdote, que insiste en que la comunidad china católica de Valencia está mostrando continuamente su “apoyo emocional y acompañamiento” a los feligreses afectados por el cierre de la hostelería.
Tras este primer encuentro, y si las personas interesadas demuestran su interés en seguir con la formación, “se pueden integrar en nuestros grupos de acompañamiento y oración”.
Desde la comunidad china católica de Valencia quieren “hacer algo bueno por la Iglesia, por los demás y mejorar su espiritualidad con motivo de la crisis por la pandemia que también ha hecho que la gente esté más dispuesta a escuchar y tiene más inquietud religiosa”, explica Esteban Liu.
Además, los feligreses chinos que se dedican a esta tarea de evangelización a sus conocidos solicitaron al párroco recibir previamente más formación cristiana, “conscientes de la importancia de evangelizar de puertas hacia afuera a los que no conocen el Evangelio y saber transmitir su fe”.
Por ello, en la actualidad se reúnen cada semana en el templo guardando las medidas de seguridad anticovid, para orar, leer la Biblia y recibir pautas sobre cómo evangelizar, y “cómo explicar a los demás las ventajas que tiene estar al lado de Jesús”.
La crisis sanitaria “ha despertado nuevas inquietudes en muchos feligreses, preocupación por ayudar a los demás, y la necesidad de profundizar en aquello que da sentido a nuestras vidas”, según Esteban Liu que asegura que “la Palabra de Dios puede orientar sus vidas, abriendo nuevos horizontes”.