REDACCIÓN 29-06-2016
Después del histórico y multitudinario acto de desagravio a la Virgen de los Desamparados el jueves 16 de mayo, convocado por el cardenal arzobispo de Valencia, tras la utilización blasfema de la imagen de la patrona de Valencia y de la Virgen de Monserrat, han seguido recibiéndose de forma continua mensajes de apoyo y adhesión al Cardenal y de rechazo de la campaña.
En correos electrónicos, cartas, o a través de redes sociales, están llegando, literalmente de los cinco continentes, esos apoyos tanto de entidades de la Iglesia, episcopados, colegios, parroquias como de personas particulares, incluso algunas de ellas no creyentes o de otras religiones, que han tenido conocimiento a través de los medios de comunicación de la respuesta que ha dado la Iglesia en Valencia al ultraje a su patrona.
A ello además, hay que unir el hecho de que un juzgado de Valencia no admitiera  ninguna de las querellas planteadas por colectivos radicales contra el Cardenal por su homilía ‘En defensa y apoyo de la familia’ del pasado 16 de mayo (texto completo aquí). El juez basó su decisión de archivar el caso en la jurisprudencia del Tribunal Supremo, del Constitucional y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que amparan la libertad de expresión.
También la Conferencia Episcopal Española manifestó en un comunicado “su firme condena por la profanación blasfema de las imágenes de Ntra. Sra. de los Desamparados y la Virgen de Montserrat  que hiere los sentimientos religiosos arraigados en el pueblo cristiano de la Comunidad Valenciana, de Cataluña y del resto de España”. Y se “unía espiritualmente” a la ceremonia religiosa de desagravio a la Santísima Virgen María.
“La referida propaganda blasfema es, por desgracia, un episodio más de una espiral que atenta al legítimo ejercicio de la libertad religiosa, así como a la libre predicación del Evangelio en una sociedad plural”, indicaba.
Además, el arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sainz Montes, hizo pública  una carta abierta al cardenal Cañizares, en la que se unía a sus declaraciones sobre la ideología de género, “nociva con todas sus variantes y estrategias, con hondo calado demagógico, político y cultural”.
Igualmente, expresaba que “veo con preocupación, aunque sin ningún temor ni amedrentamiento, que es una puesta en escena de estos grupos antisistema en contra de lo que sea y suene a cristiano” y señalaba que “hemos de ser fuertes y lúcidos, muy pegados al Evangelio de la verdad que nos hace libres, muy en comunión con la Iglesia, con el papa Francisco y con los demás obispos”. “No tenemos