REDACCIÓN | 16.09.2020
El pasado 10 de septiembre el Congreso de los Diputados aprobó seguir la tramitación de la ley que aprobará la eutanasia. Así, tras rechazar las enmiendas a la totalidad del Partido Popular y Vox que pedían ampliar los cuidados paliativos en el final de la vida, el proceso para aprobar la ley seguirá su curso. El texto reconoce el pretendio derecho a morir a las personas que padezcan una enfermedad o discapacidad grave y que quieran voluntariamente, con ayuda de los médicos, acabar con su vida.
La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha valorado este nuevo paso de la ley califican de mala noticia, bajo el argumento de que la vida humana no es un bien a disposición de nadie.
“Insistir en ‘el derecho eutanasia’ es propio de una visión individualista y reduccionista del ser humano y de una libertad desvinculada de la responsabilidad. Se afirma una radical autonomía individual y, al mismo tiempo, se reclama una intervención “compasiva” de la sociedad a través de la medicina, originándose una incoherencia antropológica”, destaca la nota de los obispos. “Por un lado, se niega la dimensión social del ser humano, ‘diciendo mi vida es mía y sólo mía y me la puedo quitar’ y, por otro lado, se pide que sea otro –la sociedad organizada– quien legitime la decisión o la sustituya y elimine el sufrimiento o el sinsentido, eliminando la vida”, añaden.
La epidemia que seguimos padeciendo, resaltan los obispos españoles, “nos ha hecho caer en la cuenta de que somos responsables unos de otros y ha relativizado las propuestas de autonomía individualista”. “La muerte en soledad de tantos enfermos y la situación de las personas mayores nos interpelan. Todos hemos elogiado a la profesión médica que, desde el juramento hipocrático hasta hoy, se compromete en el cuidado y defensa de la vida humana. La sociedad española ha aplaudido su dedicación y ha pedido un apoyo mayor a nuestro sistema de salud para intensificar los cuidados y ‘no dejar a nadie atrás’”, explican.
Cuidado paliativos
Los obispos españoles en su nota también abogan por la opción de los cuidados paliativos: “Lo propio de la medicina es curar, pero también cuidar, aliviar y consolar sobre todo al final de esta vida. La medicina paliativa se propone humanizar el proceso de la muerte y acompañar hasta el final”.
“No hay enfermos “incuidables”, aunque sean incurables. Abogamos, pues, por una adecuada legislación de los cuidados paliativos que responda a las necesidades actuales que no están plenamente atendidas”, concluye.
Arzobispo: “La ley de eutanasia es la gran derrota de España”
El arzobispo de Valencia calificó este nuevo paso de la ley como la “gran derrota de España, de la sociedad española”.
Según el Cardenal “es este un momento de la pandemia muy duro para España. El Parlamento español, que debe defender el interés y los derechos de la sociedad a la que representa, ayer, en plena pandemia, defendía la eutanasia, es decir, en plena pandemia aún parece que se quiere implantar la cultura de la muerte” y lamentó el tratamiento que ha habido de la pandemia “que no ha sido el más ejemplar de todos, especialmente en la atención que debía haberse prestado sobre todo a los más vulnerables, como son los ancianos”.
El Cardenal pidió a “la Facultad de Teología, la Universidad Católica de Valencia y la Universidad CEU Cardenal Herrera abrir caminos de futuro. La Iglesia debe aportar al mundo entero el Evangelio de Dios Padre, el amor de Dios y la verdad”.
“La ley va a permitir matar pacientes”
sección de Cuidados Cardiológicos del Hospital Gregorio Marañón, en una entrevista en Cope, destacó que “mientras que los cuidados paliativos son las medidas que adoptan los médicos para que los pacientes que están en fases avanzadas de la enfermedad no tengan sufrimiento, la eutanasia permite matar y destruye la relación de confianza entre profesionales sanitarios y enfermos”.
En este sentido el también autor del libro ‘Eutanasia. Un análisis a la luz de la ciencia y la antropología’ explicó que la nueva ley lo que hace es “permitir matar a estos pacientes”: “No es que se les retire un soporte artificial, sino que va a permitir matar a estos pacientes. Y es particularmente agresiva porque el que tiene que matar al paciente es un médico y es de obligado cumplimiento, es decir, si el médico no quiere matar a este paciente tendría que hacer objeción de conciencia apuntándose en una especie de lista negra”.
Martínez-Sellés también habló de la “pendiente resbaladiza” de la eutanasia, es decir, que se “empieza en supuestos muy concretos” pero “poco a poco esto va derivando en la eutanasia a pacientes que no lo han pedido” como “niños con discapacidad”.
El médico defendió que la mayoría de médicos están en contra.